Cartas de Lectores
Señor
Director de Crónica Ferroviaria:
En
su momento fue publicada la grave crisis de los talleres ferroviarios, como
también paralización de inversiones en la producción de vagones (donde circulan
muchas versiones sobre el proyecto ejecutado en Fabricaciones Militares Río
Tercero), que sin ninguna obedece a la crisis económica, donde el déficit
fiscal es muy elevado y décadas de una política ferroviaria consistente. Se compró material ferroviario, "llave
en mano" sin transferencia tecnológica, incrementando la deuda externa del
país y con una infraestructura deficiente.
La
falta de un proyecto país, impide muchas veces vislumbrar las reales
necesidades en materia de transporte, más allá de la certeza que tenemos que
sin ninguna duda las prioridades son los ferrocarriles y las vías navegables.
Las necesidades de ambas pueden ser satisfechas por la industria nacional, muy
golpeada por mucho tiempo y en el marco de un país que sigue atado a un esquema
económico ya superado.
El
sector industrial precisa no sólo de mercados, sino de medidas que garanticen
su competitividad exterior, previsibilidad y un decidido apoyo a la innovación.
En su momento, el ex primer ministro japonés Okita, al criticar las políticas
industriales de la región en comparación con Asia, dijo: "Uds. protegen
las industrias del pasado, nosotros las del futuro". En el caso de nuestro
querido país hay que preguntarse qué industrias tendrán futuro en base a una
visión de largo plazo.
En
un mundo cada vez más poblado, y más allá de la crisis global, precisa
alimentos y otros recursos naturales que la Argentina está en condiciones de
proveer, sin entrar en detalles sobre la necesidad que dichas exportaciones
deben contar con valor agregado, sin ninguna duda la "frontera
agraria" se expandirá e incrementará su volumen de producción. El
transporte por camión es altamente costoso para grandes distancias, y ello
demandará la reconstrucción integral del entramado ferroviario, además de
puertos, marina mercante (otro tema olvidado), y acá el talento nacional será
determinante.
Existe
mucho material que puede ser recuperado, modernizado y reconstruido, a un costo
moderado, además de rieles, infraestructura diversa que precisan los
ferrocarriles. Esto pone en evidencia el potencial que tiene la industria del
sector, que generaría miles de empleos en el interior del país, pero mientras
tanto la crisis los lleva al cierre y despidos. El desafío es como evitar este
siniestro escenario.
En
los 90 fueron implementados los "cluster" (*), que como lo definió
Porter, fue su impulsor en los Estados Unidos: como concentraciones de empresas
e instituciones interconectadas en un campo particular para la competencia. Los
talleres cuentan con predios e infraestructura que puede ser de utilidad para
muchas PYMES. En dichos predios, el Estado puede brindar diversas facilidades,
que van desde seguridad, instalaciones, apoyo administrativo, la subvención en
materia de servicios (agua, electricidad, Internet, gestión de residuos, etc.).
El
aprovechamiento mutuo de capacidades abre la posibilidad de evitar la pérdida
de empleos. Lo que será necesario es garantizar un mercado estable y
previsibilidad. También abre otras posibilidades, por ejemplo, los clústeres (*)
de cadena de valor, reducen costos por la proximidad física de los proveedores.
También tiene sus ventajas en la formación de recursos humanos, dado que los
concentra en un espacio reducido, donde las empresas puedan acceder a una
amplia gama de habilidades.
A
través de los clústeres el Estado podrá asumir funciones de investigación y
desarrollo (muy costoso para las PYMES) y las empresas asumir la producción en
serie. Asimismo, el Estado también sería responsable de formar recursos humanos
y de brindar infraestructura. Es preciso que organizaciones gremiales, cámaras
empresarias, el sector financiero, las autoridades municipales, provinciales y
federales tengan canales de comunicación. Los talleres podrían convertirse en
polos de desarrollo. No se perderían capacidades propias de
fabricación/reparación/mantenimiento de material ferroviario, todo lo
contrario, se potenciaría. El objetivo es diversificar su "mercado",
evitar despidos y promover una modernización integral, acercar proveedores, promoviendo
el aprovechamiento mutuo de capacidades.
Sin
ninguna duda en materia ferroviaria es preciso un profundo reordenamiento,
especialmente en materia de gestión de servicios, teniendo en cuenta que los
ferrocarriles son instrumento de fomento y desarrollo, los beneficios no están
en las ganancias que obtengan las empresas ferroviarias, sino en el impacto por
su prestación de servicios, conectando áreas aisladas con grandes centros de
consumo, reduciendo costos y contribuir, por otra parte, a la cohesión nacional,
rompiendo con el aislamiento de zonas estratégicamente vulnerables.
El
desarrollo ferroviario, no tiene que ver con algo meramente económico, tiene
que ver con la seguridad y la preservación de los altos intereses nacionales.
Atte.
Jorge
Alejandro Suárez Saponaro
Abogado
- Magíster en Defensa Nacional
(*)
Conjunto de empresas, agentes u organizaciones que inciden en la elaboración de
un producto o en la presentación de un servicio y que están geográficamente
próximas.