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5 de noviembre de 2024

Futuro y Retos de la Movilidad Urbana. Cambio Climático y Movilidad Sostenible: Un Imperativo Urgente

Nota de Opinión

Por: Joaquín Botella (Chief Technical Engineer - Railways)

Después de explorar el impacto del cambio demográfico en la movilidad urbana, es el momento de analizar uno de los mayores retos globales de nuestro tiempo: el cambio climático.

Las ciudades son responsables de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, y la movilidad urbana juega un papel central en este problema.

El Transporte como Principal Emisor

El sector del transporte es responsable de aproximadamente el 25% de las emisiones globales de CO₂. En las ciudades, este porcentaje puede ser aún mayor, especialmente en aquellas donde el uso del coche privado es la norma. Por lo tanto, para hacer frente al cambio climático, un aspecto importante a considerar es la reducción de las emisiones del transporte urbano.

Transporte Público Electrificado: Una de las estrategias más efectivas es la electrificación del transporte público. Ciudades como Ámsterdam y Oslo ya están sustituyendo sus flotas de autobuses por vehículos eléctricos. Esta transición no solo reduce las emisiones, sino también la contaminación acústica y mejora la calidad del aire.

Micromovilidad Eléctrica: El uso de bicicletas y scooters eléctricos está en auge, especialmente para trayectos cortos. Estos vehículos no emiten gases contaminantes y ocupan mucho menos espacio que los coches, contribuyendo a descongestionar las calles.

Descarbonización y Nuevas Energías

Pero para lograr una movilidad verdaderamente sostenible, es necesario ir más allá de la electrificación y explorar otras fuentes de energía limpia.

* Hidrógeno Verde: La tecnología del hidrógeno verde se está posicionando como una alternativa prometedora, especialmente para el transporte de larga distancia y el transporte pesado. Países como Alemania y Japón ya están invirtiendo en infraestructuras para el uso de hidrógeno en el transporte público y de mercancías.

* Energías Renovables: La integración de energías renovables en el sistema de transporte, como la solar y la eólica, también es clave para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Políticas Públicas para la Sostenibilidad

Las políticas públicas juegan un papel crucial en la transición hacia una movilidad más sostenible. Ciudades como Copenhague y Bogotá han implementado políticas de transporte que priorizan los modos de transporte sostenible sobre el coche privado.

* Zonas de Bajas Emisiones: Las zonas de bajas emisiones restringen el acceso de vehículos contaminantes al centro de la ciudad. Esto incentiva el uso del transporte público, la bicicleta y la micromovilidad.

* Peajes Urbanos: Ciudades como Londres y Singapur han implementado peajes urbanos para desincentivar el uso del coche privado en el centro de la ciudad. Los ingresos generados se reinvierten en el sistema de transporte público, mejorando su eficiencia y accesibilidad.

* Incentivos fiscales y ayudas para usuarios de transporte limpio y para empresas que implementen soluciones sostenibles. Algunas ciudades están explorando bonos de movilidad o descuentos en transporte público para quienes usen menos el automóvil.

El Papel de la Sociedad

La transición hacia una movilidad sostenible no es solo responsabilidad de los gobiernos y las empresas. Los ciudadanos también juegan un papel fundamental.

Adoptar hábitos de movilidad más sostenibles, como caminar, usar la bicicleta o el transporte público, es esencial para reducir nuestra huella de carbono.

En el próximo artículo, exploraremos cómo la revolución tecnológica está transformando la movilidad urbana, desde el uso del Big Data hasta la implementación de la inteligencia artificial en la gestión del tráfico.

¿Qué cambios crees que podríamos hacer en nuestras ciudades para lograr un transporte más sostenible? ¡Comparte tus ideas en los comentarios!

26 de noviembre de 2019

¿Chau Soterramiento, hola viaducto?

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria

Desde que salió el proyecto de la obra Soterramiento de la Línea Sarmiento allá por el año 2006, muchas voces nos alzamos en contra de dicha obra porque no la creímos sustentable por varias razones, que no viene ahora el caso especificar porque ya lo hemos dicho hasta el cansancio.

También decíamos que con el dineral que el soterramiento costó y cuesta, se podría realizar en menos tiempo y con un costo muchísimo más bajo, como por ejemplo: el viaducto, aunque había otras voces que decían construir bajos o altos en los cruces de paso a nivel que también es todavía más bajo su costo que el viaducto.

Pero no, el actual gobierno nacional se empecinó con el Soterramiento pagando aun más que el precio estipulado anteriormente que era de 2.000 millones de dólares a 3.000 millones de dólares, obra que hoy se encuentra paralizada no sabiendo todavía qué destino tendrá. Alguién va a tener que pagar por esto.


Ahora, según informa el diario Clarín, en el Presupuesto 2020 que el Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires envió a la Legislatura porteña, incluye una partida de unos escasos $500 millones para "los estudios de factibilidad y el inicio de las obras de la Línea Sarmiento", según informaron. En la práctica, significa la confirmación formal de algo que se venía rumoreando: que, ante el parate de las obras del soterramiento, la Ciudad busca avanzar tímidamente en la construcción de un viaducto para que el tren corra en altura. Tímidamente porque la partida es notablemente inferior a las inversiones que requirieron las construcciones de los viaductos de la Línea Mitre (Ramal Tigre), y Línea San Martín y parte de la Línea Belgrano Sur: el primero necesitó una inversión de $3.100 millones, para el segundo se destinó una inversión de $3.098.000.000 mientras que para el Belgrano Sur el presupuesto fue de 50 millones de dólares.

La muy postergada obra para soterrar las vías y que el Sarmiento vaya bajo tierra desde Caballito hacia el Oeste del Conurbano se frenó a comienzos de año, por falta de fondos. La situación económica actual, en especial la falta de acceso a créditos, hacen que la reanudación de los trabajos aparezca como algo muy lejano. Mientras tanto, y como hace más de un siglo, Buenos Aires sigue partida a la mitad por la vía, que corre paralela a la avenida Rivadavia.

La situación de la Línea Sarmiento con relación a sus pasos a nivel en el ámbito de la CABA ya no dá para más, hay momentos que colapsa el tráfico automotor, sobre todo en el cruce con avenidas donde se observa grandes columnas vehículos esperando cruzar.

La solución hay que tomarla de una vez por todas. El viaducto podría ser un ejemplo, pero algo hay que hacer. Eso sí, tiene que haber una planificación correcta y tomar la solución que corresponda y no realizar a la marchanta (como se hizo) una obra como el soterramiento que le sale al país una fortuna para quedar paralizada.

Como expresamos más arriba, tiene que haber responsables y que paguen por ello por la imprudencia de meterse en una obra multimillonaria que ahora deberemos pagar todos y que está abandonada, cuando con mucho menos del dinero gastado ya se hubiese realizado el viaducto o las obras de bajo o alto nivel.