Me dirijo a usted, tras la más que acertada nota acerca de la restauración de coches Budd escrita por vuestra redacción con el título ¿No sería bueno reparar en nuestro país los coches Budd como lo están haciendo en Brasil?.
Visto y considerando que Trenes Argentinos Operaciones está recuperando servicios ferroviarios, y que según ellos dicen que "falta material rodante" para cumplir con estas prestaciones, es una gran idea y más que plausible relevar y revisar estos coches que prestaron servicio muy poco tiempo y están en EMEPA (Chascomús), algunos en Pérez y otros en San Antonio Oeste y en estación Rosario Norte.
Coches Pullman Hitachi en estación Rosario Norte a la espera de que alguien en las empresas estatales ferroviarios tome la resolución de reacondicionarlos para ser usados en servicios de pasajeros
Allí aseguran ser 70 y de diversas clases y categorías, todos de trocha ancha. Esto es más que interesante y se debería de echar mano, ya que según algunas imágenes que se tienen, solamente presentan horribles graffitis, suciedad pero aparentemente sin faltantes grandes de piezas.
Ex coches eléctricos Sorefame haciendo viaje de prueba hasta 25 de Mayo de la Línea Roca
Vista la similitud con los coches chinos CNR comprados allá por el año 2013, y con algunas refacciones, son ideales para trayectos de 200 a 500 km de distancia. O sea, prestar servicios regionales y generales para líneas como Sarmiento, San Martín, Mitre y Roca, quienes necesitan imperiosamente coches de pasajeros para aumentar la oferta y sumar nuevos servicios.
Coches de pasajeros ex Renfe en playa de Maniobras Kilo 5
Uno piensa en servicios que deberían volver y que puedan tener estos coches y se le ocurre Victoria - Pergamino; Constitución - Daireaux, Once - General Villegas y otros tantos más.
Coches de pasajeros Sorefame (ex Ferrocarriles Portugueses)
Por como vienen las cosas, y con Rusia en guerra con Ucrania, sería también muy grato revisar qué es lo que hay "en casa". Talleres hay, personal capacitado también y recursos también.
Como debe ser, los pasajeros (en los que me incluyo) agradecidos. Es una grata tarea conectar la Patria y todos aquellos pueblos que hace años y décadas no tienen tren. Le saludo atentamente
La Companhia Paulista de Trens Metropolitanos (CPTM) del Brasil licitó la reparación y renovación de interiores de dos coches Budd para integrar una formación del Expreso Turístico.
El presidente del CPTM, Pedro Moro, en sus redes sociales, actualizó el estado de la renovación de los coches Budd Nros. 3254 y 3259. Uno de ellos, el de 1962, fue fabricado por Mafersa y utilizado en los Araraquara x São Paulo y Santa Railroad Southern Faith hasta finales de la década de 1990.
"Ahora está en el Taller Roosevelt con el equipo de GOR – Dirección de Mantenimiento de Material Rodante y Taller, donde ya ha pasado por numerosos servicios como la revisión de bogies, juegos de ruedas, zapatas y suspensión y renovación completa de todo el suelo, techo y paredes Actualmente, el trabajo se centra en la restauración de los baños y partes eléctricas, instalación de las estructuras renovadas de los asientos y desarrollo de la estructura de los nuevos maleteros". – dijo Moro a la publicación ViaTrolebus.com.
Lo bueno sería que la empresa estatal ferroviaria Trenes Argentinos Operaciones pueda proyectar la recuperación de nuestros coches Budd que hoy se encuentran arrumbados en el ex Depósito de Locomotoras de Remedios de Escalada de la ex empresa provincial Ferrobaires y poder volver a prestar servicios como tren expreso "El Marplatense".
Sería algo espectacular.
Un poco de historia de los coches Budd:
En el año 1951 cuando los ferrocarriles argentinos, recientemente nacionalizados, procuraron modernizar sus equipos de larga distancia, alguien supo de la oferta de coches metálicos en venta de la Compañía C&O.
Uno de los últimos viajes realizado por el mítico Expreso "El Marplatense" que operaba la ex empresa provincial Ferrobaires
De este modo la Administración Nacional de Ferrocarriles pudo escoger 12 unidades de los 46 originalmente construidos.
Se eligieron 2 formaciones idénticas compuestas por 4 coches de lujo (36 asientos más 8 en sillones), un combinado furgón coche (28 asientos), y un coche restaurante.
Al ingresar al país en 1951, se los desembarcó en Buenos Aires a un Ferry del Ferrocarril General Urquiza, por río hasta Zárate y desde allí hasta Caseros donde se los retrochó para seguir viaje hasta los talleres de Remedios de Escalada en el Ferrocarril General Roca.
Locomotora "Justicialista" con los coches Budd de "El Marplatense"
Una vez llegado; en Escalada fue necesario ensanchar los bogies originales de trocha estándar a trocha ancha.
Una vez realizadas las modificaciones y adaptaciones, el lujoso tren "El Marplatense" comenzó al fin a generar divisas para el ferrocarril. Pero antes debió ser probado en otro recorrido, como ejemplo hasta la ciudad de Mendoza del Ferrocarril General San Martín, con el fin de promocionar y experimentar en posibles nuevos servicios.
Sus coches fueron importados de Estados Unidos y contaban con tecnología de punta y servicios de confort inusuales; dejó de circular en el año 2015; su estructura duerme en Remedios de Escalada
“A Mar del Plata en cuatro horas y un ratito”. La promesa del aviso publicitario no se hacía en vano. Ese era el tiempo que le tomaba al tren de lujo, bautizado como El Marplatense, vincular la estación Plaza Constitución con la terminal de Mar del Plata, ubicada sobre la avenida Pedro Luro, a unas veinte cuadras del mar.
El famoso expreso era el servicio ferroviario con comodidades y confort únicos que lo distinguían del resto de las formaciones de larga distancia. El color gris plateado de sus vagones era el sello característico de este veloz coloso que serpenteaba la estepa bonaerense a la vera de la Ruta 2. Entre los ´50 y los ´70, cuando vivió su momento de esplendor, era comparable a los mejores trenes turísticos del mundo. Servicios diferenciales, higiene extrema y puntualidad lo convertían en una opción codiciada, aunque más costosa que las tradicionales.
El Marplatense en estación Plaza Constitución
Durante 60 años, El Marplatense dejó su sello sobre los rieles de trocha ancha del Ferrocarril Nacional General Roca. En 2015, cuando parte de la flota de trenes de larga distancia ya había sido renovada, los singulares coches de lujo pasaron al olvido y hoy están arrumbados en los galpones linderos a la estación Remedios de Escalada, durmiendo el sueño que muchos anhelan que no sea eterno.
De Estados Unidos a “La Feliz”
Corría el año 1944 cuando la compañía Chesapeake & Ohio Railway le encargó a la empresa Budd un paquete de coches que serían utilizados para vincular Washington DC y Cincinnati, un recorrido de algo más de 800 kilómetros que atravesaba el país de manera horizontal. Sin embargo, el proyecto nunca vio la luz y los coches Budd jamás circularon por esa trocha, debido a la crisis económica que afectaba al país en plena posguerra. No eran tiempos de inversiones.
El tren de pasajeros "El Marplatense" con la locomotora "La Justicialista" entrando a estación Plaza Constitución de la Línea Roca
Finalmente, aquellas formaciones fueron puestas a la venta a un precio inferior al de mercado ya que, si bien no habían llegado a prestar servicio, su valor no era el de una unidad cero kilómetro. Aunque no hay cifras demasiado comprobables, cada coche habría valido más de 200.000 dólares, pero eran ofrecidos a casi el cincuenta por ciento de esa cifra, un número que hoy se lee como extremadamente bajo.
Enterado de esta posibilidad, el Gobierno Nacional decidió adquirir dos juegos de seis coches cada uno. El pack incluía dos furgones (que ocupaban la mitad de un coche y dejaban la otra parte liberada para asientos), dos coches de categoría restaurante llamados “cantina” y ocho con capacidad para solo 36 pasajeros cada uno, lo cual demuestra que se trataba de un servicio exclusivo, ya que los trenes comunes cargaban mucha más gente.
Ni bien los coches pisaron el puerto de Buenos Aires fueron llevados hasta los talleres de Remedio de Escalada para adaptar la trocha media a ancha. Paradojas del destino, esos galpones donde se los puso a punto para maravillar con su andar, son el cobijo que hoy los contiene ante la falta de decisión oficial por volverlos a hacer correr.
Una vez acondicionadas, las dos formaciones comenzaron a prestar servicio en la Línea San Martín, uniendo las estaciones de Retiro y Mendoza. En ese tiempo, el tren circulaba bajo el mote de "El Aconcagua", acorde con su destino final. Sin embargo, a comienzos de los ´50, los dos trenes fueron llevados a la línea sur y comenzaron a prestar el servicio que los harían famosos uniendo la estación Plaza Constitución con Mar del Plata bajo con el nombre de El Marplatense y la leyenda General Roca enmarcando el exterior de cada uno de sus coches. Comenzaba así la historia de un servicio de lujo único acorde a una ciudad de Mar del Plata pujante y resplandeciente que ya comenzaba a vibrar con su inclusiva y equitativa masividad, pero sin dejar de lado algunos rasgos de su Belle Époque.
Único
El tren primero fue tirado por locomotoras a vapor pero, cuando la tecnología diésel imperó, también cambiaron las máquinas de las dos formaciones, entre las que se destacó “La Justicialista”, de fabricación nacional y una de las primeras en ser utilizadas por el expreso. Las locomotoras a vapor obligaban a pequeñas paradas de estrictos siete minutos en Lezama y Maipú para acondicionarlas y poder seguir la ruta prevista.
La locomotora original del tren no fue importada debido a que era complejo trasladarla ya que pesaba casi 500 toneladas, medía 48 metros de largo y su motor era de 6000 caballos de fuerza. Además de la tecnología de punta para propulsarlo, El Marplatense contaba con un sistema de amortiguación de última generación que lograba una estabilidad que impedía un incómodo bamboleo, lo cual hacía muy placentero el viaje.
Cuando en la década del ´90 el mantenimiento del servicio ferroviario no fue una prioridad del Gobierno Nacional, las locomotoras sin sus reparaciones correspondientes comenzaban a salir de servicio para ser reemplazadas por el material rodante disponible que, en general, tampoco estaba en perfectas condiciones para circular. Con todo, el ramal a Mar del Plata corrió mejor suerte que muchos otros que fueron cerrados en esa década donde el latiguillo “ramal que para, ramal que cierra” dejó sin el servicio a decenas de ciudades y pueblos con el consecuente trastorno económico y de comunicación.
El placer de viajar en El Marplatense comenzaba en el mismo andén de Plaza Constitución o Mar del Plata, únicas paradas del servicio que era directo y veloz. Maleteros y azafatas, de impecable uniforme, recibían a los pasajeros para ayudarlos con sus equipajes e indicarles el asiento.
Los coches contaban con butacas reclinables de pana y con el apoyacabeza recubierto con otra tela protectora. Que los asientos tuvieran movilidad, aunque no llegaban a convertirse en cama, era toda una excentricidad. En una de sus puntas, cada coche disponía de una suerte de lounge con sillones confortables para ocho personas, quienes podían instalarse allí para conversar mientras un mozo les acercaba un trago.
Tren "El Marplatense" pasando por estación Remedios de Escalada con una locomotora English Electric (ex Ferrocarriles Portugueses)
Una de las características más admiradas era la calefacción y refrigeración que permitían una temperatura muy confortable. En Constitución y en Mar del Plata se habían instalados tomas para que cuando el tren estuviese detenido pudiese tomar la energía de las estaciones para hacer funcionar la refrigeración. Las puertas eran automáticas y se sellaban al vacío, otro adelanto infrecuente, y las ventanas eran paños de doble vidrio hermético, los cuales conferían una sensación de silencio y pulcritud, evitando que el interior se llenase de polvo, habitual en los trenes con ventanas que se podían abrir manualmente. Cada butaca contaba con su iluminación individual que complementaba a la luz general fluorescente, muy de avanzada para la época. A diferencia de las persianas metálicas típicas de los trenes, en estas formaciones cada ventana contaba con su cortina americana para ser regulada por el pasajero.
Aún no eran tiempos de pantallas led, pero sí de la música funcional generada por un coqueto tocadiscos de la época. Además, casa asiento contaba con su “servicio radial individual”, tal como se promocionaba en los noticieros cinematográficos de la época. En los últimos años, cada coche tenía algunas pantallas no led colocadas en altura que brindaban información sobre el viaje.
El piso era alfombrado, característica que se interrumpía en los accesos y en los baños. La limpieza del servicio era un valor muy respetado. Los toilettes contaban con tal comodidad y pulcritud que las señoras lo utilizaban para acicalarse y retocar el maquillaje antes de descender.
El coche comedor era otra de las atracciones del servicio. El variado menú era a la carta y se podía acompañar con una muy buena selección de vinos. Los mozos, de impecable uniforme, recorrían previamente por los coches para consultarles a los pasajeros que turno elegirían almorzar o cenar y evitar incómodos amontonamientos o filas de espera para poder comer. Durante el resto del viaje, el coche también era utilizado como cafetería. El comedor contaba con una enorme pecera que jamás funcionó como tal.
Una de las “excentricidades” del servicio era contar con teléfono abordo, aunque no siempre funcionaba perfectamente.
Era tal el impacto que causaba El Marplatense que, en las estaciones intermedias, donde no se detenía, era habitual que los vecinos se acercaran a los andenes para verlo pasar entre la nube de polvo que dejaba con su marcha veloz por Lanús, Lomas de Zamora, Temperley, Glew, Brandsen, Chascomús, Lezama, Dolores, Castelli, Maipú, General Vidal, Coronel Pirán, Vivoratá y Camet.
El tren de las estrellas
Cuando El Marplatense comenzó a circular eran tiempos donde el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata no solo convocaba a lo más granado del espectáculo local, sino a las estrellas más importantes del mundo.
Aún se recuerda aquel viaje en el que la actriz italiana Gina Lollobrigida fue una de las invitadas estelares del encuentro cinematográfico. La diva del film Pan, amor y fantasía viajó desde Buenos Aires con destino a Mar del Plata en el flamante El Marplatense. Su partida de la estación Plaza Constitución congregó a una multitud que se acercó para verla de cerca.
Si la salida fue festiva, la llegada fue caótica. Miles de personas colmaron los alrededores de la estación Mar del Plata para esperar a Lollobrigida, quien fue trasladada hasta el Gran Hotel Provincial donde se pernoctaría en su estadía en “La Perla del Atlántico”, como ya se había apodado a la ciudad. Con los años, el expreso realizaría varios viajes especiales transportando a figuras famosas que participaban del único festival de cine categoría A de Sudamérica.
En el 2005, la formación se convirtió en El Tren del Alba, un servicio especial que transportó a figuras relevantes y políticos para participar de la llamada “contracumbre”, en rechazo a la lV Cumbre de las Américas que se realizaba en Mar del Plata. Entre los pasajeros figuraban Diego Maradona, Evo Morales y Emir Kusturica, entre muchos otros.
Triste, solitario y final
En 1993, el Estado Nacional se desprendió de la red ferroviaria bonaerense, que pasó a ser administrada por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires a través de la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (UEPFP). Más tarde, sería la empresa estatal Ferrobaires la que se haría cargo de los trenes.
Ferrobaires, rápidamente, se convirtió en un elefante blanco con servicios deficientes provocados por la falta de mantenimiento de las unidades que corrían en estado calamitoso.
La debacle de Ferrobaires afectó seriamente a El Marplatense que ya distaba mucho de ser un tren de lujo. Los vagones presentaban visible deterioro y, como no se invertía en repuestos, se habían comenzado a desguazar algunos coches para que algunas de sus partes sirvieran para reforzar a otros vagones. Esta ecuación con saldo negativo hizo que, en el 2013, el tren corriera con solo tres coches.
Un año después, quizás buscando llamar la atención de las autoridades y para que El Marplatense no terminara en un olvido definitivo, el Consejo Deliberante del Partido de General Pueyrredón declaró el servicio de “interés turístico e histórico”. No fue suficiente. El viejo tren de lujo demoraba más de seis horas en llegar a destino y, en más de una ocasión, sus servicios salían muy demorados porque el material rodante no estaba en condiciones.
Un infortunio de la naturaleza se complotó para la defunción del tren. En 2015, el Río Salado se desbordó, inundando buena parte de la cuenca bonaerense. La feroz presión del agua debilitó el puente ferroviario que atravesaba el cause del río, razón por la cual, y de manera preventiva, se decidió cancelar todos los servicios ferroviarios que vinculaban la Costa con Buenos Aires. Recién dos años después, con las aguas ya niveladas y el puente reconstruido, los trenes volvieron a circular. Sin embargo, jamás volvió a rodar el añorado El Marplatense.
Cuando el 3 de julio de 2017, el tren volvió a llegar a Mar del Plata, lo hizo con formaciones nuevas, higiénicas y seguras, fruto de la reconversión de la flota implementada años atrás. Acaso esa sea una de las injustificadas razones por las que no se volvió a poner en marcha a El Marplatense.
Las dos formaciones hoy se encuentran arrumbadas en los galpones lindantes a la estación Remedios de Escalada. Algunos de los coches habrían sido vandalizados, pero, en general, sería bueno el estado de conservación. El Marplatense podría ser puesto a punto con un relativo bajo costo de inversión y aggiornado a las tecnologías y el control vigentes. Con decisión, el tren de lujo podría convertirse en un valorado atractivo turístico.
De Trenes argentinos no se suministro información ni se respondió al pedido de LA NACION para visitar los coches guardados.
El andén 14 de Plaza Constitución aún espera por los coches plateados que le daban aires glamorosos a ese viaje con destino a la ciudad turística más famosa de la Argentina. Los pasajeros y los amante del tren no pierden las esperanzas en volver a ver circular a ese tren que llevó a Gina Lollobrigida y a Evo Morales. El que unía la cosmopolita Buenos Aires con la Biarritz argentina. Ese, en el que las señoras se vestían con “ropa de salir” y los caballeros lucían corbata y sombrero, atuendos a la altura de la elegante travesía. El Marplatense fue el tren de lujo que marcó una época y que fue víctima de la decadencia y la desidia. Algo que parece no importarle a nadie. Por: Pablo Mascareño para el diario La Nación.
Me
dirijo a usted con el fin de elevarles esta fotografía donde se observan los
coches del mítico y más antiguo tren de pasajeros que todavía presta servicio
en la empresa provincial Ferrobaires y que se llama "El Marplatense"
cuyos coches Budd fueron víctima de las vándalos graffitis.
Foto
gentileza: Gus Dmittruk
Como
usted podrá observar en el documento gráfico, se observa, además, el coche de
al lado que le faltan los vidrios. ¿Alguién podrá informar qué están haciendo
con se está haciendo con el ícono de los Ferrocarriles Argentinos? Hasta ahí
llega el abandono de Ferrobaires. Saluda atte.
El Honorable Concejo Deliberante del Partido de General Pueyrredón, en la persona del Concejal Marplatense, señor Fernando Héctor Rizzi, que es el Presidente de la Comisión de Transporte y Tránsito, autor de la ordenanza de declarar de Interés Municipal por su valor Histórico y Turístico al tren de pasajeros "El Marplatense" por iniciativa del Instituto Argentino de Ferrocarriles (I.A.F.), representada por el señor Pablo Martorelli, entregaron al señor Interventor de la empresa Ferrobaires, Ing. Antonio Mantana, en un sencillo y emotivo acto desarrollado en el interior de uno de los coches Budd, el respectivo documento por contribuir a la promoción, conservación y preservación del Patrimonio Ferroviario Argentino.
Izq. a Der.: Pablo Martorelli (IAF) - Antonio Mantana (Interventor de la empresa Ferrobaires)
Al momento de hacer entrega de la Ordenanza Municipal Nro. 20.513 por parte del Concejal Rizzi al Interventor de Ferrobaires, el edil realizó un pequeño discurso, diciendo entre otras cosas, que: "Estuvimos buscando si había una figura que permitiese que los marplatenses expresáramos nuestra gratitud a lo que significa para la ciudad un tren histórico de lujo, y a partir de ello rápidamente el Concejo Deliberante por unanimidad entendió que el tren "El Marplatense" es uno de los factores turísticos de la ciudad, de la identidad y del perfil histórico de Mar del Plata que merecían un reconocimiento oficial".
Azafatas del tren de pasajeros "El Marplatense"
Seguidamente, habló el señor Interventor de Ferrobaires quien por momentos emocionado, a veces su alocución estuvo interrumpida por largos silencios, comenzó historiando sobre el origen de los coches Budd en la Argentina, continuando diciendo: "Hoy Ferrobaires está en una etapa de crecimiento. El gobierno de la Provincia de Buenos Aires encabezado por Daniel Scioli, quién me nombró interventor hacer 7 meses, su principal recomendación fue básicamente levantar la empresa, pero principalmente cuidar a la gente, tanto a los empleados como a los pasajeros, oxigenándolos todos los días con la cosa más simple que es dándole trabajo y tratando de ofrecer un mejor servicio".
Interior de uno de los coches Budd
Concejal del Partido de General Pueyrredón, señor Fernando Héctor Rizzi
Entrega de la Ordenanza Municipal Nro. 20.513
"Esta ordenanza que hoy nos hace entrega la gente del Partido de General Pueyrredón no es una ordenanza cualquiera, para Ferrobaires es alentador porque hace que sigamos adelante con optimismo. Esta temporada de verano que se inicia el próximo mes se van a notar las diferencias con la puesta en servicio de más trenes de pasajeros (serían 2 diarios) que unan Buenos Aires con Mar del Plata, todo esto con un esfuerzo de gestión que nos es propio, también de la provincia y de la gente que labora en esta empresa que está descubriendo con alegría que venimos hacerla crecer".
Interventor de la empresa provincial Ferrobaires, Ing. Antonio Mantana
"Pero también dicho esfuerzo es compartido entre la Nación y la Provincia pues estamos trabajando juntos a la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF SE) para reacondicionar la infraestructura de vía para que alguna vez podamos correr trenes y cumplir con ese slogan de la década del 70 de viajar a Mar del Plata en "4 horas y un ratito".
Terminado el discurso, se le hizo una pregunta referente a si se estaba reparando material rodante para afrontar la temporada de verano, dijo que: "Se está reparando material rodante y tractivo en nuestros talleres con mucho esfuerzo, pues la seguridad para nosotros es muy fundamental. Hemos recibido funcionando 115 coches y hoy tenemos un poco más de 80. Esa diferencia es porque nosotros mismos los hemos retirado del servicio por falta de algunos elementos críticos (ruedas, ejes, etc.) que lamentablemente tienen un tiempo de reparación bastante largo, habiendo elementos que ya no se fabrican en el país debiendo esperar varios meses para su importación, por lo tanto vamos a pasar la temporada con lo que tenemos".