Nota de Opinión
Por: Dr. Marcelo Merlino (para Crónica Ferroviaria)
Además de las sistemáticas violaciones a la Constitución Nacional, a la Ley General de Ferrocarriles, al Código Civil y Comercial de la Nación, jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y demás legislación vigente, al desafectar la Agencia de Administración de Bienes del Estado, (AABE) y disponer ilegalmente la venta de inmuebles ferroviarios de carácter operativo sin intervención del Congreso Nacional, tal como la playa de Colegiales de la Línea Mitre o la fracción de playa de alistamiento de trenes de la cabecera Retiro (Mitre) en la Capital Federal de esa misma línea, pese a que esta última posee carácter de bien histórico, lo cual hace a esa venta pasible de nulidad absoluta en el futuro, el levantamiento de los cruces de las Líneas San Martín y Urquiza en Hurlingham y Pilar, respectivamente, y ahora la desafectación de la playa de maniobras de Martín Coronado de la Línea Urquiza.
Pero merece un párrafo aparte, la paralización de las obras de ingreso de la Línea Sarmiento a Plaza Miserere, con lo cual los trenes eléctricos de esta última no ingresan a la mencionada terminal subterránea desde hace, inexplicablemente, casi cinco años, pese a lo avanzado de las obras de modernización y reconstrucción de la infraestructura de vía, de alimentación eléctrica y de desagües que fueron encaradas durante la gestión anterior.
Tal como lo ilustran las fotografías, la doble vía se renovó al igual que el cableado eléctrico y las obras de desagües en prevención de inundaciones del túnel, restando solamente completar el balasto, la señalización y ajustes menores, para que los trenes vuelvan a ingresar a dicha terminal y así combinar con mayor eficiencia operativa y comodidad para los usuarios con las formaciones de la Línea “A” de Subte, como se lo venía haciendo desde la inauguración de esa terminal en año 1912.
Los trabajos se iniciaron durante el anterior gobierno, pero luego fueron paralizados sin explicación alguna, y durante todos estos años de la era macrista, vanos han sido los intentos por obtener alguna información al respecto, recibiendo por toda respuesta un total y hermético mutismo. Es todo un despropósito y le causa un inmenso daño al patrimonio ferroviario que es de todos, y al servicio público, malgastar todo el esfuerzo y la inversión hecha, cuando con muy poco dinero se puede completar dicha obra y restablecer su operatividad para beneficio público, lo cual no parece preocupar mucho a las actuales autoridades que presiden a la empresa ferroviaria estatal.
Siguiendo con la Línea Sarmiento, nos encontramos con otro símbolo inequívoco e inexplicable de irracionalidad de la actual gestión de los ferrocarriles en la Argentina, patentizado en la denominada Vía N° 4 que nace en Castelar y discurre hasta Merlo Este, sector Norte de la zona de parrilla de triple vía, la cual pese a estar en buen estado operativo, sus señales lumínicas también en perfecto estado de funcionamiento y haber sido objeto de reciente mejoramiento, ha sido empero anulada y su circulación obstaculizada ex profeso, mediante un montículo de colado asfáltico tendido sobre los rieles en las inmediaciones de la estación Ituzaingó Este, a metros del paso a nivel próximo a esta última estación, tal como lo ilustra la fotografía.
Cómo es posible que las autoridades de la empresa Trenes Argentinos Infraestructura (ADIFSE) o la Gerencia de la Línea Sarmiento hayan ordenado, autorizado, y tolerado hasta la actualidad semejante monstruosidad, siendo que esta vía, si bien no está electrificada, debe estar siempre expedita y en condiciones de operatividad, al menos como vía de escape para cualquier emergencia.
Adviértase que como consecuencia de semejante aberración, la vía descendente o número 2, está siendo compartida por los trenes eléctricos y los diésel de pasajeros de larga distancia, con lo cual ha quedado ésta innecesariamente al borde de la saturación,
En consecuencia, en caso de un accidente o una detención de un convoy (por distinta índole) en la vía descendente N°2, la vía 4° al estar deliberadamente anulada, no podrá ser usada como vía de escape o de emergencia, y la obvia consecuencia será el colapso de toda esa línea que transporta 300.000 pasajeros por día por la insensata decisión de un burócrata que evidentemente no está a la altura de sus responsabilidades, y sí incurso en clara violación a la Ley General de Ferrocarriles N° 2.873, y copiosa legislación complementaria.
Otra muestra incuestionable de que en nuestro país vivimos en la antijuricidad, y los que primeros que incurren en ella son los responsables de cumplir y hacer cumplir la Ley.