Nota de Opinión
Por Carlos Alberto Salgado
Para
Crónica Ferroviaria no es sorpresa
saber que para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires su prioridad absoluta
es el Proyecto Metrobus en detrimento del subterráneo; lo que no sabemos es si
para el medio de transporte ferroviario, sobre todo los trenes de pasajeros
media, larga distancia y regionales, se le pagaría con la misma moneda, o sea,
si la primacía seguirá siendo, como hace décadas, el transporte automotor.
No
es nada descabellado lo que expresamos, ya que como lo publicáramos en notas
anteriores el Ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, estuvo
ofreciendo el sistema Metrobus en varias provincias y ciudades del interior del
país que suplantarían a servicios de trenes regionales.
Con
relación a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al inaugurar las sesiones
ordinarias del año en curso, el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, en
su discurso ante los legisladores porteños con relación al transporte dio
prioridad absoluta al proyecto Metrobus y apenas hizo un esbozo del sistema de
subterráneos.
El
medio EnelSubte.com informa al respecto que varios corredores a construir en el
próximo cuatrienio serán: Avenida Alberdi, el Metrobús Transversal, Avenida
Córdoba, Leandro N. Alem-Almirante Brown y Libertador-Figueroa Alcorta, de
ellos se superponen con líneas de Subte en construcción o proyectadas. El
“Transversal”, por ejemplo, había sido anunciado durante la campaña para
reemplazar a la línea I del Subte, cuyo proyecto fue dejado de lado por la
Ciudad al asumir como posición oficial su sustitución por un carril exclusivo
para colectivos, mientras que el de la avenida Leandro N. Alem se superpone en
un 100% con la extensión de la línea E, que cuenta con sus túneles ya
terminados y cuya apertura se prevé para dentro de dos años.
Sigue
diciendo el medio especializado EnelSubte.com que la novedad es ahora el
Metrobús de la avenida Córdoba, que se superpone en gran medida con la traza de
la también proyectada línea G (Retiro – Cid Campeador por debajo de las
avenidas Córdoba y Estado de Israel), cuya construcción fue aplazada sin que
esté previsto que se retome en el futuro cercano, pese a haber sido una obra
anunciada por Macri en su discurso de apertura de sesiones de 2011. Un año más
tarde, al caerse las negociaciones por un acuerdo llave en mano con una empresa
china, el proyecto se canceló.
Por
último dice que el Subte, en tanto, ocupó un lugar secundario en el discurso.
No se habló de construir nuevas estaciones –ni siquiera se hizo referencia a
estaciones teóricamente en obra como Sáenz y Facultad de Derecho, de la línea
H– ni mucho menos de iniciar la construcción de nuevas líneas. Con la G y la I
reemplazadas por metrobuses y la F –el último proyecto que se había barajado–
aplazada por voluntad del GCBA, Larreta prefirió concentrarse en comprometerse
a mejorar la frecuencia (habló de bajar los tiempos de espera a tres minutos),
incorporar conexión wi-fi y sumar coches con aire acondicionado.
En
una palabra, como ya lo expresáramos en nuestra nota titulada "A 68° años
de la nacionalización de los ferrocarriles argentinos" de fecha 01 de
Marzo pasado, hay que estar atentos y vigilantes, y no bajar la guardia de
posibles intentos de querer terminar con aquello que los enemigos del sistema
de transporte ferroviario hicieron lo imposible, allá en la década del 90, por
exterminarlo de la vida nacional. No podemos tropezar dos veces con la misma
piedra.
No
somos alarmistas, sólo nos mueve la inquietud, como dice parte del tango
"Por la Vuelta", que la "historia vuelva a repetirse".