Nota de Opinión
La corrupción no es un tema menor. En Argentina se habla de “viveza criolla”, más ventajosos, aprovechadores, “vivos”, en resumen, más corruptos. Esa percepción es generalizada en casi toda Latinoamérica. ¿Pero realmente hay más corrupción en estos países?
Una vía en silencio es un pueblo que muere
Una vía en silencio es un pueblo que muere. Los trenes son vitales y cuanto más largo sea el recorrido territorial que realizan, más esperanzas de progreso puede albergar esa nación. No existe el argentino que haya conocido España y no se refiera a la calidad de sus trenes.
Pero no solo de turismo vive el hombre, sino también de la productividad de la economía y de la capacidad de hacerla llegar hasta los lugares más recónditos si se trata del consumo interno.
El tren fue históricamente quien se encargó de esa labor, donde otro medio de transporte no podía acceder, allí llegaba el tren con su promesa de desarrollo. A finales de 1989 se registraban un total de 34.000 km de vías, mientras que en 1999, 7.000 km. Un total de 800 estaciones fueron cerradas, lo que llevó a que varios pueblos quedasen incomunicados.
"Fue tu lucha, tu vida y tu elemento...". Con estas palabras comienza el himno al prócer argentino, Domingo Faustino Sarmiento, el que tenía aspecto de malhumorado crónico pero, además de sembrar por doquier la escuela pública, creó el primer ferrocarril allá por el año 1857 y hasta dicen que algunos se persignaron ante el paso de ese primer gusano de hierro.
En vez de trenes, ferias artesanales
En vez de trenes, está la grama crecida y un silencio que abruma en muchos pueblos del interior de Argentina que hasta se quedaron sin población joven cuando en los 90, el ex presidente Carlos Menem decidió desmantelar la red ferroviaria y regresar el país a los años previos a la gestión del presidente Sarmiento. Algunos sitios, sin saber qué hacer con el espacio de las históricas estaciones, los utilizan para realizar rastros y ferias de artesanías como estrategia de atracción y,más que otra cosa, de supervivencia.
Diseñar estrategias de indigencia
Ciertas decisiones de políticas públicas actúan como fuerzas centrífugas del progreso de los pueblos y se convierten en la premisa contraria de lo que la política pública debiera perseguir, nos referimos al bienestar general.
Sin embargo, algunas intencionalidades en pugna ligadas a intereses non santos, lo arrojan a las alcantarillas.
Lo que queda de semejantes decisiones es la intemperie de muchos que siguen padeciendo y clamando por el regreso del tren para que sus pueblos resuciten y alguno que otro inversor se atreva a mirar el potencial económico y humano de esos territorios.
Así dice el dicho y también se aferran a esa fe la gente de los sitios del interior de la república, entre tantos otros pueblos, que esperan que el tren regrese, para reconstruir la realidad de su presente y pergeñar un futuro mejor porque como alguna vez escribí en un poema: "el clamor del pueblo no se rinde ni renuncia".BlastingNewsEspaña.com
La corrupción no es un tema menor. En Argentina se habla de “viveza criolla”, más ventajosos, aprovechadores, “vivos”, en resumen, más corruptos. Esa percepción es generalizada en casi toda Latinoamérica. ¿Pero realmente hay más corrupción en estos países?
Una vía en silencio es un pueblo que muere
Una vía en silencio es un pueblo que muere. Los trenes son vitales y cuanto más largo sea el recorrido territorial que realizan, más esperanzas de progreso puede albergar esa nación. No existe el argentino que haya conocido España y no se refiera a la calidad de sus trenes.
Pero no solo de turismo vive el hombre, sino también de la productividad de la economía y de la capacidad de hacerla llegar hasta los lugares más recónditos si se trata del consumo interno.
El tren fue históricamente quien se encargó de esa labor, donde otro medio de transporte no podía acceder, allí llegaba el tren con su promesa de desarrollo. A finales de 1989 se registraban un total de 34.000 km de vías, mientras que en 1999, 7.000 km. Un total de 800 estaciones fueron cerradas, lo que llevó a que varios pueblos quedasen incomunicados.
"Fue tu lucha, tu vida y tu elemento...". Con estas palabras comienza el himno al prócer argentino, Domingo Faustino Sarmiento, el que tenía aspecto de malhumorado crónico pero, además de sembrar por doquier la escuela pública, creó el primer ferrocarril allá por el año 1857 y hasta dicen que algunos se persignaron ante el paso de ese primer gusano de hierro.
En vez de trenes, ferias artesanales
En vez de trenes, está la grama crecida y un silencio que abruma en muchos pueblos del interior de Argentina que hasta se quedaron sin población joven cuando en los 90, el ex presidente Carlos Menem decidió desmantelar la red ferroviaria y regresar el país a los años previos a la gestión del presidente Sarmiento. Algunos sitios, sin saber qué hacer con el espacio de las históricas estaciones, los utilizan para realizar rastros y ferias de artesanías como estrategia de atracción y,más que otra cosa, de supervivencia.
Diseñar estrategias de indigencia
Ciertas decisiones de políticas públicas actúan como fuerzas centrífugas del progreso de los pueblos y se convierten en la premisa contraria de lo que la política pública debiera perseguir, nos referimos al bienestar general.
Sin embargo, algunas intencionalidades en pugna ligadas a intereses non santos, lo arrojan a las alcantarillas.
Lo que queda de semejantes decisiones es la intemperie de muchos que siguen padeciendo y clamando por el regreso del tren para que sus pueblos resuciten y alguno que otro inversor se atreva a mirar el potencial económico y humano de esos territorios.
Así dice el dicho y también se aferran a esa fe la gente de los sitios del interior de la república, entre tantos otros pueblos, que esperan que el tren regrese, para reconstruir la realidad de su presente y pergeñar un futuro mejor porque como alguna vez escribí en un poema: "el clamor del pueblo no se rinde ni renuncia".BlastingNewsEspaña.com