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Días atrás,
comenzó a circular la versión sobre la posible interrupción del servicio del
ramal diesel del ferrocarril Mitre, que une Victoria con el pueblo de Capilla
del Señor. Rumores generados a partir de la disminución de la frecuencia que
cumple el tren que pasa por Zelaya.
Actualmente,
tanto los vagones como las vías del ferrocarril se encuentran en estado
deplorable, y es por ese motivo que comenzaron a encarar una reestructuración
del tramo. Es que luego del accidente de trenes ocurrido en el barrio porteño
de Once en febrero último, las medidas de seguridad en la red ferroviaria
comenzaron a ser vistas con la importancia que siempre debieron tener. También
ocurre con el tren que pasa por Zelaya.
“Lo ideal es
que paren por 90 días antes que pase una tragedia”, señaló con conocimiento de
causa una vecina de Zelaya, Graciela Carrión. La mujer es la esposa de un
empleado del ferrocarril, quienes actualmente viven en la estación de trenes de
la localidad.
Fue ella
quien desmintió la versión de la interrupción total del servicio, y aclaró que
los trenes continúan pasando por el lugar. “Suspenderán por 90 días el servicio
a Capilla para acomodar todo”, mencionó. También informó que desde la UGOMS S.A., actualmente
a cargo de la concesión del ramal, comenzarán a reparar todos los tramos
peligrosos del viaje entre Tigre y Capilla e incluso se habla de extender el
servicio hacia algunos de los destinos que solía tener el ferrocarril Mitre,
como por ejemplo, la ciudad santafesina de Venado Tuerto que TBA, empresa que
prestaba servicios hasta hace algunos meses, canceló en 2007.
La inminente
reparación de las vías remite a dos casos puntuales ocurridos hace un año
atrás, cuando se registraron dos descarrilamientos en las cercanías de la
estación López Camelo, localidad cercana al Talar de Pacheco.
Cambio de hábitos
La reducción
del servicio del ferrocarril invitó forzosamente a los zelayenses y vecinos de
barrios cercanos a cambiar sus costumbres para viajar. Andrés Dologaray es un
joven que vive pegado a las vías, y la incertidumbre de la frecuencia del
servicio lo llevó a tomar al colectivo como primera opción para trasladarse. “A
Garín, en tren tengo media hora, y en colectivo una hora y media”, afirmó el
joven, que también habló de costos, ya que en la localidad hay un solo comercio
que recarga SUBE y “abre cuando quiere”, según sus palabras. Es por eso que
viajar en colectivo le cuesta $3,10 con monedas o $1,80 cuando tiene crédito en
la tarjeta, mientras que en tren le cuesta $1,10.
Por su parte
Sergio Freites, empleado de una remisería cercana a la estación, también
compartió su experiencia: “Hay gente que viene de San Fernando a trabajar a los
countries. Si pierden el de la vuelta, se tienen que ir en colectivo a Matheu,
que implica un gasto mayor”.
Localidad incomunicada
Días atrás,
El Diario publicaba la situación en la que se encuentra Zelaya en materia de
transporte. Con la reciente interrupción parcial de los servicios del
ferrocarril, los colectivos son ahora el único medio de transporte público con
una frecuencia relativamente estable, que recorre la localidad. Los mismos
vecinos señalan que es cada vez más tedioso poder llegar a casa a tiempo. Son
pocos los colectivos que desde el centro de Pilar parten hacia Zelaya, y el
principal problema que remarcan es que, al recorrer también Villa Rosa y otros
barrios como Pellegrini, no hay una prioridad para aquellos cuyo destino final
es Zelaya, y deben esperar hasta más de una hora para poder subir al ómnibus,
que según los vecinos, pasa cada 40 minutos, tanto para Pilar como para
Escobar. “En la terminal de Pilar no se puede esperar el colectivo porque se
llena, cuando llega siempre suben primero los de Villa Rosa”, expresaba un
pasajero por aquel entonces. La impuntualidad también es una de las principales
falencias que los pasajeros resaltaron en la encuesta realizada por El Diario
en un sondeo sobre los hábitos de consumo de los pilarenses.TresLíneas.com.ar