Historia Ferroviaria
Entre 1910 y 1984 el viaje desde Mendoza hacia Chile se podía hacer en tren. Fueron los años durante los que permaneció activo el recordado Ferrocarril Trasandino. Como su nombre lo indica, literalmente atravesaba la cordillera de Los Andes gracias a un túnel excavado en la montaña. Como veremos, el viaje era una verdadera aventura, en especial en invierno.
El recorrido se iniciaba en Mendoza, cubría 284 kilómetros y alcanzaba alturas de hasta 3000 metros sobre el nivel del mar. Aunque se pensó originalmente como una ruta comercial que uniera el Atlántico con el Pacífico, era comúnmente usado como tren de pasajeros.
Además de permitir el cruce a Chile, el Trasandino cumplía una importante función dentro de Argentina. Era el medio más utilizado por los turistas que visitaban los hoteles de la montaña mendocina. Su recorrido tenía varias paradas o estaciones, entre las que se encontraban Cacheuta y Puente del Inca, sitios en los que se encontraban dos importantes hoteles de aguas termales.
El viaje durante el invierno era bastante complicado. A la pendiente natural de la montaña había que sumarle las copiosas nevadas en plena cordillera. Y eso sin contar lo sinuoso del trayecto, que tenía un sinfín de curvas y contra curvas. Para sortear este inconveniente, el tendido contaba con una trocha (ancho entre vía y vía) angosta de tan solo un metro. En algunos tramos la pendiente era tan marcada que las vías contaban con cremalleras para afirmarse. El trazado fue una obra de ingeniería de tal magnitud que tardó casi cuatro décadas en concretarse.
Y hablando de las copiosas nevadas, para despejar las vías se contaba con una máquina especial, el “rotario”. Pero todas las instalaciones requerían en el invierno de mantenimiento especial, lo que demandaba una gran cantidad de mano de obra.
En varios tramos del recorrido, en especial los más cercanos a la montaña, se encontraban los cobertizos. Éstos protegían el paso del tren de posibles aludes, ya fueran de nieve durante el invierno, como de piedras o barro durante el verano. Como se ve, el viaje en tren podía volverse una verdadera aventura.
Y para culminar, tras cruzar el túnel entrábamos en territorio chileno. El recorrido nos llevaba por unas cuantas estaciones más, hasta arribar a la ciudad de Santa Rosa de Los Andes.
Y esto ha sido todo por hoy. En nuestro próximo encuentro seguiremos recuperando nuestro pasado en imágenes. Hasta entonces. Fuente: DiarioMendoza.com