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La lista de más de 300 inmuebles y predios que el Estado decidió rematar incluye gran cantidad de áreas en torno a ferrocarriles.
En su afán de achicar el Estado tanto como sea posible, el gobierno de Javier Milei puso en marcha una subasta pública de más de 300 inmuebles a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). No se trata de una política novedosa: la implementó el macrismo tanto como pudo. En este caso, uno de los impactos más fuertes tiene que ver con terrenos e inmuebles vinculados a los ferrocarriles. Enajenar tierras y privatizar trenes.
“A escala nacional un montón de terrenos inciden en posibles desarrollos de infraestructura ferroviaria. Porque se liquidarían muchos inmuebles vinculados a terrenos ferroviarios que, si bien están subutilizados o con poco uso, perderlos es imposibilitar cualquier desarrollo futuro del ferrocarril”, analiza Fabio Márquez, licenciado en Diseño del Paisaje especializado en espacios verdes y gestión pública, docente universitario y exdirector de la Comisión de Participación Social de ACUMAR. Más conocido en redes sociales como Paisajeante, se dedica a difundir y explicar cuestiones relacionadas con el patrimonio urbano.
“Falta una consideración de qué oportunidad se pierde con cada uno de estos inmuebles al enajenarse, y qué usos posibles podrían tener en la comunidad donde están insertos para infraestructuras futuras de la ciudad”, apunta en diálogo con Tiempo. Su mirada sobre el gran listado de espacios a rematar se centró en la Ciudad de Buenos Aires: “Se liquidan inmuebles que están a la vera del ferrocarril, como en avenida Corrientes y cerca del parque Los Andes. Hay un montón de situaciones que podrían ser paliativos ante los déficits urbanos y que los van a enajenar vendiéndolos vaya uno a saber para qué, qué uso les dará quien los compre”.
Ni verde ni salud ni desarrollo de ferrocarril
En CABA, señala el especialista, hay 33 inmuebles a subastarse. Y la lista podría crecer. Esto incluye “mucho inmueble construido pero también espacios que podrían ser espacios públicos. Terrenos ferroviarios en Retiro, una parte del Belgrano Norte, en Palermo en Bullrich y Libertador. Es la ausencia del Estado con un rol en el cual primero pudiera pensar los déficits que pueda haber”.
Por caso, donde hoy está el Jumbo de Palermo, al lado del Regimiento Patricios, se dio una concesión desde la época del menemismo: “Venderlo como terreno público es llamativo porque se pierde la oportunidad de que, cuando se terminara la concesión, se recuperara espacio verde público o se le diera un uso más social”.
Otro de los ejemplos del remate en territorio porteño es un baldío de pequeñas dimensiones en Acuña de Figueroa y Guardia Vieja. “Es un baldío que tiene tanta antigüedad que tiene un montón de vegetación, y hay una agrupación social que desde hace años está tratando de que eso se transforme en una pequeña reserva”, cuenta Márquez.Por: Luciana Rosende para TiempoArgentino.com