Informe Ferroviario
Por: Facundo Nazaretian (Railway Services Proffesional | Forensic Sciences Professional)
Últimamente y a la luz de diversos estudios publicados, se ha hablado bastante en los medios de comunicación respecto de los ambientes cerrados y los riesgos de contagio de SARS-CoV-2 asociados a la recirculación de aire interior generada por los sistemas de climatización. Situación que por analogía se extendió al transporte público ferroviario. Si bien no hay definiciones exactas, el consenso parece apuntar hacia el hecho de que el riesgo o la probabilidad de contagio aumenta considerablemente en los ambientes cerrados y climatizados donde hay presencia de varios individuos, y por ende es necesaria la ventilación o renovación de aire en los mismos - abriendo ventanas en oficinas por ejemplo - a los fines de reducir riesgos. Esto parece ser correcto.
Ahora bien, en todos los casos se ha hablado de instalaciones edilicias y por analogía se interpretó que la situación era exactamente igual en el transporte ferroviario por tratarse de un espacio cerrado. Al respecto, cabe mencionar que los sistemas de climatización que equipan la mayoría de las formaciones que operan en el AMBA no son asimilables a los equipos edilicios, más allá de compartir obviamente los mismos principios físicos de funcionamiento, atento a que están regulados por normativas, estándares y buenas prácticas específicas sensiblemente diferentes. Es dable señalar en este punto que, si bien a nivel nacional no se registran normativas específicas para este tipo de sistemas por factores que escapan al presente escrito debatir, no obstante los equipos actualmente en uso cumplen con normativas internacionales muy específicas.
Dentro de estas normativas, pueden encontrarse las disposiciones respecto de la cantidad de renovación de aire necesaria en el interior de los coches de pasajeros. A través de las mismas, debe asegurarse una alta tasa de renovación de aire interior, en general varias veces superior a la que puede observarse en un sistema edilicio. Algo que en general no se sabe, es que los sistemas ferroviarios, a diferencia de los equipos que pueden encontrarse en oficinas -como pueden ser los de tipo split- durante su operación se encuentran renovando constantemente, a una mayor o menor tasa según distintas variables – como puede ser la carga de pasajeros - el aire interior de los coches.
Hasta un 25% del aire que utilizan estos sistemas es aire renovado, el cual además es filtrado a su ingreso por medios que a su vez obedecen a otras normativas específicas. En una estimación rápida, esto implica que el aire tratado dentro de las formaciones se renueva en su totalidad cada 5 cinco minutos máximo siendo conservadores -sin contar apertura de ventanas o las aperturas de puertas al arribar a estaciones-. Esto implicaría a su vez que los mismos cumplen a priori con las diversas recomendaciones de renovación de aire para los espacios cerrados. Además, a la cuestión de la renovación de aire, se suma el mantenimiento periódico de sistemas, en donde se realiza entre otras labores el reemplazo de elementos filtrantes por elementos nuevos, colaborando con el impacto positivo en la reducción del riesgo.
En la nota adjunta que hace unos días publicó El Mundo se hace una breve explicación de por qué el riesgo de contagio en el transporte público pareciera ser menor que en otras instalaciones e indica que uno de los factores fundamentales es la ventilación. Si bien toma como referencia coches de Metro de Madrid -por lo que se trata de coches y situación diferente-, los principios dados son aplicables a los equipos operando en el AMBA, contando con tasas de renovación de aire y conceptos de funcionamiento muy similares. Según las fuentes citadas en el artículo, con estas consideraciones, el riesgo de contagios es considerablemente más bajo que en otros espacios.
¿Esto significa que no hay posibilidad de contagio? No, simplemente lo que se indica es que más allá de lo que se cree y se puede ver, y pese a ser un espacio cerrado, el transporte ferroviario del AMBA equipado con sistemas de climatización ejerce una gran renovación de aire constantemente que tendería a reducir riesgos de contagio según los consensos actuales.
Para arribar a conclusiones categóricas se requieren estudios acordes, algo que a nivel mundial parece bastante indefinido de momento, por lo que no es posible aseverar nada. No obstante, la tendencia indica - o al menos parece haber consenso - que es necesario ventilar los espacios cerrados renovando el aire interior.
En dicho caso, los sistemas de climatización operando en el material rodante del AMBA cumplen con estas necesidades. Por lo tanto se podría concluir que aquellos autorizados a viajar en el transporte ferroviario que necesariamente deben hacerlo -como el personal esencial- si lo hacen cumpliendo todas las medidas y tomando las precauciones necesarias estarían expuestos a un mínimo riesgo, quizás incluso menor al que pudiera existir en otros tipos de instalaciones dónde se reúne gente. Asimismo, queda en evidencia una vez más la relevancia que toman los sistemas de climatización ferroviaria en la actualidad y su correcto mantenimiento para la operación diaria del servicio.
Reitero que el presente es solo una breve apreciación personal que no persigue otro fin más que exponer una idea general del funcionamiento de estos sistemas y su total alineación con los consensos y recomendaciones actualmente vigentes en la materia para minimizar los riesgos de contagios.
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