INFORME ESPECIAL
Túneles
superconductores de vacío, monorrieles a tracción humana o trenes espaciales
son algunos de los avances sobre los que ya se trabaja
Los problemas
de congestión urbana se siguen incrementando en todo el mundo, y el crecimiento
poblacional no se detiene. Ante esto, los sistemas de transporte público como
los ferrocarriles adquieren mayor importancia. Sin embargo, los avances
tecnológicos, la eficiencia energética y las necesidades de reducción de la
contaminación ambiental deben adaptarse a presupuestos más exiguos. Esos son
los objetivos de algunos de los proyectos innovadores en el área ferroviaria, que
prometen revolucionar al sector en las próximas décadas.
Túneles superconductores de vacío, una de las tecnologías que promete velocidades impactantes. Imagen: swissmetro.ch
La solución a
los inconvenientes de transporte en ciudades prácticamente colapsadas, junto a
una mayor consideración del impacto ambiental y la necesidad de disminuir los
costes y el gasto energético son los tres ejes que parecen dominar algunas de
las tecnologías revolucionarias que hoy se encuentran en desarrollo en el
sector ferroviario, y que prometen un fuerte impacto en las próximas décadas.
Sin duda, varias de estas soluciones tecnológicas podrán transformarse en
habituales en la vida cotidiana de aquí a unos cincuenta años.
Los
ferrocarriles son uno de los sistemas de transporte público que ofrecen más
ventajas en términos de reducción de la congestión del tráfico automotor y de
la contaminación ambiental, como así también en cuanto a la disminución de
costes y a una mayor eficiencia energética. Más allá de los avances en alta
velocidad ferroviaria, aún muchas ciudades del mundo cuentan con una
infraestructura que ha estado en vigor durante más de un siglo.
Sin embargo,
la tecnología sigue desarrollándose y de aquí a cincuenta años se podrán
apreciar profundos cambios. Algunos de los modelos y diseños más interesantes
que nos propondrá el futuro fueron resumidos en un artículo recientemente
publicado en el medio especializado Gizmag.
String Transport System, un sistema que emplea cables eléctricos para alcanzar velocidades de hasta 250 kilómetros por hora. Imagen: alternatetransport.com
Redes de
túneles superconductores y cables eléctricos
Una de las
novedades vendrá a partir de las llamadas redes de túneles superconductores,
una variante de los trenes de levitación magnética que operarán en tubos de
vacío a velocidades de hasta 6.500 kilómetros por hora, prometiendo viajes
internacionales como el trayecto Nueva York-Beijing a cumplirse en dos horas.
Según sus
impulsores, esta tecnología puede ser 50 veces más eficiente que los coches eléctricos
o los trenes actuales.
La red
Terraspan es uno de los proyectos que busca impulsar esta nueva tecnología.
Además de proporcionar la infraestructura para los trenes, esta red se
alimentaría en forma completamente independiente, sin afectar el suministro de
electricidad destinado a los hogares.
Swissmetro es
otro proyecto similar en Suiza, que prevé un servicio de trenes en tubos de
vacío capaces de alcanzar velocidades de 500 kilómetros por
hora.
Otro concepto
de tren de alta velocidad que tiene como objetivo presentar una alternativa a
los sistemas convencionales, aunque algo más sencilla que los trenes en tubos
de vacío, es el String Transport System. Este concepto se basa en el uso de
pesados cables eléctricos, que además de proporcionar potencia servirían de
apoyo para los carros y unidades de los servicios.
El tren de rieles tubulares, invirtiendo la ingeniería ferroviaria tradicional. Imagen: tubularrail.com
En este caso
se destacan las grandes ventajas en términos de coste, ya que un transporte de
este tipo sería entre tres y diez veces más económico que un tren de levitación
magnética o un sistema de monorriel. También se resalta que cada vehículo para
veinte pasajeros podría alcanzar velocidades en torno a los 250 kilómetros por
hora.
Rieles
tubulares y autobuses sobre pilotes
Un tercer y
sorprendente enfoque es el tren de rieles tubulares o Tubular Rail, que
revierte la ingeniería ferroviaria tradicional al ubicar el funcionamiento de
los dispositivos de tracción en anillos elevados sobre la estructura del tren,
generando una suerte de sistema de vías superior, o sea por encima de los
coches.
Estos trenes
podrían alcanzar velocidades de hasta 240 kilómetros por
hora, y como parte de la infraestructura existente se podría reutilizar
insumirían costes de construcción 60 por ciento menores con respecto a otras
opciones.
Otro de los
conceptos de transporte público más interesantes que se vislumbran de aquí a
las próximas décadas en cuanto a la reducción de la congestión urbana, y que a
su vez hace uso de la infraestructura existente, es un sistema de autobús que
rodaría sobre pilotes sobre el tráfico gracias a pequeñas pistas situadas entre
los carriles automotores, mientras que los pasajeros subirían y bajarían en
paradas de autobús elevadas.
El resultado
de este sistema, denominado “straddling bus”, sería que más personas podrían
transportarse por los mismos sitios, incrementando la capacidad de carga de las
vías urbanas pero sin interrumpir el tráfico y sin necesidad de construir un
sistema de carril completamente independiente.
Monorriel a
tracción humana y trenes espaciales
Shweeb es
otro concepto sorprendente y a la vez sencillo. Se trata de un sistema de
monorriel a tracción humana, que funcionaría mediante una suerte de bicicletas
colgantes suspendidas en pistas, capaces de unir dos puntos concretos.
En la
actualidad ya es posible viajar en el sistema Shweeb en parques de aventura de
Nueva Zelanda, donde se puede llegar a velocidades de hasta 45 kilómetros por
hora.
También
podemos mencionar al proyecto SolarBullet, que tiene como objetivo lograr la
alimentación de trenes capaces de alcanzar velocidades de 354 kilómetros por
hora mediante paneles solares en forma integral, o el ambicioso Maglev espacial
del sistema Startram, que prevé un superconductor de levitación magnética capaz
de llevar a un tren al espacio a través de la órbita baja
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