Exterior
Renfe ha aprobado un plan para reducir su elevada deuda y mejorar sus
ingresos. La compañía ferroviaria pretende dejar atrás las pérdidas ante un
escenario en el que se liberalizará el transporte de viajeros, el área más
rentable junto con mercancías.
España cuenta con la mayor red de ferrocarril de alta velocidad en toda
Europa, con 3.100 kilómetros de vías en servicio. Sin embargo, Renfe, la
empresa pública que opera el transporte de viajeros, no consigue ser rentable.
Entre enero y noviembre de 2014, el grupo Renfe ha perdido 172,3 millones de
euros, un 39,1% más que en el mismo periodo del año precedente. Las pérdidas de
la operadora ferroviaria no provienen de su servicio de transporte de viajeros
(alta velocidad y larga distancia, Cercanías [entre ciudades con gran
población] y de Media Distancia [entre las diversas regiones españolas]) que se
mantiene en la rentabilidad, sino de las otras áreas de negocio. La empresa
ingresó 2.743 millones de euros hasta noviembre, un 6% más y la mitad de esta
facturación provino del servicio de alta velocidad.
Tren AVE de Renfe | Foto: Renfe Operadora
La actividad del grupo Renfe se divide en cuatro sociedades que
gestionan los negocios de transporte de viajeros, mercancías, alquiler de
material rodante (trenes) y fabricación y mantenimiento. Todas ellas se
integran en el grupo. El área de viajes ingresó 1.854,47 millones de euros en
2013 por la venta de billetes y oros servicios, a los que se suman los 729
millones de euros que el Estado transfiere a la compañía para que opere los
trenes de Cercanías y Media Distancia, que por los precios de los billetes, se
encuentran en pérdidas. En total, 2.583,47 millones de euros que produjeron
unos beneficios en el área de viajes de 58,9 millones de euros en 2013. No
sucede lo mismo con fabricación, donde las pérdidas ascendieron a 2,89
millones, alquiler de material, donde se prevé una pérdida para 2014 de 305.000
euros, y mercancías, donde los números rojos ascenderán a 67,77 millones de
euros en las cuentas de 2014.
Uno de los problemas del grupo ferroviario para ser rentable es su
elevado endeudamiento. En total, Renfe debía a diversas entidades de crédito
4.395 millones de euros al cierre del año 2013. Los bancos prestatarios son
europeos, como el Banco de Inversiones Europeas (BEI) o Eurofima, una entidad
creada por diversoas países de la Unión Europea para gestionar los préstamos al
sector ferroviario. Esta deuda supone un lastre cada año le supone a la
compañía devolver entre 490 y 600 millones de euros, dinero que se resta de su
cuenta de resultados y de los ingresos que consigue en sus diversas áreas de operación.
Con la idea de dar la vuelta a este panorama y conseguir la
rentabilidad, la empresa pública de ferrocarriles ha ideado Plan + Renfe, una
estrategia que intentará minimizar la dependencia financiera del Estado,
recortar la deuda y salir de los números rojos. En realidad, Renfe está
obligada a ello, porque durante 2015 se producirá la liberalización de la
primera línea de AVE, la que cubre Madrid con Valencia, lo que supondrá la
aprición de competencia en el sector ferroviario. La operación de una nueva
compañía en el escenario llevará los precios a la baja y, si Renfe no prepara
su cuenta de gastos, podrá sufrir mayores pérdidas.
La cuestión es a qué precio se preparará Renfe para hacer frente a una
privatización del sector ferroviario que será lenta, pero segura. La mejora de
los ingresos y el aumento de la rentabilidad es una de las claves, seguida de
una mejor atención al cliente. En el AVE ya se nota esta política, tras la
reducción de precios un 11% en 2012, lo que ha reportado a la compañía 29,67
millones de pasajeros de alta velocidad, un 15,9% más. ¿Se puede trasladar esta
estrategia a Media Distancia o incluso Cercanías? La respuesta es difícil,
puesto que se trata de áreas intervenidas por el Estado para garantizar la
prestación de servicios que en la mayoría de los casos no son rentables
económicamente, pero sí socialmente, porque facilitan la movilidad de las
personas e intervienen en la generación de trabajo y el incremento de la
productividad. Sin embargo, Renfe puede jugar aún con los precios en AVE y con
la calidad y mejora del servicio, lo que puede atraer a clientes con mayor
poder adquisitivo y a más empresas.
La reducción de costes, entre ellos los laborales, será otro de los
pilares de este plan. Renfe se gasta cada año más de 800 millones de euros en
retribuir a sus trabajadores. Uno de los colectivos más numerosos es el de
conductores, al que se han aplicado reducciones salariales y se han realizado
cambios de categorías en los últimos años. Es el grupo laboral más fuerte y al que
será más difícil convencer de que ajusten sus costes a la baja. No será de
forma inmediata, pero a largo plazo, una vez que la competencia en las líneas
de AVE, sea mayoritaria, nos les quedará más remedio que
aceptarlo.Revista80Días.es