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¿Para qué se están construyendo los túneles y los puentes del cinturón
ferroviario en las calles Mendoza y Córdoba entre Suipacha y Marco Avellaneda?
Los funcionarios dicen que son complementarios con la futura estación
multimodal de Cevil Pozo. Pero no se entiende por qué son parte de un mismo
plan: si los túneles y puentes se están construyendo porque la playa de
maniobras ferroviarias impide que se abran esas dos cuadras al tránsito, ¿para
qué hacer las obras si se va a trasladar esa playa de maniobras?.
Oscar Mirkin, el secretario de Obras Públicas, ha dicho que el proyecto
de apertura del cinturón ferroviario va a dejar una huella estética y va a
jerarquizar esa parte de la ciudad. También explican los responsables del plan
que se construyen los puentes porque se pretende seguir utilizando las vías
(actualmente circulan por ahí trenes de carga) y, de hecho, en más de una
ocasión se intentó reflotar el viejo proyecto de ferrobús (una ordenanza
aprobada en 1997) por el que se pretendía instalar un servicio de pasajeros
urbano que en un futuro llegara a conectar las poblaciones desde Tafí Viejo
hasta Lules. Ese plan, según su autor, el ex concejal y ex legislador radical
José Ricardo Ascárate, sólo requería dos vías. Las otras vías que hoy son
usadas (muy de vez en cuando) para maniobras podrían ser levantadas cuando se
traslade la estación de cargas, con lo cual ese argumento para hacer los
puentes y los túneles es insostenible.
Otro asunto complejo es la posibilidad de que se inunden esos túneles,
porque las napas freáticas son muy bajas. El encargado de la obra, Max Malinar,
ha dicho hace días que encontraron agua a tres metros de profundidad y que ya
hay bombas funcionando. Al final, la estructura tendrá un sistema de bombeo
constante para volcar el agua en el canal que corre por debajo de la calle
Suipacha; ese canal se satura en las tormentas de verano, razón por la cual el
paso por debajo del puente de la calle 24 de Septiembre se inunda. Un corte de
luz y no se podrá pasar por esos túneles de 140 metros.
El plan había sido elaborado por Vialidad mucho antes de que se lograra
destrabar la negativa de la Unión Ferroviaria (que administraba el Belgrano
Cargas) a abrir el cinturón de hierro. Caído el sindicato en desgracia y
habiendo retomado el Estado el control del ferrocarril, Alperovich anunció la
obra y se aprovechó un crédito por $50 millones del BID para hacerla (hace
días, el gobernador dijo que son $60 millones). Se la entregaron por licitación
privada a las empresas Tensolite, Ingeco y Di Bacco.
El anuncio de la estación multimodal plantea otros interrogantes.
También es un viejo proyecto que, de concretarse, implicaría convertir a
Tucumán en cabecera del NOA en transporte de cargas: allí llega la línea de
trocha ancha del NCA (que une nuestra provincia con los puertos). Y desde el
norte podrían llegar las de trocha angosta de la región. Por ello las
declaraciones del ministro de Transporte, Florencio Randazzo, generaron cierta
expectativa. Pero no dijo de dónde saldrán los 120 millones de pesos que podría
costar.
Tampoco Alperovich dijo con qué dinero se expropiarán las 100 hectáreas
que aportará la provincia al emprendimiento. De la única plata de que habló
Randazzo fue un hipotético crédito oriental por 2.470 millones de dólares, que
Cristina obtendría cuando visite China. De allí saldría plata para
infraestructura ferroviaria y para revitalizar los talleres de Tafí Viejo, que
en la última década han escuchado muchos proyectos de refuncionalización, tanto
con Randazzo como con el ex secretario de Transporte, (el hoy procesado y
condenado en una ocasión) Ricardo Jaime, que terminaron en frustración. El
Estado nacional hasta ahora no ha dado tarea en serio a los talleres, sino que
sólo ha comprado vagones en China, que no ha previsto aún usar en Tucumán.
Es decir, de todos los proyectos mencionados en estos días, el único
concreto (porque está la plata) es el de las calles Mendoza y Córdoba, ya en
ejecución. Y es el único que parece una obra hecha sin sentido común: hacer
túneles y puentes de costoso mantenimiento, donde simplemente podrían abrirse
dos calles por el 10% del gasto.La Gaceta