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Hace muchos años que, de tanto en tanto, se levanta alguna voz que habla de la necesidad de recuperar los trenes de pasajeros.
Por supuesto que las buenas intenciones no son suficientes para lograr el cometido, pero al menos el tema persiste.
Los ferrocarriles fueron determinantes en el transporte de pasajeros y cargas por años, pero cuando la década del 90 comenzaba, las cosas cambiaron.
Carlos Menem presidía el país y se anunciaba el nacimiento de una época de privatizaciones de empresas estatales que, vale destacar, muchos de los que ahora las critican en su momento las apoyaron, pero esto es otra historia.
La privatización ferroviaria en Argentina fue un proceso comenzado en 1990 durante la presidencia de Carlos Menem, tras la aprobación de la Ley de Reforma del Estado que autorizaba al Ejecutivo a privatizar y disolver entes estatales.
El 10 de marzo de 1993 se canceló la totalidad de los servicios interurbanos y larga distancia que todavía prestaba Ferrocarriles Argentinos.
El 1995, año en el cual se sustituyó el régimen de participación exclusiva del Estado en los ferrocarriles, a fin de permitir la participación privada en el sector mediante el otorgamiento de concesiones, prácticamente se canceló el servicio de traslado de pasajeros.
Esto que exponemos es nada más que una más que sucinta exposición de lo sucedido.
Con la privatización de los ferrocarriles muchas cosas cambiaron, incluso hubo pueblos que perdieron el principal ingreso y el alma del movimiento diario.
En principio, mencionar la necesidad de lograr el regreso de los ferrocarriles era mal calificado, sosteniéndose que quienes lo decían lo hacían por simples cuestiones políticas. Pero pasó el tiempo y los propios peronistas, partido al que perteneció Carlos Menem, comenzaron a impulsar la idea de volver a contar con los trenes.
En la provincia de Entre Ríos, durante el gobierno de Sergio Urribarri la idea sonó con mayor fuerza, al punto que bueno es recordar que en los últimos días de febrero de 2010, el gobernador llegó en tren a Chajarí, y prometió: “El ferrocarril va a crecer día a día con la cooperación de todos”.
Dijo también que “en el primer semestre (del año 2010) se establecerá el servicio regular; esto va a salir o salir”.
Convengamos que se están cumpliendo 14 años de aquella promesa, pero el servicio continuo de trenes de pasajeros no aparece.
Por otra parte, y lo notamos a esto, el estado de las vías está lejos de ser el óptimo, por lo que se necesitaría una inversión importante en este sentido. También habría que invertir en muchas otras cuestiones Ahora circulan trenes de carga, pero de pasajeros no se habla.
Como apuntábamos, los ferrocarriles fueron determinantes en el desarrollo del país, entre otros motivos porque facilitaron la incorporación de nuevas tierras para la actividad agrícola y ganadera al dinamizar los traslados y la comunicación.
La presencia del ferrocarril, además, fue decisiva en el movimiento físico de la población, tanto por la migración externa como por las crecientes migraciones internas, muchas veces vinculadas con las tareas agrícolas estacionales.
Asimismo, la aparición y expansión de este medio de transporte dio lugar al nacimiento de nuevos pueblos y ciudades.
Hay que apuntar también que el ferrocarril es más económico para transportar carga y pasajeros, pero claro está que, como indicábamos, habría que invertir en vías, locomotoras, vagones, etc., para agilizar y asegurar ese sistema de transporte.
Algo de historia
En la provincia de Entre Ríos, desde fines del siglo XIX existían servicios ferroviarios, pero el sistema tomó mayor importancia con la llegada del Ferrocarril de Entre Ríos (FCER), que perteneció a una compañía de capitales británicos que operó y construyó en parte a partir de 1892 una red ferroviaria.
En 1948 el Ferrocarril de Entre Ríos fue estatizado pasando a integrar desde el 1 de marzo de 1949 parte del Ferrocarril General Urquiza.
Este ferrocarril funcionó en manos del Estado hasta la privatización que, como indicáramos, se produjo durante el gobierno de Carlos Menem. A partir de ese momento el retroceso fue continuo llegando a lo que hoy es.
Cuando el gobernador Urribarri realizó hace 14 años los anuncios que recordamos, mucha gente aplaudió con convencimiento, aunque también se planteaban las dudas respecto a que sin dinero nada se podría hacer. Lamentablemente, no se hizo.
Aquella visita del gobernador a Chajarí, que ahora citamos, quedó para el recuerdo como una promesa más de las tantas que el pueblo escucha desde siempre en nuestro país.
Las decisiones políticas son primordiales en estos temas, pero las buenas intenciones no son suficientes para lograr el cometido. Se necesita además el dinero. ¿Hay fondos para que vuelvan los trenes? Esa es la pregunta que hay que responder.ChajeríalDíaDigital.com