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Esta semana, desde horas pico de la tarde, las cancelaciones de trenes en la Línea Roca han sido numerosas. El martes 2/8, la situación se desbordó y los usuarios se aglomeraron frente a la sala de auxiliares de Plaza Constitución amenazando al personal por los trastornos para viajar. Pero la responsabilidad por los inconvenientes no es del personal ferroviario sino de las gerencias, del directorio de Trenes Argentinos y del Ministerio de Transporte.
Las cancelaciones se producen por las distorsiones visuales que producen los parabrisas de las formaciones eléctricas chinas que determinan que los conductores no puedan ver correctamente las señales y, por lo tanto, deban salir de servicio.
Ocurre que, por una cuestión de costos, la reposición de parabrisas dañados por apedreamiento no se contrató con China sino con fabricantes locales, quienes no respetaron los materiales originales. La consecuencia fue que el flujo eléctrico que permite el desempañamiento de los parabrisas provocó la deformación de los vidrios y, por lo tanto, de la visual. Esta situación se agrava en horas nocturnas con la iluminación artificial.
Los funcionarios de Trenes Argentinos y del Ministerio de Transporte son quienes no controlaron el cumplimiento de las normas del fabricante al momento de contratar los parabrisas de reposición.
El ajuste que se viene aplicando desde tiempos del macrismo hasta el presente en materia de transporte es la causa de este desenlace, así como la gestión de Randazzo bajo la presidencia de Cristina Kirchner, ya que sus compras de material rodante a China no vinieron acompañadas de piezas de reposición, como hubiera correspondido.
Las consecuencias las sufren los trabajadores que son usuarios de los trenes así como los compañeros del riel que dan la cara ante el público y sufren la ira popular por el mal servicio.
La solución “provisoria” implementada el miércoles 3/8 consistió en sumar más trenes japoneses Toshiba de más de cuatro décadas de uso en reemplazo de las formaciones chinas: una involución a material rodante obsoleto que suma más inseguridad al servicio. Así como la “recomendación” de La Fraternidad, el gremio de los conductores, de prestar “colaboración” con las formaciones donde la falla sea menos notoria.
Ninguno de los gremios ferroviarios exigió garantías de seguridad para el personal ni un servicio de emergencia complementado por autobuses y la gratuidad del transporte en la franja horaria afectada para enfrentar la crisis. Tampoco denunciaron la negligencia empresaria, empeñados como están en la defensa del gobierno ajustador.
Basta de ajuste e inseguridad en el transporte. Fuera los funcionarios ñoquis de Trenes Argentinos y el Ministerio de Transporte. Abajo la burocracia sindical ferroviaria. Por la nacionalización integral, bajo control de trabajadores y usuarios!.PrensaObrera.com