Cartas de Lectores
Señor Director de Crónica Ferroviaria
Cuando se abre algún galpón de los abandonados talleres del ferrocarril en la ciudad de Paraná (Provincia de Entre Ríos) de la Línea Urquiza y uno se encuentra con los casilleros del personal de hace años con ropa de trabajo, remedios, papeles personales, le viene a uno una gran tristeza y desazón.
Cuando se ven las herramientas, los repuestos ordenados en los estantes y etiquetados, uno se da cuenta de cuánto dolor pasaron esos ferroviarios.
Dejaron todo preparado para que algún día, si alguien los quiere resucitar, volver y poner rápidamente en funcionamiento estos talleres y se fueron sin protestar.
La mayoría nunca volvió a pisar la estación, prefirieron morirse con la imagen que tenían grabada de los talleres trabajando y de los trenes circulando.
Muchos pidieron, como última voluntad, que los cremen y esparciesen sus cenizas donde fueron muy felices, "en su amado ferrocarril". Todo dicho. Atte.