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A 12 días del
arranque de los trabajos, lo único que está definido es que habrá suspensión de
los servicios. Los técnicos no saben cómo serán las obras y no se pusieron en
marcha las inversiones.
El programa
de inversiones por $ 800 millones que el Gobierno anunció para mejorar el
ferrocarril Sarmiento presenta más dudas que certezas . A sólo 12 días de que
se inicien las obras prometidas por el ministro del Interior y Transporte,
Florencio Randazzo, lo único que está definido es que s e levantarán los trenes
nocturnos entre Once y Moreno y que los domingos no habrá servicios entre
Liniers y la terminal porteña del Sarmiento.
Más allá de
la comunicación general de Randazzo, hasta ayer nadie del Gobierno ni de la
nueva concesionaria de la línea pudo precisar cuáles son las obras que forman
parte del programa y en qué tiempo se ejecutarán cada una de ellas. Tampoco
estarían garantizados los recursos presupuestarios para poner en marcha los
trabajos, ni la dependencia que procederá a licitar y contratar las obras en
danza.
Según señaló
el ministro, el plan contempla obras destinadas a atacar cuatro frentes
críticos: el estado de las vías, el sistema de señalamiento, las formaciones
ferroviarias y la rehabilitación de talleres y estaciones. Pero lejos de
explicar cómo se van a resolver los problemas específicos de cada arista del
servicio, el anuncio no hizo sino acrecentar la incertidumbre sobre las
demoradas inversiones que requiere el ferrocarril Sarmiento.
Por el lado
las vías, no está claro si la intención del Gobierno es retomar las obras que
están paralizadas por falta de pago entre Once y Castelar o anular ese contrato
y licitar un arreglo más acotado para el trayecto crítico Once-Liniers.
En cualquier
caso, los técnicos del sector consultados por Clarín advirtieron: “La ventana
de 60 días que dejará el levantamiento de servicios resulta exigua para poder
realizar los arreglos de fondo que requieren las deterioradas vías del
Sarmiento”. Y agregaron: “O estamos ante un trabajo muy superficial o la real
intención del Gobierno es prolongar ese plazo sin decirlo por ahora para no
irritar a los usuarios”.
Por el lado
del señalamiento, las dudas surgen ante los dichos de Randazzo de que en 90
días se iba a llamar a una licitación para renovar todo del sistema. La instalación
de una nueva red de señales automáticas ya se adjudicó a fines de 2006 a la empresa alemana
Siemens, que embolsó un anticipo de $ 51 millones . A mediados de 2009, tras
haber realizado el 4% de la obra, la empresa decidió parar las tareas por la
falta de respuesta del Gobierno a sus reclamos de actualización de precios.
Con respecto
a los trenes, no se sabe qué va a pasar con los contratos que están frenados
por la demora registrada en la redeterminación de los precios de las obras. En
esta situación se encuentran dos convenios clave: uno que involucra la
modernización de 70 coches Toshiba y otro que prevé la fabricación de las 19
formaciones Doble Piso que están pendientes del contrato inicial firmado en
2007 por un total de 25 trenes.
Otra cuestión
que genera dudas es la vinculada con las partidas presupuestarias y los entes
que contratarán la obras. El acuerdo de operación que firmó el Gobierno con la
nueva concesionaria del Sarmiento (la
UGOSM, integrada por Metrovías y Ferrovías) establece dos
condiciones que aún no se cumplieron . Por un lado, una separación de obras
entre la operadora y la empresa estatal ADIF. Y por otro lado, un anticipo de $
150 millones para la cuenta fiduciaria de obras que todavía no fue girado por
el Gobierno.Clarín