ACTUALIDAD
Aunque están
listos para ser utilizados, permanecen desde hace tres meses en un predio en
Dock Sud. El lugar cuesta US$ 7 mil diarios.
En lo alto,
con los pies colgando desde el interior de un container vacío, Raúl, viejo
estibador con años de trajinar entre barcos y grúas, describe la única
actividad que se registra en los dos trenes que llegaron desde China hace tres
meses para mejorar el servicio del subte y aún siguen amontonados en el puerto:
“Cada tanto viene un chino, recorre los coches, los mira de arriba abajo para
asegurarse de que no falte nada, se sube por unos segundos a cada uno y después
se va, sin decir nada”.
Los coches traídos desde China esperan a la intemperie ser utilizados en alguna de las líneas, que hoy funcionan con mayores demoras y menos formaciones. | Foto: Cedoc
Nadie sabe si
el supervisor es un funcionario nacional o porteño y, en medio del conflicto
por la transferencia, ninguna de las partes se lo adjudicaría: hacerlo sería
admitir cierta potestad sobre la administración del servicio. Desde que
desembarcaron el 12 de abril pasado, las diez unidades a estrenar que componen
las dos formaciones descansan en un depósito fiscal, en Dock Sud. Esta semana,
noventa días después del acto en el que el secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos,
anunció las incorporaciones, la concesionaria Metrovías retiró de circulación veinte
trenes de la ya sobrepasada red de subterráneos porteña, porque, según afirmó
en un comunicado, no tiene el dinero para mantenerlos. La línea D, que perdió
cuatro vehículos, es la más afectada. Metrovías asegura que la flamante
adquisición podría usarse para ese trayecto sin necesidad de adaptación alguna.
Los coches
fueron comprados por el Gobierno nacional a la empresa china Changchun Railway
Company. Cuentan con aire acondicionado, circuito cerrado de video y una
capacidad de 172 pasajeros por unidad. Los que están guardados fueron los
primeros en llegar de un total de nueve formaciones (de cinco vagones cada
una), que se completaría antes de fin de año, y que costaron, según indicó
Ramos, unos cien millones de dólares.
Vagones. Los coches traídos desde China esperan a la intemperie ser utilizados en alguna de las líneas, que hoy funcionan con mayores demoras y menos formaciones.
La idea
original era que reemplazaran a los centenarios vagones belgas que aún se usan
en la línea A, pero para eso sería necesario incorporar cerca del doble de
unidades. Por eso, si se liberaran, se los destinaría a las C, D, E o H, que
tienen un sistema compatible. Desde la empresa aseguran que sólo falta que la Nación les dé la
autorización para llevarlos a los talleres para probar su funcionamiento y
ponerlos en circulación.
El tren
fantasma. “El subte ya fue transferido por una ley nacional y las unidades ya
están pagas, así que es la
Ciudad la que debe ir al depósito y llevárselas”, argumentan
desde la cartera que conduce Ramos. Pero desde el Gobierno porteño insisten en
que aún no aceptaron el traspaso. Aunque reconocen que aun así podrían
facilitar el ingreso de las formaciones, temen que hacerlo debilite legalmente
su posición. “Quieren hacernos firmar papeles para comprometernos más y decir
que es nuestro; además, la puesta en funcionamiento cuesta $ 20 millones que no
están contemplados en el presupuesto y los debe poner la Nación”, se quejan.
Pero
mantenerlos guardados tampoco es gratis. Ante la consulta de PERFIL, fuentes
del sector calcularon que guardar un vagón de unos 150 metros cúbicos
cuesta cerca de US$ 600 diarios más IVA. Por diez unidades, en el tiempo
transcurrido, el monto ascendería a US$ 540 mil. Tres funcionarios nacionales,
uno del Ministerio del Interior y Transporte y dos de la Secretaría, no supieron
contestar cuál es el monto exacto ni quién lo paga.
Según pudo
constatar PERFIL, el depósito Loginter no sólo alberga los nuevos coches
chinos. Hay al menos 18 vagones, entre coches del ferrocarril y otros que
fueron comprados para las líneas de subte. Algunos incluso están desde hace
tanto tiempo que los graffiteros ya se ocuparon de sus paredes. Ni la Nación ni la Ciudad ni la concesionaria
pudieron confirmar su origen ni su uso. Tal vez, como las nuevas formaciones
chinas, se trate de otros rehenes de una guerra sin tregua a la vista.
Sin alza en el tranvía
El medio de
transporte con más subsidios por pasajero de la Ciudad será el único que no
sufrirá ningún aumento en la tarifa. Mientras que a partir de agosto el
colectivo costará $ 2 para quienes no usen la tarjeta SUBE y el tren se irá a $
1,50, el tranvía de Puerto Madero seguirá costando sólo $ 1.
Según la Secretaría de
Transporte de la Nación,
el tranvía que circula por Alicia Moreau de Justo ya fue transferido a la Ciudad junto con el subte
mediante la Ley
26.740, en abril. “No anunciamos un aumento porque eso le corresponde al
Gobierno porteño”, aseguraron. Sin embargo, en la misma norma se traspasaron 33
líneas de colectivo que sí fueron incluidas en la suba.
Además, la
administración porteña asegura que es la Nación la que paga los subsidios. Ante la
consulta de PERFIL, ningún funcionario nacional pudo desmentirlo. Durante 2011,
el exclusivo tranvía –que recorre sólo 16 cuadras de uno de los barrios más
lujosos de la Ciudad–
se llevó $ 900 mil mensuales en subsidios y solamente transportó 138.449 pasajeros
en todo el año.Perfíl