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La infraestructura ferroviaria quedó devastada y el puerto operará sin transporte de granos por tren. El impacto logístico compromete a toda la región pampeana.
La logística portuaria de Bahía Blanca enfrenta una situación crítica tras la devastadora inundación ocurrida el 7 de marzo, que dejó inutilizados casi todos los accesos ferroviarios a la ciudad. De acuerdo con información recabada por Argenports.com, durante los próximos dos meses no ingresarán trenes cerealeros a las terminales del puerto, interrumpiendo el vínculo ferroviario entre el hinterland productivo y el complejo exportador.
La empresa concesionaria Ferroexpreso Pampeano S.A., principal operador del ramal a Darregueira —clave para el arribo de cereales desde La Pampa, Córdoba y el oeste bonaerense— ya inició tareas de reconstrucción, aunque se estima que la recuperación completa demandará más de un año, acompañada de importantes desembolsos económicos.
El panorama se vuelve aún más incierto ante la inminente expiración de la concesión ferroviaria, prevista para el 30 de abril, lo que genera dudas sobre la continuidad de las inversiones necesarias. Resta saber si el gobierno nacional optará por una nueva prórroga precaria o impulsará la firma de un contrato a largo plazo que garantice la recuperación de la infraestructura.
En la actualidad, casi todos los accesos ferroviarios están inhabilitados. Solo Ferrosur logró restablecer parcialmente un ramal que ingresa desde Grünbein, abasteciendo a las plantas de Dow y Unipar, donde se cargan contenedores con destino al Gran Buenos Aires. El otro ramal de esa empresa, que conecta con Neuquén, permanece gravemente dañado y sin diagnóstico técnico definitivo.
También se encuentra comprometido el ramal Bahía Blanca–Olavarría, fundamental para enlazar con Bolívar y otras áreas agrícolas. A su vez, sectores como Nueva Roma presentan daños estructurales severos, al igual que la zona urbana, donde se registraron socavones y puentes colapsados, como el de calle Don Bosco sobre el canal Maldonado.
La situación afecta de manera directa a amplias zonas productivas, hoy sin transporte ferroviario para sus cosechas, lo que interrumpe la recepción de granos en vagones dentro del área portuaria.
El impacto es considerable. El ferrocarril representa entre el 30 y el 33% de los granos que ingresan al puerto. Si bien una parte de ese volumen podría ser absorbido por el transporte automotor, no será suficiente para compensar la pérdida, lo que amenaza con generar cuellos de botella logísticos y mayores costos para el sector agroexportador.DATAPORTUARIA.com