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28 de junio de 2024

Ferrocarriles: El trágico destino de la red de transportes más eficiente

Nota de Opinión

Por: Horacio Ríos (para NoticiasUrbanas.com)

Las privatizaciones sólo trajeron la ruina, pero siguen insistiendo.

Tras los más de 30 años transcurridos desde que se privatizaron los ferrocarriles, los daños que este hecho ha provocado, han implicado que en realidad ese cambio de manos de la responsabilidad estatal ha sido simplemente un abandono de la infraestructura ferroviaria y el favorecimiento de grandes negocios privados que perjudicaron seriamente al erario público.

El proceso se inició el 1° de noviembre de 1991 con la adjudicación de los servicios de carga de las líneas Roca, Sarmiento y Mitre a la empresa FerroExpreso Pampeano (FEPSA) y culminó el 16 de noviembre de 1999 con la privatización de la línea Belgrano, que pasó a denominarse Belgrano Cargas. En el ínterin fueron adjudicadas además otras regiones de las líneas Mitre y Roca, a las que se sumaron las líneas San Martín y Urquiza.

El resultado de estas operaciones de dudosa legitimidad fue el desastre. Pocos recordaron, en los fragorosos días de la Tragedia de Once -en la que fallecieron 51 personas y hubo 789 heridos-, a su protagonista principal, el concesionario las privatizaciones, Sergio Claudio Cirigliano y al propio hecho de las privatizaciones.

La Renta Social Exigible

Las razones por las que ocurrieron estos hechos habría que buscarlas en la propia enajenación del servicio. Matemáticamente, el ferrocarril arroja un balance negativo, pero al mismo tiempo, su sola existencia resulta tan beneficiosa que los números terminan siendo ampliamente beneficiosos.

La explicación a este concepto es sencilla, pero no por ello menos desconocida. Los números y los balances de los ferrocarriles deben ser evaluados a través de un criterio denominado “renta social exigible”, que consiste en la confección de una estadística que como punto de partida considera, primeramente, al ferrocarril como inexistente.

Entonces, el primer término de esta ecuación es que si los trenes no se hubieran construido, el Estado debería invertir grandes sumas de dinero en más rutas, en su vigilancia, en más tareas de mantenimiento y en más tareas de mitigación de la mayor polución ambiental provocada por los motores de autos, camiones, colectivos y motocicletas, entre otros ítems. Además, los ciudadanos y el Estado deberían gastar muchísimo más en combustibles fósiles, ya que una formación ferroviaria consume alrededor de 200 veces menos (en pesos, en polución, en problemas de tránsito y de contaminación) que los camiones que transportan el mismo volumen de carga que una formación de trenes.

Paralelamente, el Estado debería, en un contexto de crisis energética, hacerse cargo de planificar y operar el transporte de pasajeros interurbano, por el que viajan diariamente alrededor de un millón doscientas mil personas. Esta ecuación resulta en un promedio de al menos 350 millones de viajeros cada año.

Por otra parte, los viajes en transporte callejero insumen más tiempo, generan más gasto en combustible –ante el auge de la cultura “petromovilera”- y trasladan a muchas menos personas por cada unidad. Todo esto, sin hablar de los problemas adicionales que se generarían a causa del mayor tránsito masivo y de la mayor cantidad de horas de viaje que deberían soportar los pasajeros.

La renta social exigible sería, entonces, la diferencia entre los costos que acarrea el ferrocarril y los costos que deberían encarar el Estado y los privados si el transporte por vía férrea no existiera. Esta matemática resulta abrumadoramente favorable al ferrocarril.

Otro dato demostrativo de la desaprensión de ciertos agentes estatales para con su patrimonio es que hacia fines del año 1989 existían 34.000 kilómetros de vías férreas. Al día en que estamos, tras los brillantes procesos de privatización, quedan operables sólo 18.000 kilómetros. Para agravar la cuestión, en el año 2001, el entonces ministro de Economía, José Luis Machinea, entre sus muchas hazañas cometidas, “rifó” lo que quedaba del material ferroviario por 300 millones de dólares, veinte veces menos que su valor estipulado.

Para rematar este capítulo del absurdo, ofreciendo su habitual desconcierto cuando debe exponer sobre la economía real, el ministro de Economía Luis Kaput (que se hace llamar Caputo sólo para camuflarse), declaró en febrero de este año que Ferrocarriles Argentinos opera con un déficit diario de tres millones de dólares. Así, sin aclarar nada más, ni profundizar en el tema.

Quizás a causa de la supina ignorancia de quienes deben tomar decisiones sobre materias de las que desconocen casi todo lo que tienen la obligación de saber acabadamente, en el capítulo sobre las privatizaciones de empresas estatales figuran incluida las empresas Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOSFE) y Belgrano Cargas y Logística.

Una historia de progreso y traiciones

Las historias que explican el progreso y la épica del crecimiento de los países están repletas de avances y retrocesos, aciertos y equivocaciones y, especialmente, de héroes y traidores.

En el caso de los ferrocarriles argentinos, uno de los héroes es Raúl Scalabrini Ortiz, que alguna vez había escrito, años antes de su nacionalización, acaecida en 1948: “El capital de los ferrocarriles nacionalizados deberá, en consecuencia, ser nulo. Su obligación no será la de servir un capital dado, sino la de servir a la vida nacional en todas sus manifestaciones. Este novísimo criterio del servicio público puede parecer sorprendente, pero eso ocurre, simplemente, porque nos hemos acostumbrado al absurdo viejo criterio de la utilidad directa”.

La contrapartida

Entonces, si se trata de traidores, se debería comenzar con Arturo Frondizi, el presidente radical intransigente que gobernó entre 1958 y 1962. Con el ánimo de “modernizar” el ferrocarril y de “racionalizar” las pérdidas que los trenes le causaban al Estado, su ministro de Economía, Álvaro Alsogaray, viajó a Estados Unidos para encontrar una solución, pero en realidad importó desde el norte un problema más.

Alsogaray trajo desde allí al general Thomas Larkin –hombre del Banco Mundial, que es aún una entidad subsidiaria del Fondo Monetario Internacional-, que elaboró el “Plan Larkin”, que consistía en desactivar el 32 por ciento de las vías férreas existentes, despedir a 70.000 trabajadores ferroviarios y convertir en chatarra todas las locomotoras a vapor, 70.000 vagones y 3.000 coches.

La idea era readquirir todo ese material en el mercado externo, para así modernizar los ferrocarriles, renovando los rieles y el material rodante. Finalmente, el Plan Larkin se llevó a cabo sólo parcialmente debido a la resistencia de los trabajadores, que luchaban por su supervivencia. Pero la mala raíz quedó y sigue allí todavía, aunque en estado larval.

Los émulos de Larkin regresan periódicamente con energías renovadas. Lo hicieron con las dictaduras de Onganía-Levingston-Lanusse y luego con la de Videla-Viola-Galtieri-Bignone, con Carlos Saúl Menem, con Fernando de la Rúa, con Mauricio Macri y ahora, con el inefable Javier Gerardo Milei.

Todos llevan en sus portafolios la fórmula para “mejorar” el sistema de transportes argentino, pero en realidad sólo proponen negocios para determinados empresarios, que regarán sus propias economías con dólares depositados en algún ignoto -o no tan desconocido- paraíso fiscal, para la felicidad de algunos funcionarios dados al jolgorio, la lubricidad y el cachondeo antes que al cumplimiento del deber.

27 de junio de 2024

Milei posterga la reprivatización de los trenes cargueros

Nota de Opinión

Por: Antonio Rossi (Fuente: BAE Negocios)

Pese a que tiene el camino despejado para volver a privatizarlos en cualquier momento; el Gobierno de Javier Milei resolvió dejar los trenes de cargas concesionados durante el menemismo en manos de las actuales operadoras privadas y posponer hasta mediados del próximo año un reordenamiento definitivo del sector.

La decisión oficial --que estira los plazos de la reprivatización de los servicios de cargas que había sido anunciada por Milei en la campaña electoral-- favorece a Ferroexpreso Pampeano (la concesionaria del corredor cerealero Rosario-Bahía Blanca que controla el grupo Techint); Nuevo Central Argentino (la operadora de la línea Mitre manejada por el grupo Urquía por medio de Aceitera General Deheza) y Ferrosur (la empresa que opera los trenes de la línea Roca bajo el mando del grupo brasileño Camargo Correa).

Tal como había hecho la anterior gestión de Alberto Fernández; el ministro de Economía, Luis Caputo decidió seguir postergando la finalización de los contratos de los tres ferrocarriles cargueros que establecen las normas vigentes y mantener en pie a los actuales concesionarios privados.

A principios de mayo -por medio de la resolución la resolución 269/2--, el titular del Palacio de Hacienda había prorrogado hasta fines de abril de 2025 la concesión de los trenes de cargas de Ferroexpreso Pampeano, empresa que tiene su contrato originario vencido desde 2021 y aún sigue funcionando con permisos provisorios.

Al igual que las dos prórrogas que habían concedido los funcionarios del gobierno anterior, Caputo justificó la continuidad de Ferroexpreso Pampeano con el argumento de que "resulta razonable para poder evaluar y ponderar la viabilidad económica, el estado de la infraestructura y el plexo normativo vigente para la concreción de un futuro proceso de contratación adecuado y eficiente que garantice la continuidad y regularidad del servicio ferroviario de cargas".

A esa medida, le siguió esta semana otra de igual tenor por la cual la administración libertaria procedió a ampliar hasta fines de junio de 2025 la concesión de los servicios ferroviarios de cargas que opera Nuevo Central Argentino (NCA).

La decisión de Caputo sobre el sistema ferroviario

A través de la resolución 497/24, Caputo destacó "resulta necesario extender el plazo de continuidad del contrato de concesión de NCA a los fines de garantizar la operación de los servicios, la cual se efectuará con carácter precario y podrá ser revocada, en cualquier momento sin que se genere derecho subjetivo, derecho en expectativa o precedente invocable alguno a favor del operador, ni reconocimiento de suma alguna por la eventual revocación anticipada al plazo previsto".

En el caso de Ferrosur, las autoridades de Economía ya tienen en carpeta una resolución similar que quedará oficializada en los primeros días de julio para prorrogar esa concesión hasta mediados del próximo año.

De acuerdo con lo previsto en ley de reordenamiento ferroviario 27.132-- que fue aprobada a principios de 2015-- y la resolución 211/2021 del ex ministerio de Transporte; los trenes de cargas privados ya tendrían que haber vuelto a la órbita estatal hace más de tres años cuando expiraron los plazos de las concesiones menemistas.

Según las reglas de juego vigentes, la "reconfiguración" del negocio de las cargas ferroviarias que debería llevar adelante el Gobierno Nacional implica la concreción de dos cambios relevantes: la salida de los actuales concesionarios privados y la implementación de un modelo operativo de libre acceso (Open Access) a todas las redes ferroviarias con pago de peajes para que los nuevos operadores habilitados por la CNRT puedan armar sus trenes a medida con locomotoras y vagones alquilados al Estado.

Ese nuevo esquema -que la administración mileista mantiene latente al no haberlo suprimido ni con el mega DNU 70/23, ni con la ley Bases- deja a cargo del Estado las inversiones más costosas destinadas a la renovación y el mantenimiento de las vías.

Además, las autoridades ferroviarias también tendrían que desembolsar los recursos iniciales para las reparaciones integrales y puesta a punto de todo el parque de locomotoras y vagones que saldrían en alquiler.

Pese a que en la contienda electoral Milei defendió la implementación del sistema "Open Access", hasta ahora el Gobierno no ha dado señales claras de lo quiere hacer con las concesionarias privadas, ni con los trenes de las tres líneas de cargas (Belgrano, Urquiza y San Martín) que opera la empresa estatal Belgrano Cargas y Logística, la cual ha quedado en la lista de las "privatizables" que figuran en la ley Bases.

A la incertidumbre en envuelve al sector, se agrega otro dato negativo generado por la aplicación del "motosierra" libertaria que ha dejado paralizadas casi todas las obras de modernización de vías y de infraestructura ferroviaria que estaban curso con fondos presupuestarios y con financiación de organismos internacionales.

25 de junio de 2024

La Fraternidad alcanzó un nuevo acuerdo salarial con las empresas concesionarias de cargas

Gremiales

Redacción Crónica Ferroviaria

El sindicato La Fraternidad (Conductores de trenes) informa que la Comisión Paritaria del gremio, alcanzó un nuevo acuerdo de recomposición salarial con las empresas concesionarias privadas de carga, correspondiente al periodo abril/2024-marzo/2025 del 13,4% a la grilla a partir de junio.

20 de abril de 2023

Línea Roca: Sin fecha para la rehabilitación del tren de pasajeros Buenos Aires - Bahía Blanca

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

Lamentablemente, las sospechas que teníamos desde Crónica Ferroviaria se van cumpliendo. El servicio de pasajeros entre Buenos Aires - Bahía Blanca y viceversa vuelve a quedar suspendido sin fecha, a la vista, de rehabilitación.

La empresa Trenes Argentinos Operaciones informa que dicho tren se encuentra interrumpido el servicio por "inconvenientes técnicos", que seguramente, eso lo decimos nosotros, serán por la falta de material rodante por repuestos, entre otros motivos como los tira y afloja que tienen con las empresas concesionarias de la vía que ponen mil reproches para la corrida de dicho tren de pasajeros.

Pero lamentablemente, para nosotros es de una tristeza total ver que una vez que se estaba en una política de recuperación de los trenes de pasajeros regionales, de media y larga distancia ocurran cosas como éstas y otras que están sucediendo y que informamos a diario en nuestro medio, y que dejan mucho que desear y que se debería rever de una buena vez ya que parecería, como dicen algunos políticos, que hay funcionarios que no funcionan en las empresas estatales de trenes, y no sólo de las primeras líneas, también los hay de algunos trabajadores que no sienten lo que es llevar la camiseta de ferroviario. Una lástima

Por último, y sobre el tren "El Bahía"  la empresa TAO manifiesta que los pasajeros que adquirieron su pasaje por la web, pueden solicitar la devolución ingresando acá y si lo hicieron a través de las boleterías, deberás acercarte a la boletería más cercana. Más información llamando al 0800-222-8736.

7 de noviembre de 2022

Puede fallar: La estatización de los trenes de cargas quedó en vía muerta

Nota de Opinión

Por: Antonio Rossi (Nota Editada en Letra P)

Por falta de oferentes, el Gobierno declaró desierto el atípico esquema de “operador asociado” con el que buscaba poner fin a las concesiones menemistas.

Mientras el Ministerio de Obras Públicas piloteado por Gabriel Katopodis busca desplazar con un paraguas judicial a los operadores privados de los accesos Norte y Oeste; la cartera de Transporte conducida por Alexis Guerrera se topó con un nuevo traspié en su movida estatizadora para reconfigurar el negocio de los trenes de cargas que mantienen tres concesionarias privadas desde la época menemista. El “concurso de proyectos integrales” lanzado a mediados de julio para seleccionar a un socio privado para la “operación asociada” del corredor cerealero Rosario-Bahía Blanca fue declarado desierto, ante la falta de interés de las empresas habilitadas para participar en ese esquema operativo.

El fracaso de la convocatoria oficial pone ahora a las autoridades de Transporte ante la necesidad de revisar la estrategia trazada para darle un cierre a las concesiones de cargas, que se encuentran vencidas y prorrogadas en forme temporaria, y llevar adelante los cambios que establece la ley de reordenamiento ferroviario 27.132 aprobada a principios de 2015. La norma y la resolución 211/2021 de Transporte contemplan dos modificaciones sustanciales: la salida de los actuales concesionarios privados de cargas y la instrumentación de un modelo operativo de libre acceso (open access) a las redes con pago de peajes, para que los nuevos operadores habilitados por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) puedan armar sus trenes a medida con locomotoras y vagones alquilados al Estado.

El “descarrilamiento” de la primera movida que apuntaba a sentar las bases del nuevo escenario ferroviario obliga a los funcionarios a buscar una salida alternativa para poder transitar el último año de la actual administración de Alberto Fernández. Averiado seriamente el esquema inicial, el menú de opciones contemplaría, por el momento, solo dos posibilidades: una estatización lisa y llana –con un alto costo político– de las tres redes de cargas que aún siguen en manos privadas o una nueva extensión de las concesiones para que el próximo gobierno adopte una solución de fondo a partir de 2024.

La red ferroviaria del corredor cerealero elegida para el fallido concurso está en manos de Ferroexpreso Pampeano, la empresa de cargas controlada por el grupo Techint que tiene su contrato extendido de manera provisoria hasta mediados de 2023. A esta se suma Nuevo Central Argentino (NCA), la concesionaria de cargas de la línea Mitre que está manejada por Aceitera General Deheza, una empresa del grupo Urquía, cuya concesión expira en diciembre de este año; y Ferrosur -la operadora de los trenes de cargas de la línea Roca- controlada por el grupo brasileño Camargo Correa con un contrato de concesión que tiene fecha de vencimiento en marzo de 2023.

Mecanismo fallido

A mediados de año y tras haberle extendido por segunda vez la concesión a FerroExpreso Pampeano, el Gobierno decidió implementar un llamativo y polémico mecanismo de integración comercial con operadores privados que no tenía antecedentes conocidos, ni probados a nivel mundial. Por medio de la ferroviaria estatal Belgrano Cargas y Logística SA, que opera baja la marca Trenes Argentinos Cargas (TAC), la cartera de Guerrera lanzó un “concurso de proyectos integrales” a fin de seleccionar una empresa privada para la “operación asociada” del corredor cerealero Rosario-Bahía Blanca.

Según las reglas de juego que había fijado Transporte, a la licitación de “etapa única de evaluación y comparación de proyectos y antecedentes empresariales y económicos” solo se podían presentar las actuales concesionarias privadas que están habilitadas por el Registro Nacional de Operadores Ferroviarios (ReNOF). La selección del “operador asociado” era por un plazo inicial de 10 años, prorrogable por un período similar, y para definir a quién se le adjudicaría, la comisión evaluadora iba a tener en cuenta las capacidades técnicas, comerciales y legales de la empresa oferente junto con la cantidad puestos de trabajo y la factibilidad operativa de su plan de negocios.

Con el nuevo esquema, el Estado quedaba a cargo de las inversiones más costosas destinadas a la renovación y el mantenimiento de las vías. Además, debía afrontar las reparaciones integrales y puesta a punto de todas las locomotoras y vagones que devolvían las concesionarias privadas y que luego iban a ser ofrecidas en alquiler. En tanto, el “operador asociado” iba a tener que pagar un canon por el uso de las vías y una contraprestación económica por los trenes y los talleres ferroviarios requeridos a la estatal TAC.

Desde que salió a la luz, el atípico esquema operativo que no logró captar a ninguna oferente fue seguido de reojo y con cierta desconfianza por todas las referencias de la actividad ferroviaria. Diseñado por consultorías y personal del área técnica que responden a Guerrera, la figura del “operador asociado” y exceptuado de la obligación de invertir en obras de vías y en el mantenimiento de los trenes nunca terminó de convencer a la conducción y la línea gerencial de la estatal TAO, a la que le asignaron la realización de la licitación.

Las dos entidades sindicales más importantes del sector también expresaron sus reparos y dudas sobre la viabilidad del nuevo esquema. Tanto el titular de la Unión Ferroviaria (UF), Sergio Sasia, como quien conduce La Fraternidad, Omar Maturano, pusieron objeciones ante la falta de garantías sobre la estabilidad laboral de quienes trabajan en las concesiones y el pago de las indemnizaciones a las personas que pasaran a la órbita estatal. Si bien se perfilaban como las potenciales beneficiarias de los cambios al quedar desligadas de las inversiones en infraestructura y formaciones ferroviarias, las concesionarias tampoco veían con entusiasmo el nuevo mecanismo. Las críticas apuntaron a tres elementos centrales: la fórmula definida para calcular el valor de los peajes, las intrincadas regulaciones para la operatoria y la indefinición de los reclamos económicos cruzados que arrastran las concesiones. 

19 de septiembre de 2020

Trenes de carga: "No es intención sacarle la concesión a ninguna empresa", aclararon desde el Ministerio de Transporte

Actualidad

Todo Provincial entrevistó al subsecretario de Proyectos Estratégicos y Desarrollo Tecnológico de Ministerio de Transporte de la Nación, Juan Martín Malpeli. El funcionario preside la comisión conformada por orden del ministro Mario Meoni para adecuar los contratos de concesión vigentes con las empresas de carga que se encuentran en su etapa final.

Días atrás, este portal publicó una entrevista al subsecretario de Transporte de la Provincia, Alejo Supply, que se refirió al vencimiento de las concesiones y opinó que “las vías deben volver al Estado”.


Sin embargo, desde el Ministerio de Transporte de la Nación, organismo que tiene a cargo la gestión del ferrocarril en todo el país, señalaron que están analizando las distintas alternativas posibles para garantizar mayores inversiones y aumentar la carga transportada en forma sostenida.

Con este objetivo ya se puso en actividad la Comisión Especial de Renegociación de Contratos (CERC) que quedó conformada por el secretario de Planificación del Transporte, Gastón Jacques, el subsecretario de Gestión  Administrativa, Julio Roca, y el subsecretario de Proyectos Estratégicos y Desarrollo Tecnológico, Juan Martín Malpeli, que además preside el organismo.

En diálogo con Todo Provincial, Malpeli aseguró: “Con la comisión ya estamos llevando adelante reuniones para la readecuación de los contratos es potestad del Estado Nacional a través del Ministerio de Transporte”.

“Las reuniones ya comenzaron para readecuar los contratos de concesiones en base a la Ley 27.132 de Reactivación de los Ferrocarriles que ordena al Ejecutivo a tomar las medidas necesarias para reasumir en forma paulatina de la infraestructura ferroviaria por parte del Estado y habilitar progresivamente a nuevo operadores”, explicó Malpeli.

De todos modos aclaró: “Esto no significa necesariamente dar de baja a los operadores existentes. La ley nos obliga a poner ciertas condiciones para la renegociación de los contratos. Si luego de una negociación los operadores las aceptan no es intención del Ejecutivo sacarle la concesión a ninguna empresa que esté operando actualmente”.

El subsecretario del Ministerio conducido por Mario Meoni expresó: “Nosotros no tenemos una postura a favor o en contra de las empresas, nuestro objetivo es mejorar la infraestructura de las vías para mejorar todo el sistema ferroviario”.

La Ley 27.133 ordena al Estado a reasumir el control sobre la infraestructura ferroviaria y establece el principio de acceso abierto de operadores. Al respecto, el presidente de la CERC expresó: “El acceso abierto no se puede implementar de un día para el otro. Hacen falta muchas inversiones en infraestructura y por eso se evalúa que sea un proceso paulatino y por etapas”.

El contrato de concesión de Ferroexpreso Pampeano (FEPSA) vence el 31 de octubre del 2021, el de Nuevo Central Argentino (NCA) finaliza el 21 de diciembre de 2022 y el de Ferrosur Roca (FSR) caduca el 10 de marzo de 2023.

En Transporte consideran que el Estado no está en condiciones de reasumir el 100 por ciento de la infraestructura de vías en forma inmediata porque la inversión que se necesita es gigante. El valor estimado de mercado para la construcción vías nuevas es de un millón de dólares por kilómetro. Por eso se pretende avanzar en forma paulatina y por etapas para cumplir con la Ley.

“En base a la Ley, la intención es reasumir paulatinamente el control de la infraestructura, y habilitar progresivamente el ingreso de nuevos operadores con el fin de aumentar el volumen de carga por ferrocarril bajando los costos logísticos de los productores y con el compromiso de desarrollar fuertemente las economías regionales”, concluyó Malpeli.TodoProvincial.com