Actualidad
Al límite con las últimas crecidas, el sedimento acumulado quedó a 60 centímetros entre el puente ferroviario y el caudal.
Las intensas lluvias que azotan la región están causando estragos en la Quebrada del Toro, especialmente en la entrada a Campo Quijano por la ruta 51. La crecida del río Blanco ha arrastrado una gran cantidad de sedimentos, piedras, ramas y barro desde las altas cumbres, poniendo en peligro el puente ferroviario del ramal C-14. El material acumulado se encuentra a solo 60 centímetros de las vías, cuando en condiciones normales la distancia entre el puente y el cauce del río era de casi cuatro metros.
El paisaje característico de río Blanco, famoso por sus aguas cristalinas y su atractivo turístico, ha cambiado drásticamente en las últimas semanas debido a las lluvias y los deslizamientos en las altas cumbres. Aunque en algunas zonas el agua sigue siendo transparente, la fuerza de la corriente ha hecho que adquiera un tono blanquecino o incluso chocolate, dependiendo de la cantidad de sedimentos en suspensión.
Los vecinos aseguran que no se veía una crecida de esta magnitud en años. La situación es crítica no solo para el puente ferroviario, sino también para la Ruta 51, donde varios arroyos han cortado el paso. Aunque en ese sector se realizan tareas de mantenimiento, en el puente del ramal C-14 aún no se han tomado medidas concretas para evitar una posible obstrucción o daño estructural.
Río Blanco es un paraje prácticamente privado, atravesado por una única calle ancha y profunda. Allí viven familias que han sido dueñas de estas tierras por generaciones y que, décadas atrás, decidieron abrirlas a los visitantes. Su principal atractivo son las aguas cristalinas y el entorno natural, pero la falta de mantenimiento en su cauce ha provocado la acumulación de sedimentos con el paso de los años.
"El torrente baja estrepitosamente desde las cumbres del río La Virgen y el Triángulo. A principios de año, ya tapó un pequeño puente de acceso a la otra orilla por la calle interna del paraje. Ahora, el barro y las ramas están a punto de bloquear el puente ferroviario", relató un vecino que compartió un video de la situación con El Tribuno este martes por la tarde.
A tan solo 60 centímetros
La estructura ferroviaria, de unos 20 metros de ancho, se sostenía originalmente a unos cinco metros del cauce. Sin embargo, con el paso del tiempo, las lluvias y los deslaves han reducido este espacio, especialmente durante la temporada de verano. Este martes, la distancia entre el puente y el agua era de apenas 60 centímetros.
En enero pasado, la crecida del río Blanco ya había dejado intransitable un pequeño puente que conecta la villa con la zona de serranía, cubriéndolo de ramas, piedras y lodo. Actualmente, el acceso al río está restringido, aunque algunos visitantes se aventuran a ingresar, desafiando las cintas de peligro colocadas en la zona.
Los lugareños, preocupados por la situación, señalan que el material arrastrado proviene de las quebradas internas. Además, advierten que los diques naturales, que normalmente contienen los sedimentos en medio de los cerros, han cedido ante la fuerza del agua, agravando el problema en los primeros kilómetros de la Quebrada del Toro, entre Campo Quijano y la zona de Alisal.ElTribuno.com
Varios de estos puentes centenarios corren peligro, por las sorpresivas crecidas y la falta de mantenimiento.
ResponderEliminar
ResponderEliminarQue es lo que ha cambiado en 40 años donde la infraestructura ferroviaria ha quedado en verdadero riesgo mientras la infraestructura vial no ???
Un puente ferroviario hoy corre riesgo por inundación o crecida de rio, o por los delincuentes, mientras los puentes viales no ???
Detrás de la protección legal o no estará el llamado plan Larkin que ve una reducción del presupuesto de destrucción al ferrocarril al usar a civiles al servicio de ellos conservando a sus gobiernos afines a ellos de forma impune y con buena imagen???
Claudio Garcia