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Los pasajeros que toman el tren a Buenos Aires deben acceder al andén cruzando las vías y esperar a la intemperie. Las historias de los viajeros
Son las 10:00 horas de un martes feriado y, mientras la televisión muestra las imágenes de los actos por el Día de la Independencia, la estación de trenes Rosario Sur empieza tímidamente a llenarse de gente en plan de empezar sus vacaciones de invierno. Hace frío, bastante, por eso muchos deciden esperar afuera para aprovechar el sol que calienta la esquina de San Martín al 6200. Cargados de valijas y bolsos, cuando llegue el tren, esas personas serán las primeras en cruzar las vías para poder ingresar a la formación que las llevará a Buenos Aires.
La rutina se repite todos lo días, incluso de madrugada. Cuando el tren llega a Rosario, los pasajeros pueden pasar directamente del andén a la estación. Sin embargo cuando el viaje es en sentido contrario, hay que salir de la estación y caminar por sobre las vías para poder ingresar a los andenes. Un trayecto incómodo, sobre todo si se viaja con mucho equipaje, niños o personas con discapacidad motriz.
La estación de trenes Rosario Sur se inauguró en 2015, cuando se retomaron los servicios ferroviarios entre la ciudad y la capital del país. Un tiempo después, los usuarios empezaron a reclamar por la falta de servicios: un bar, espacios de espera cerrados o la construcción de una pasarela que evite cruzar las vías para tomar el tren. En el verano del año pasado, autoridades de Trenes Argentinos presentaron un plan de obras para revitalizar la estación, pero el cambio de signo político en la Presidencia dejó los trabajos a medio camino.
Actualmente, la estación no cuenta con un bar, los espacios de espera son abiertos, tienen pocos asientos y los pasajeros que toman el tren con destino a Buenos Aires esperan en andenes a la intemperie. Allí, las comodidades no son mayores, apenas cuatro bancos pintados de azul, dos de cada lado, reciben a los viajeros.
Las obras más esperadas
"Hace frío", dice Leonor mientras frota sus manos, como en un intento por despabilarlas. La mujer viaja junto a su pareja, su hija y, por primera vez, sus dos pequeños nietos, en plan de vacaciones de invierno. El grupo está parado sobre uno de los costados de la estación Rosario Sur, detrás de las rejas que limitan el espacio. En el lugar hay solo una decena de bancos para todos los pasajeros y todos los lugares están prácticamente ocupados.
Leonor dice que usa con frecuencia los trenes, que el servicio es muy bueno, puntual y que los coches son muy cómodos, sobre todo para viajar con niños. Pero cuestiona el escaso confort que brinda la estación. "Podrían cerrarla y techar los andenes, para que la espera sea más confortable, sobre todo de madrugada", advierte,
El edificio de la Rosario Sur se encuentra casi sobre la punta del triángulo que forman la avenida San Martín y las vías del ferrocarril Mitre. Es una construcción despojada, de cemento gris, vidrios y rejas negras, de dos plantas. En la de abajo están las ventanillas y hay un puesto para cargar la tarjeta de colectivos. Al primer piso se accede por escaleras mecánicas, allí solo funcionan los baños.
Olga Pedemonte es una de las referentes de la vecinal Yrigoyen. La institución que, en distintas oportunidades, reclamó mejoras para la estación. "Pedimos que el lugar tenga más usos: un cajero automático, un bar, un acceso más seguro a los andenes. Pero nada cambió", se lamenta.
En febrero de 2023, las autoridades de Trenes Argentinos recorrieron la estación Rosario Sur. Consideraron que las instalaciones quedaron chicas para la cantidad de usuarios del servicio y se comprometieron a licitar la explotación de un bar o un quiosco en el edificio, además de techar los andenes que van a Retiro para que los pasajeros no tengan que ingresar al tren a la intemperie. Tal como lo hacen ahora.
Viajar en tren
Los trenes unen a diario las estaciones Rosario Sur y Retiro. Los servicios salen a las 0.33, las 3.33 y las 11.17. Los pasajes cuestan $ 11.100 si se viaja en primera, $ 14.300 en pullman y $ 29.300 en coche camarote, que solo se incluye como opción los viernes y sábado.
"La estación es muy incómoda. Es increíble que hoy día, con la tecnología que hay, tengamos que caminar por las vías para ir a tomar el tren", se queja Florencia, con apenas 13 años. Junto a su hermana Emma, de 9, y su mamá están en la esquina de la estación Rosario Sur esperando el tren en el que esperan comenzar sus vacaciones de invierno Las acompaña su abuelo quien con paciencia las ayuda a bajar del auto tres valijas, tres bolsos y varios otros bártulos que las niñas prepararon para disfrutar del receso escolar.
Las niñas, cuenta su abuelo, están acostumbradas a hacer ese viaje, que repiten entre tres y cuatro veces al año, muchas veces solas. "Es muy incómodo, a veces me permiten que las acompañe con los bolsos, porque solo dejan ingresar a los andenes a quienes tengan pasaje, otras veces encuentro quien las ayude", se queja el hombre y, como su nieta, advierte que la solución no demanda de mucha ingeniería. "Si hicieran una pasarela cubierta entre la segunda planta de la estación y el andén, se solucionarían estos problemas".
Ya pasaron diez minutos de las 11. El tren está por llegar y los pasajeros se acomodan en fila frente a las barandas pintadas de blanco y rojo que separan la vereda de las vías. Acomodados en fila empiezan a caminar sobre la traza ferroviaria, el viaje está por comenzar.LaCapitaldeRosario.com
Viva la libertad y yo no voy en tren ando en tanques o helicóptero
ResponderEliminarMario Peña