Ni sillas ni computadoras viejas se quemaron en el incendio ocurrido del 12 de enero en las instalaciones del tren eléctrico, en Villa El Salvador. Esa fue la versión que dio por esos días la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE) para minimizar la magnitud de los daños. En realidad, en el hasta hoy extraño siniestro desatado a plena luz del día, se dañaron las piezas electrónicas de las que depende todo el sistema de operaciones de los trenes, como lo ha podido comprobar este Diario.
¿Por qué se ocultaron los hechos? Era evidente que una emergencia de esta naturaleza afectaría la imagen de la obra emblemática que el presidente de la República, Alan García, pretende inaugurar contra viento y marea el próximo 11 de julio, antes de concluir su segundo gobierno. Recordemos que en el primero, hace 25 años, dejó inconcluso el tren eléctrico en medio de denuncias de sobornos.
La prisa presidencial con esta obra ha hecho que se construya en 18 meses la primera línea del tren (en tiempos normales hubiera demorado 3 o 4 años). Sin embargo, el principal problema para cumplir el plazo de inauguración no es la infraestructura, sino la disponibilidad de trenes para operar de manera eficiente este sistema de transporte masivo.
Actualmente, solo se cuentan con cinco trenes adquiridos a Italia en los noventa que – como reconoce el propio director ejecutivo de la AATE, Oswaldo Plasencia– permitirán operar con limitaciones, pues se requiere una flota mínima de 15 trenes para que el servicio tenga una frecuencia de 6 minutos y cubra sin problemas una demanda promedio de 125.000 pasajeros por día.PROBLEMA MINIMIZADO
Pero, a todo esto, la AATE debe ahora –en tiempo récord– reparar los daños causados por el incendio que dejaron inoperativos a tres de los cinco trenes disponibles.
El día del incendio, los trenes se encontraban en las instalaciones de Villa El Salvador desarmados, para los trabajos de repotenciación, y se quemaron en total 45 tarjetas electrónicas que formaban parte del sistema de operaciones de tracción y freno.
Hace dos semanas, tras confirmar que no existen repuestos originales de dichas tarjetas porque son piezas muy antiguas, Oswaldo Plasencia y el ministro de Transportes y Comunicaciones, Enrique Cornejo, recurrieron a los Servicios Industriales de la Marina para pedir su ayuda con carácter de urgencia.
Según el convenio que firmó la AATE con el SIMA –al que este Diario tuvo acceso– la fabricación de las nuevas tarjetas tendrá un costo de US$263.156,52.
“Se dañaron piezas antiguas que se han dejado de fabricar en el mercado. Estas tarjetas electrónicas sirven para controlar el sistema de operaciones y representan el cerebro del tren, explicó Andrés Salas, subdirector del SIMA.
Entrevistado esta semana por El Comercio, Plasencia insistió en que se trató de un siniestro de mínimas proporciones y que no ha puesto en riesgo el calendario de inauguración del tren eléctrico.
Sin embargo, este Diario conoce que el Departamento de Seguridad del Estado abrió una investigación del incendio, pues Plasencia manejó la versión de un posible sabotaje antes que negligencias en la obra que tiene más ansioso al presidente García.
NO HAY RESPONSABLES
Pese a que han transcurrido tres meses, hasta la fecha no se ha determinado el origen ni a los responsables del incendio ocurrido a las 12:28 horas en el ambiente denominado Laboratorio de Equipos Electrónicos del tren eléctrico.
Según fuentes de la AATE, el jefe de Seguridad Industrial de ese organismo, Alfredo Reyes Vivas, se mantiene en su cargo, no obstante que no se cumplieron los protocolos de seguridad y las alarmas de incendio y los aspersores estaban inoperativos debido a que se encontraban en mantenimiento.
En declaraciones a otro diario en febrero pasado, Reyes dijo que solo se habían quemado “mesas y sillas viejas”.
En los reportes del cuerpo de bomberos se registró la atención de la emergencia en el parte de servicio No. 002384-2011, pero no se investigó el siniestro, indicó el comandante Mario Casareto, director de imagen del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú. Solo se indicó que “se halló un depósito de aproximadamente 32 m2 en un primer nivel que se encontraba totalmente prendido”.
Como prueba de que no se trató de un incendio de mínimas proporciones, la AATE pidió a los bomberos un informe de la emergencia para presentarlo a la compañía de seguros Mapfre. En respuesta los bomberos emitieron la constancia de emergencia No.016-2011 CGBVP/XXIV/CDLS, pero se desconoce qué se consignó allí pues el documento no ha sido entregado a este Diario, pese a que fue solicitado hace varias semanas.
TRENES NUEVOS EL 2013
El 22 de febrero pasado, el Consorcio Tren Lima, Línea 1, integrado por las empresas Graña y Montero y Ferrovías (capitales peruanos y argentinos) se adjudicó la operación de la línea 1 del tren eléctrico que irá desde Villa El Salvador hasta San Juan de Lurigancho.
Dicho consorcio invertirá 290 millones de dólares en el sistema de operaciones, de los cuales 200 millones se destinarán a la compra de 19 trenes nuevos. El único detalle es que –según el cronograma oficial aprobado– estos empezarán a adquirirse en el 2013 y en forma progresiva. La posibilidad de adquirir trenes nuevos para julio próximo está descartada, ya que estos se compran por encargo y demoran en producirse dos años desde el momento en que se decide su adquisición. En tanto, la compra de trenes usados depende de que las empresas operadoras estén renovando su flota y que esta sea compatible con la línea del tren eléctrico de Lima. Esa posibilidad ya fue descartada, pues el año pasado el MTC hizo varias indagaciones infructuosas.
Solo queda que los especialistas del SIMA fabriquen en tiempo récord las nuevas piezas que permitirán la inauguración del tren en julio próximo.(Fuente y foto: ElComercio.pe)
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