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26 de julio de 2022

"Llegar a Vicuña Mackenna en tren después de más de 30 años, fue una experiencia única"

Actualidad

Wenceslaa Galeano fue una de las pasajeras que viajaron en el primer servicio del último fin de semana. Hizo el recorrido desde Retiro hasta la ciudad del sur cordobés, donde reside

Corría el año 1991 cuando la vecina de Vicuña Mackenna Wenceslaa Galeano se subía por última vez al tren con su hija en brazos para hacer el recorrido desde su localidad en el sur cordobés hasta Buenos Aires, donde viven sus familiares. Este último fin de semana pudo volver a abordar la unidad ferroviaria desde Retiro hasta su hogar en la región, en el primer servicio regular de pasajeros que retornó luego de tres décadas.

“Poder llegar a Mackenna en tren después de más de 30 años fue una experiencia única”, contó en diálogo con Puntal. Aseguró que vivió este viaje con gran entusiasmo, al igual que lo hicieron los casi 300 usuarios que disfrutaron del trayecto que tuvo como destino final Justo Daract.

Wenceslaa trabaja como periodista pero esta vez se salió de su rol y como una pasajera más se emocionó al rememorar viejos tiempos. “Cuando viajaba en el 91, hace más de 30 años, llevaba en el tren a mi hija en el bebesit, íbamos desde Mackenna hasta Buenos Aires y después volvíamos. Recordaba eso con mucha emoción cuando me volví a subir al tren. Se reviven muchas cosas y creo que esto acerca más a las familias”, afirmó.

Explicó que fue en marzo de ese año que comenzó a utilizar el servicio de ferrocarril para visitar Buenos Aires, ya que gran parte de su familia se encuentra allí. “Están mi papá, algunos de mis hermanos y mis hijas mayores. Viajar después se complicó un poco cuando faltó el tren”, sostuvo.

Por ello, dijo que sintió una inmensa alegría cuando se enteró del retorno del transporte de pasajeros, ya que además el pasaje tiene “un costo accesible”. “Me salió 400 pesos el viaje desde Retiro a Mackenna; al valor de un transporte como el colectivo de larga distancia, que está más o menos en 5.700 pesos, es mucha la diferencia”, describió.

“Fue una experiencia muy linda la de ahora porque en aquellos tiempos (1991) los trenes de larga distancia no tenían tanta comodidad en el servicio clásico, tenían sillas muy firmes. Hoy por hoy es un transporte especial con asientos reclinables que te permiten viajar cómoda, además hay un comedor, tiene agua caliente, que antes no había. Son cosas que han cambiado muchísimo en lo que era este transporte hace 30 años”, afirmó.

El tiempo de viaje desde punta de línea hasta el sur cordobés se extiende unas 12 horas; sin embargo, para la vecina mackennense el tiempo pasa volando arriba de la locomotora. “Uno no se da cuenta de las horas, se pasan rápido, porque uno puede descansar cómodamente y charlar con la gente”, indicó.

Durante este primer viaje, medio centenar de personas descendieron en la estación de Vicuña Mackenna, según precisó Wenceslaa. “Había pasajeros de la ciudad de Río Cuarto que salieron de Retiro y llegaron a Mackenna para después tomar el colectivo y llegar a destino. Estaba un señor de Banda Norte, Enrique Álvarez, de 74 años, para él fue una alegría porque pudo traer a sus nietos de visita a Río Cuarto y venir en el tren”, relató.

Cuando viajaba en el 91, hace más de 30 años, llevaba en el tren a mi hija en el bebesit, íbamos desde Mackenna a Buenos Aires y después volvíamos. Recordaba eso con mucha emoción cuando me volví a subir al tren. Se reviven muchas cosas y creo que esto acerca más a las familias.

Al mismo tiempo, precisó que “algunos de los pasajeros viajaban para hacer turismo, iban a Justo Daract y después de ahí tomaban colectivos a Merlo o a Mendoza. Y lo bueno es que en Daract han colocado una combinación de colectivos que llevan a la gente que tengan que ir a la Terminal de Ómnibus”.

Gran demanda y expectativa de sumar más frecuencias

Los pasajes hoy se pueden comprar online a través de la página web de Trenes Argentinos, aunque la demanda en el ramal que pasa por la región es tal que ya sólo quedan disponibles algunos lugares para el último viernes de agosto, el resto de los tickets hasta esa fecha están agotados.

En este sentido, el titular de la Unión Ferroviaria de Justo Daract, Enrique Fernández, admitió que este éxito en la venta de boletos augura que en un futuro cercano pueda aumentarse la frecuencia, que por el momento es sólo una para la ida los días viernes (desde Buenos Aires) y otra para la vuelta (desde Daract) los domingos.

“Los pasajes se ponen a la venta con un mes de anticipación y se están agotando muy rápido. El mes que viene estará disponible también septiembre, pero creo que con esta demanda lo más probable es que pronto se sumen más horarios”, vaticinó.

En tanto, adelantó que en agosto está previsto que los técnicos de la empresa realicen una revisión de las vías en la zona para sumar la alternativa de llegar hasta la provincia de Mendoza desde el ramal que finaliza en Justo Daract. Esto abre la posibilidad de conectar todo el centro del país a través del tren.

“Se trata del ramal Beazley. Se va a hacer un relevamiento desde aquí hasta Mendoza, hasta la estación Gutiérrez, que es a donde llegaría el servicio. Es una alegría inmensa que se pueda volver a esta conectividad que incluya a todos los pueblos”, dijo.

Días atrás desde Trenes Argentinos anunciaron que la idea es poder concretar la unión entre las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza antes de fin de año. Para ello, en los próximos meses llevarán a cabo una remodelación de la infraestructura para abrir pasos a nivel y mejorar los rieles que funcionaban para transporte de cargas. Luciana Panella. Redacción Puntal.com

30 de diciembre de 2021

Liliana, la restauradora de la locomotora de Vicuña Mackenna

Miscelaneas Ferroviaria

La vecina de la localidad es la encargada, junto con dos compañeros, de recuperar la máquina del tren, que data de 1911. La tarea es parte de un proyecto de la Secretaría de Obras Públicas

Apenas asoma el sol, pasadas las 06:00 horas de la mañana, Liliana Giacomelli junto con sus dos compañeros arrancan con la ardua tarea de restaurar la antigua máquina del tren de la estación de Vicuña Mackenna. El trabajo es intenso y en la temporada de verano con escasa sombra se vuelve arduo; sin embargo, los tres están decididos a volver a hacer brillar la locomotora como cuando llegó por primera vez a la población el siglo pasado.

La restauradora -quien es decoradora de eventos y se reconoce como una apasionada por el arte- comparte labores con Gastón Macio y Ángel Longo y desde el mes de octubre los tres se encargan de despintar a cero la máquina que data del año 1911.

Este proyecto para la puesta en valor de la locomotora es impulsado por la Secretaría de Obras Públicas del Municipio.

“En el año 77 la máquina se colocó acá a un costado del predio del ferrocarril como monumento. Y desde esa época nadie más la tocó pero ni siquiera en ese entonces le hicieron una limpieza tan profunda como nosotros, que llegamos a la capa de pintura original”, contó Liliana a Puntal.

- ¿Cómo se dio lo de la restauración de la locomotora?

-Primero, antes de esta restauración, me llamaron de la Municipalidad -gracias a un pintor conocido- para ver si me animaba a restaurar y pintar las estatuas de la plaza. Eran San Martín y Sarmiento y yo dije que sí. Esas estatuas no se habían tocado nunca y para mí era algo fantástico. Las restauré y quedaron muy lindas, incluso las placas. Después de eso empecé a hacer unos trabajos de albañilería porque a mí me encanta todo lo que sea arte y trabajo manual. Luciana Campi (secretaria de Obras Públicas) me dio la oportunidad. Se terminó la plaza y sabía lo del tren, que iban a empezar a mejorar el lugar, y le dije a Luciana que quería restaurar la máquina del tren. Me dijo que sí, así que con el grupo que trabajo, que son dos chicos más, empezamos. Yo ya había visto que para restaurar las estatuas de la plaza necesitaba removedores y conseguí unos. Así me traje las ideas para despintar la máquina y vamos muy bien. Me encanta el trabajo y mis compañeros también son muy buenos con esto.

-¿Cuándo empezaron con las tareas?

-Empezamos el 14 de octubre. Es un trabajo bastante arduo pero nadie nos apura porque todos saben que es bastante bravo, incluso hay chapas que están picadas, que hay que cambiarlas, también maderas. Ya comenzamos a pintar la parte de adentro para acomodarla un poco. De todos modos, tengo entendido que cuando se finalice le van a poner rejas afuera porque buscan que no la dañen, porque lamentablemente mucha gente rompe y no le da el valor histórico que tiene.

-¿Cómo son las dimensiones de la máquina?

-Tiene unos veinte metros, casi. Es una máquina del año 1911, es un patrimonio histórico. Cuando vine me emocioné y les dije a los chicos lo importante que era esto porque acá arrancó nuestro pueblo con la estación de tren, acá comenzó nuestra historia. Y para mí esto no es un trabajo, porque estar haciendo lo que a uno le gusta es algo increíble. Además siento que nuestra tarea es hermosa porque este lugar tiene muchísima importancia y hay que dársela.

-¿Cómo sigue el trabajo una vez que limpien la locomotora?

-Ahora estamos con lo más difícil, que es despintarla, porque tiene la pintura original y arriba la han pintado. Tiene varias capas de pintura porque nunca la despintaron realmente, solo la pintaban por arriba. Y esto nos llevará al menos hasta finales de enero. Después hay que hacer el tema reparación de las chapas, que en tal caso también se podrían reemplazar con fibra de vidrio. También hay que reparar maderas en el frente y después recién viene la pintura como parte final para dejarla muy linda.

- ¿Siempre te gustó el tema de restaurar?

-Yo soy decoradora de eventos. En cuanto a restaurar comencé con algunos faroles antiguos, yo soy bastante corajuda y me animo a recuperar lo que sea. Y por eso también me animé a restaurar las estatuas de la plaza. Mi marido me trajo unas fotos de las estatuas de 1948, que en esa época estaban ya oxidadas y las pude limpiar. Yo fui la primera persona que intervine esas estatuas, eso fue algo reemocionante para mí. Y con la máquina del tren pasa lo mismo, nadie la despintó a cero como nosotros, estamos viendo los colores originales. Es realmente un patrimonio y hay muchísimas cosas que se pueden guardar para el museo, las maderas, partes de la pintura original. Es un trabajo hermoso y además de trabajar nosotros tres, muchas veces viene mi marido y también nos ayuda mi hija. En los tiempos libres que tienen se vienen y también aportan. Es algo que te da una adrenalina muy linda, esto no es como pintar una senda peatonal como hicimos en la zona de la plaza. Esto es ser parte de la historia, es un trabajo de artesano que me encanta. El arte para mí va desde la albañilería hasta la pintura, conociendo nuevos materiales y técnicas.

-¿Qué pensás restaurar después?

-Mi idea es expandir esto de recuperar locomotoras en otros lugares, en otros pueblos, plantearlo en varias municipalidades. Es algo increíble, es parte del amor y el respeto a lo que tenemos, a nuestra historia. Para mí este no es un trabajo más.Luciana Panella. Redacción Puntal.com