EXTERIOR
Rusia potencia su ferrocarril como nexo para el intercambio de
mercancías entre Asia y Europa
La cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que
concluyó hace unos días sus trabajos en el puerto ruso de Vladivostok, analizó
el papel que jugará el Transiberiano -el ferrocarril que une Moscú con el
Extremo Oriente ruso- en el desarrollo del comercio mundial.
Pese a las enormes distancias y al uso preferente del avión, el
transporte de pasajeros por tren en Siberia sigue contando con muchos adeptos.
Hay numerosos turistas extranjeros que veranean en el lago Baikal, el más
profundo, limpio y antiguo de la
Tierra, y suelen aprovechar para recorrer de paso algunos de
los tramos del Transiberiano. Serguéi Riábov, subdirector de RZhD, la compañía
estatal de ferrocarriles rusos, en el este de Rusia, explicó que un total de seis
trenes de pasajeros recorren cada día los casi 9.300 kilómetros
de distancia que separan Moscú de Vladivostok. Dos de ellos son de máximo
confort. La telefonía móvil funciona sin problemas a lo largo de todo el
trayecto.
El Transiberiano quiere combinar su connotación aventurera y romántica con una nueva ambición comercial
Sin embargo, la línea de ferrocarril más larga del mundo se ha puesto de
actualidad, no por su connotación aventurera y romántica, sino porque pronto se
convertirá en el principal nexo para el transporte de mercancías entre Asia y
Europa. Eso es al menos lo que se propone lograr a corto plazo RZhD.
Su presidente, Vladímir Yakunin, condecorado en julio con la Gran Cruz del Mérito
Civil española tras la visita a Rusia del Rey Don Juan Carlos, lanzó el año
pasado un gran plan de modernización de los ferrocarriles rusos que incluye la
construcción de 20.000
kilómetros adicionales de vía, la renovación del parque
de locomotoras y vagones, la automatización de los sistemas de control y la
puesta al día de la red de señalización. Prevé una inversión global de cerca de
400.000 millones de euros de aquí a 2030.
En lo que se refiere particularmente al Transiberiano, según Yakunin, el
proyecto consiste en crear un corredor de carga entre el Extremo Oriente y
Europa para que las mercancías lleguen a su destino en un intervalo máximo de
una semana. Los plazos actuales de envío desde China al Viejo Continente por
vía marítima oscilan entre los tres y los seis meses.
Alexéi Sibíliev, subdirector del centro logístico de RZhD en
Novosibirsk, el mayor de Siberia, sostiene que «toda la línea del Transiberiano
está prácticamente en condiciones de empezar a enviar masivamente carga a
Europa. Su actual capacidad supera los 100 millones de toneladas al año». Según
sus palabras, «el tráfico de mercancías en tránsito -las que no tienen Rusia
como origen- constituye ahora el 40% de todo el movimiento y se recuperó el
mismo nivel de antes de la crisis a finales de 2011».
Gas, petróleo, metales
Las que sí exporta el gran país eslavo por ferrocarril desde Siberia,
señala Sibíliev, «están constituidas en primer lugar por gas licuado, petróleo,
metales, carbón, madera y maquinaría. El 80% del potencial industrial de Rusia
está concentrado a través de la línea». El responsable de RZhD, no obstante,
admite que al pasillo de carga euroasiático le quedan todavía algunos flecos
para estar listo. Por ejemplo, la instalación en Austria de una gran terminal,
hasta la que habrá que hacer una ampliación de raíles con el ancho de vía ruso,
algo mayor que el europeo.
Tampoco está dispuesto todo el sistema de señalización y ahí podría
jugar un papel importante la firma española Adif, cuyas instalaciones
recibieron la visita de varios directivos de RZhD el pasado mes de mayo. Entre
ambas empresas hay firmado un acuerdo de colaboración para el intercambio de
tecnologías ferroviarias, especialmente en el terreno de la alta velocidad.
Por el momento Rusia no planea construir ninguna línea de alta velocidad
en Siberia, salvo quizá en el tramo Jabárovsk-Vladivostok y no en un futuro
inmediato. Sin embargo, Adif figura entre las cinco compañías preseleccionadas
para presentar a concurso público una oferta para el AVE Moscú-San Petersburgo
cuya inversión ascendería a los 17.400 millones de euros.
Rusia se convirtió hace poco más de dos semanas en el país número 156 de
la Organización
Mundial de Comercio (OMC), tras una dura negociación que ha
durado casi dos décadas. Era la última gran potencia que permanecía fuera de la
organización. El director general de la
OMC, Pascal Lamy, aseguró que la nueva adhesión «reforzará el
sistema de comercio multilateral».
El Transiberiano es la vía de tren más larga del planeta y comenzó a
tenderse a partir de 1891 desde los dos extremos simultáneamente. Quedó
terminada en 1900 y transita a través 400 puentes, 87 centros de población,
incluyendo ciudades como Nizhny-Nóvgorod, Perm, Ekaterimburgo Novosibirsk,
Krasnoyarsk, Irkutsk y Jabárovsk, 16 grandes ríos, entre ellos el Volga, el
Obi, el Yeneséi, el Angará y el Amur, y el lago Baikal.
Trazado asiático
El 19,1% del trazado discurre por el continente europeo y el 80,9% por
el asiático. En las regiones a través de las que pasa el tren se extrae el 65%
de la producción de carbón, se procesa el 20% del petróleo y se obtiene el 25%
por ciento de la madera. Rusia, cuyos ferrocarriles cumplen este año su 175 aniversario,
tiene conexión directa con las vías de tren de Corea del Norte, China, Mongolia
y Kazajstán. También con Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia,
Bielorrusia, Ucrania, Azerbaiyán y la república separatista georgiana de
Abjasia.
Los trenes de mercancías transportan al año a lo largo de Siberia 100
millones de toneladas de carga y es China su mayor receptor. El emisario ruso
ante APEC, Gleb Iváshentsov, afirma que su país pretende aumentar entre un 22 y
un 25% las exportaciones de hidrocarburos a sus vecinos asiáticos de aquí a
2020.
En la cumbre de APEC se ha hablado también de las posibles etapas para
la apertura de una línea férrea que una el continente asiático con el americano
a través de un puente bajo el estrecho de Bering, desde Chukotka a Alaska. Es
una idea que seguramente tardará aún mucho en materializarse, debido a su alto
coste, pero que cuenta con mucho apoyo, tanto desde el lado ruso como desde el
estadounidense.ABC.es