Exterior
* Es una réplica del usado por el emperador austrohúngaro
* El pack incluye nueve coches completos para 150 viajeros
¿Cuánto pagaría por viajar en un tren de lujo idéntico al que usó el
penúltimo emperador austrohúngaro? ¿Y por poseerlo? Una empresa austriaca
ofrece hacerse con el pack completo y vende, por 10 millones de euros una
compañía ferroviaria lista para usar.
Mientras la economía europea tiembla de frío por culpa de la Gran Recesión,
algunas viejas costumbres vuelven por sus fueros, como la de los trenes de lujo
para millonarios.
Son varios los proyectos en todo el continente que tratan de arañar como
sea las rentas de los turistas más potentados: aquellos para los que lujo es,
ante todo, diferenciación.
Así que no es de extrañar que proyectos como el Majestic Train
encuentren acomodo en el mercado pese a una actividad económica comatosa, ni
que haya inversores interesados en ofrecer las mejores extravagancias a sus
clientes millonarios mientras se consolida el modelo de los viajes de bajo
coste para las masas.
Por apenas diez millones, el comprador se hará con el 100% de las
acciones de la compañía propietaria y sus activos. Eso incluye no sólo el uso
de las marcas, sino especialmente un set completo de 6 coches de viajeros que
son una réplica exacta, según el actual propietario, de los usados por el
emperador en sus desplazamientos desde 1891 en adelante.
Además, y de regalo, el adquirente se lleva otros tres coches de
viajeros sin uso que podrían usarse para complementar a los anteriores, o para
canibalizarlos como fuente de repuestos.
La propiedad actual ofrece los coches, en los que se puede transportar
hasta a 150 viajeros, totalmente decorados como en la época, lo que significa
que el comprador podrá también quedarse con las antigüedades que hay a bordo
del tren.
Si está usted interesado, tenga en cuenta que el tren no cuenta con
locomotora (debe contratarse aparte), y que el ancho de vía de este peculiar
tren es europeo, por lo que tendrá serias dificultades para hacerlo rodar por
las vías de España.ElEconomista.es