Actualidad
“Macri
puso como ejemplo concreto un caso vinculado al ámbito estatal, al señalar que
a todos perjudica ‘que haya tres veces más personas de las necesarias para que
pueda funcionar un tren’”. (Infobae, 1/5/16)
Esta
frase sintetiza la política que tiene Macri y el ministro de Transporte
Dietrich sobre la situación ferroviaria hoy en día, donde el macrismo no ha
perdido un día frente al ajuste y la pérdida de calidad del servicio
ferroviario. Para nombrar algunas situaciones, bastan los despidos en Fabricaciones
Militares, con la cancelación de la fabricación de formaciones de carga (1) o
el intento de cerrar algunas estaciones del Belgrano Norte por falta de
formaciones (2), sin mencionar el reciente descarrilamiento de un tren en el
ramal que va a Haedo.
El
gobierno de Macri
No
es noticia para ninguno que hay un ajuste en el país. Se comprueba día a día
con el aumento en los servicios, en los alimentos y en el transporte. Lo único
que no aumenta es nuestro salario. También se ve una ola de despidos en el ámbito
público y en el privado. Los trabajadores, por medio de las burocracias
sindicales, salimos a las calles en el acto obrero más grande en más de 10 años
contra los despidos (aunque siguen sin hablar de los salarios), que luego del
veto de Macri a la ley anti-despidos decidieron patear la pelota fuera de la
cancha y no hablar más del asunto. Y ojo con mencionar alguna medida de lucha.
Junto
a eso, se da al mismo tiempo una rebelión educativa que tuvo hasta ahora su
expresión máxima en la marcha del jueves 12/5 con más de 50 mil estudiantes,
docentes y no docentes marchando a Plaza de Mayo por presupuesto, salario y
boleto gratuito.
De
los 90 a la “revolución” ferroviaria
Para
entender mejor el contexto, es necesario hacer un recorrido sobre la situación
que hemos atravesado los ferroviarios desde hace más de 20 años. Con la derrota
de la lucha ferroviaria durante el menemismo, vino la privatización junto a los
despidos, la desaparición de muchos kilómetros de vías y la separación del
ferrocarril en distintos dueños. Durante más de 15 años se lo dejó a la deriva
sin las mejoras estructurales y tecnológicas necesarias. Únicamente se compró
chatarra al exterior como los trenes portugueses y españoles que se pusieron a
desuso al poco tiempo, hasta que la masacre de Once, con la muerte de 51
personas, y la lucha de sus familiares, obligó que el kirchnerismo tuviera que
prestarle atención a la situación desarrollando la afamada política de la
“revolución” ferroviaria de Randazzo, la que tuvo su punto máximo con la obra
de electrificación del ramal La Plata – Constitución (3). Obra que seguimos
esperando.
Ramal
que se rompe, ramal que se cierra
Esto
sintetiza la política del gobierno macrista respecto al sistema ferroviario
mediante la provincialización del tren, como se quiere hacer con la línea en el
Chaco y el Tren del Valle (4). Las provincias con mucho menos poder económico
para poder sostener un sistema ferroviario, limitado pero que sirve como método
de transporte diario para miles de pasajeros, se verían en la necesidad de
privatizarlo o dejarlo en desuso. Una historia similar son los trenes a Mar del
Plata, que se encuentran suspendidos desde agosto del año pasado por el
derrumbe de un puente por las inundaciones. Mientras la empresa Ferrobaires y
el gobierno nacional y municipal se pasan la pelota para ver de quién es la
culpa, y las obras de electrificación a La Plata y el circuito Bosques, que
recién está llegando a Berazategui y estipulan para el 2017 la llegada a la
capital provincial. Otro dato a tomar en cuenta es que aún no hay una
sub-estación eléctrica para alimentar las vías de Quilmes, con lo que se
utiliza la energía del ramal Temperley impidiendo aumentar la frecuencia y con
posibilidades de que se paralice todo el servicio.
Todo
esto son ejemplos del poco o más bien nulo interés que tiene el macrismo en
desarrollar una industria ferroviaria. Si con el kirchnerismo lo único que se
hizo fue darle chapa y pintura, hoy en día no tenemos ni eso. Los únicos
interesados en un sistema ferroviario integral, extendido y que permita ser la
punta de lanza para la industrialización del
país, somos los trabajadores ferroviarios junto a los usuarios, que
tenemos que organizarnos y salir a luchar por un tren bajo control obrero, al
servicio de la necesidad de los trabajadores y no del mercado. Por: Víctor
Rafael (Nuevo MAS).