CARTAS DE LECTORES
Señor
Director de Crónica Ferroviaria:
Días atrás,
por razones personales debí viajar a Buenos Aires, y aproveché para hacer un
par de viajes en los servicios electrificados del Ferrocarril General Mitre,
actualmente bajo la órbita de la
UGOMS.
No recuerdo
haber visto a esa línea en una situación tan decadente y terminal como la que
presencié esta vez. Realicé una ida y vuelta en la línea a Tigre, entre las
estaciones Retiro y Núñez. En el trayecto de ida, la frecuencia fue de 23
minutos, mientras que para el regreso a ese intervalo se sumó una demora de
otros 20 minutos más. De más está decir
que retornar a Retiro fue terrible, en un tren destartalado, lento, hermético y
con un calor insoportable.
Quienes leen
Crónica Ferroviaria conocen con creces esta triste realidad, por lo que evitaré
los detalles. Sólo emitiré algunas reflexiones acerca de la situación actual:
Estación RETIRO (Mitre)
No es novedad
para nadie que TBA venía acumulando irregularidades desde muy poco tiempo
después de hacerse cargo de la línea. El retiro de servicio de los trenes
eléctricos Metropolitan Vickers y la reducción de la cantidad de coches de cada
formación Toshiba para conformar a su vez otros trenes, pero no tantos como
cuando estaba además la flota inglesa, es sólo una muestra. Así las cosas, haber esperado hasta la Tragedia de Once para
caducar la concesión de esa infame empresa, constituye un dolo gravísimo
cometido por todos los gobiernos nacionales, desde el menemismo hasta hoy.
Por otra
parte, los “arreglos” en infraestructura son escasos y se efectúan a ritmo muy
lento, si se compara este plan de acción con el que se puso en marcha al
caducarse la concesión del Grupo Metropolitano. En aquél caso, muy poco después
se comenzaron a ver ciertas mejoras. En el Mitre –por el contrario- la
situación empeoró.
Si alguien
piensa que el Ferrocarril General Mitre podrá recuperarse con la actual flota,
se equivoca de medio a medio. Aun pretendiendo reparar todas las formaciones,
se trata de material obsoleto y desquiciado. Nada bueno puede lograrse con los
pocos venerables Toshiba que quedan. Ya el Gobierno Nacional debería estar
licitando una serie de nuevos trenes; algo que por lo que sabemos, todavía no
ha ocurrido ni tenemos noticias de que vaya a ocurrir.
Con semejante
panorama del servicio eléctrico, poco puede importar a la administración de la UGOMS la suerte de los
servicios Diesel; si bien ambas problemáticas deben ser abordadas por separado,
pues una no quita fuerzas a la otra por tratarse de sistemas distintos y casi
independientes.
Por último,
resulta dificultoso poder comprar boletos en Retiro por las largas colas o por
las máquinas automáticas que fallan, o sencillamente no funcionan. El valor de
0,80 centavos para el tramo Retiro-Núñez es ridículo, más allá de que puede
representar una suma mensual importante para las personas humildes. Pretender
hoy cobrar más que eso sería un despropósito en razón del pésimo servicio, pero
sin dudas, cuando la prestación mejore, el tren tendrá que costar lo que deba
costar.
No obstante,
lo que me parece oportuno comentar también es que el personal que me tocó ver,
ponía la mejor voluntad para salvar las dificultades. Por caso, el boletero de
la estación Núñez, vía descendente, le pidió disculpas a una señora por las
demoras en el servicio.
Lo concreto
es que el Ferrocarril General Mitre atraviesa quizás el peor momento de su
historia y aquí hay connivencias entre funcionarios políticos, de carrera y un
ex concesionario que merece el mayor de los repudios. Saludos
Mariano César Antenore