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El ferrocarril es el medio de transporte más compatible con un desarrollo ecológico y con menor impacto medioambiental.
Si bien el Estado como entidad, en un país de matriz agroexportadora, no acaba de definir políticas claras en cuanto a reforzar la logística del transporte hacia los puertos, de vez en cuando toman alguna medida que apunta en ese sentido. Una de ellas ha sido la recuperación parcial de la empresa Trenes Argentinos Cargas, desde el NOA hasta Rosario.
Argentina, que año a año aumenta su capacidad productiva en agro, minería y otros productos exportables, con una producción que supera en 10 veces el consumo interno, ha comenzado a preocuparse por los costos logísticos que significan las grandes distancias a recorrer para ser industrializados y exportados.
También ha tomado cuenta de que el ferrocarril, devaluado desde hace 65 años, en el que tenemos el récord de reducir una red de 55 mil kilómetros de vías a las poco más de 18 mil kilómetros que se computan hoy, es la única solución para bajar costos de transporte interno de larga distancia.
Está claro que se impone la formulación de una política de multimodalidad, en la que convivan los transportes carreteros con los fluviales y los ferroviarios, dejando para estos últimos los trayectos superiores a 300 km.
Sin olvidar que tenemos trayectos activos que nos permitirían ingresar con formaciones ferroviarias en Chile, Bolivia, Paraguay y Brasil.
Si bien recuperar calidad de transporte ferroviario significa inversiones sustantivas en vías y material rodante. En los últimos años se han avanzado pero sólo en el transporte urbano pensado en el sector del Gran Buenos Aires.
En esta nueva etapa de la política nacional, es dable pensar que se puedan analizar participaciones directas de empresas particulares, que bajo condiciones claras y de largo plazo se decidan a invertir y mejorar sectores ferroviarios que aporten a una baja de costo de transporte y, paralelamente, a reducir las emisiones.
Es sabido que el ferrocarril es el medio de transporte más compatible con un desarrollo ecológico, con menor impacto medioambiental, que se adapta fácilmente a las fuentes de energías renovables, tiene una relación carga transportada/consumo energético muy baja y en consecuencia, emisiones contaminantes mínimas.
Bahía Blanca, que cuenta con el Puerto de Aguas Profundas nacional más importante, tiene también la playa de maniobras ferroviaria más grande de Argentina con capacidad para 2000 vagones, pero por rutas y accesos obsoletos y en muy mal estado, siguen arribando más de 2 mil camiones diarios.
Ambos medios pueden convivir pero la realidad que potenciar el ferrocarril de cargas, para Bahía Blanca, sería ampliar sustancialmente la capacidad exportadora del puerto.
Y, hoy, con la estrella de Vaca Muerta en boca de todos, hay que recordar que un ferrocarril que pasa por esa cuenca, tiene acceso al puerto local y a Buenos Aires. DiarioLaNueva.com