11 de octubre de 2010

PERÚ: ¿UN METRO ES FACTIBLE EN LIMA?. ESPECIALISTAS RESPONDEN ESTA PREGUNTA

El suelo de la capital es idóneo para la construcción de un subterráneo. El Gobierno está dispuesto a invertir en una red de trenes urbanos

A mitad de la semana pasada, cuando el alcalde Luis Castañeda anunció una donación del Gobierno Francés para financiar estudios de prefactibilidad de un metro para Lima, la idea de un “tren subterráneo para Lima”:¿Es factible un metro subterráneo en Lima? Harán estudios de factibilidad para comprobarlo –que ya se había mencionado durante la campaña electoral– volvió a ponerse sobre el tapete.



Rápido, ecológico, con capacidad para trasladar hasta 60 mil personas por hora; pero un metro es tan costoso como una de aquellas ilusiones que uno se resigna a ver pasar de largo. Frente a una fila de micros que tocan el claxon para avanzar en la avenida Javier Prado, esta idea se menciona con cierta melancolía.

Las firmas Sogelerg, de Francia; Cal y Mayor, de México; y la consultora Cesel Ingenieros elaboraron en 1998 los estudios de una red de metro a pedido de la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE). Hace un par de años, actualizó el informe por su cuenta para adecuarlo a los cambios de la ciudad.

Lima tiene ventajas que vuelven más factible el proyecto. Las condiciones del suelo y el ancho de varias de sus principales avenidas permiten instalar un subterráneo a un costo por kilómetro semejante al que actualmente tiene el tren eléctrico, según cálculos de la consultora Cesel Ingenieros.

Días antes de que Castañeda anunciara la donación francesa, Raúl Delgado Sayán, presidente de Cesel, señaló a El Comercio que un kilómetro de vía podría costar unos US$40 millones.

Esa cifra contrasta con los US$100 millones que se señala como costo promedio por km para este servicio, en un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Aquel monto es la razón principal por la que el especialista en transporte Juan Tapia duda de que nos convenga.

OPINIONES ENCONTRADAS
“¿Invertirías US$10.000 millones para atender a no más del 20% de la demanda [de viajes]?”, se pregunta Tapia, director del Centro de Investigación y Asesoría del Transporte Terrestre (Cidatt).

Delgado responde, para comenzar, que las obras no costarían esa suma, sino un total de US$4.520 millones. Esa inversión podría afrontarse a lo largo de 15 años, a medida que se vayan tendiendo los 111 kilómetros de vía férrea que se añadirían a la llamada línea 1 del tren eléctrico, hoy en ejecución.

La diferencia en los montos se explica porque en Lima se puede construir la mayor parte de la red con la técnica llamada trinchera cubierta, bastante más económica que la modalidad de sección redonda o túnel, que es la imagen que suele venir a la mente cuando se piensa en un metro.

La trinchera cubierta consiste en una excavación similar a la que se haría en un zanjón como el de la Av. Javier Prado, y que es apenas lo suficientemente honda para que quepa el tren. Esta área posteriormente es techada para que los autos pasen por arriba.

En el otro caso se perfora a mucho mayor profundidad para construir un gran túnel de concreto por el que circulará el tren y que puede pasar por debajo de los edificios y viviendas, sin tener que seguir el trazado de las avenidas en la superficie.

Por ello es el indicado para atravesar sectores de calles estrechas y es el que se necesitaría en el Centro de Lima. En las redes de metro se suele combinar ambas técnicas.

El ingeniero Genaro Humala, quien participó en la construcción del metro de México, explica que en la zona central de esa ciudad se tuvo que recurrir al túnel porque las aguas subterráneas eran muy superficiales. Pero en Lima no existe ese problema.

“La ventaja de Lima es que tiene un buen suelo y la napa freática [corriente subterránea] se ubica muy abajo. En Madrid, que también tiene un suelo ventajoso, se pudo construir un metro a US$45 millones por kilómetro hace unos diez años”, subraya el arquitecto Miguel Ángel Torres, especialista en infraestructura vial.

Los expertos coincidieron en que las tuberías de agua no serían un problema para un eventual tren subterráneo en Lima.

Humala y Torres están de acuerdo en que una inversión como la requerida solo la puede asumir el Gobierno Central. Según los cálculos de Cesel, se tendría que destinar al proyecto unos US$301 millones anuales, equivalentes al 0,16% del PBI del país, en valores del 2009.

Para Delgado, vale la pena el esfuerzo. “Un metro no solo beneficiaría a sus usuarios. También ayudaría a descongestionar las calles, y más en horas punta”, afirma, en respuesta al cuestionamiento de Juan Tapia. Humala agrega que, sin metro. Lima colapsará cuando tenga 15 millones de habitantes .

VOLUNTAD GUBERNAMENTAL
Según Oswaldo Plasencia, director ejecutivo de AATE –entidad que depende del sector Transportes–, el Gobierno está dispuesto a asumir la implementación de un sistema de metro en Lima. “El Estado puede construir la infraestructura y concederle a un privado que ponga el material rodante y se encargue de la operación”, indica.

En los próximos días, se lanzará la convocatoria para un estudio de preinversión de una línea de tren urbano que conectaría el este y el oeste de Lima. Una de las opciones es que recorra la Av. Javier Prado, señala Plasencia.

ANTECEDENTES
1973
Un consorcio germano-peruano elaboró un estudio de factibilidad para un metro.

1989
El Plan de Desarrollo Metropolitano contempló cuatro líneas de trenes urbanos.

2005
Consultores japoneses propusieron 5 líneas de trenes.(Fuente y foto: ElComercio.pe)

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