EXTERIOR
Concursos
valorados en unos 13.000 millones
Desde Fomento
se busca toda la información posible sobre el contrato
La ministra
de Fomento, Ana Pastor, y su número dos, Rafael Catalá, se han puesto al frente
de la crisis suscitada por los distintos intereses de empresas españolas
volcadas en la próxima licitación del tren de alta velocidad Río de Janeiro-São
Paulo, con concursos valorados en unos 13.000 millones de euros. El Gobierno,
en su afán de acompañar a las empresas españolas en busca de grandes contratos
internacionales, apoyó en el proceso brasileño, a través de Renfe, Adif e
Ineco, a un grupo encabezado por Talgo. Esto motivó la protesta de CAF, el otro
gran fabricante español que estaba formando su propio equipo.
Renfe
lideraba hasta entonces la configuración y estrategia del consorcio, pero con
la polémica abierta entre Talgo y CAF, cuyas relaciones son más que gélidas, es
la propia ministra la que obliga a ambas compañías a integrar sus intereses en
un solo consorcio. De lo contrario, avisó de que retirará su apoyo.
La ministra de Fomento, Ana Pastor
Algunas de
las compañías inmersas en el proceso, como la firma especializada en
señalización y comunicaciones Thales, se ha abierto a una solución pactada que
posibilite maximizar las probabilidades españolas en el concurso brasileño. Las
primeras conversaciones del equipo de Pastor con ambos fabricantes no han
obtenido frutos y, según distintas fuentes, se busca la mayor información
posible para ver cómo pueden convivir los dos rivales. Talgo parte con la
ventaja de su fuerte experiencia en alta velocidad, mientras CAF juega la baza
de producir en Brasil.
El respaldo
de Fomento se antoja indispensable a la vista de que alguno de los rivales,
como es el caso del consorcio galo de Alstom, tiene el apoyo del operador
público, en este caso SNCF.
El Gobierno
brasileño espera la participación del consorcio español, del francés, un grupo
alemán de empresas con Siemens al frente, los japoneses encabezados por Mitsui,
los canadienses con Bombardier, y un último consorcio surcoreano con Hyundai
como referente. También ha confirmado su puja la firma pública italiana
Ferrovie dello Stato.
Obra y equipamiento por separado
El concurso
brasileño incorpora la novedad de que será adjudicado en primer lugar la
operación, material rodante y el paquete de equipamiento de señalización y
comunicaciones. La pugna de constructoras por la obra civil vendrá después y
estará marcada por la opinión del operador y sus socios tecnológicos.
El primer
concurso está valorado en unos 3.700 millones. Talgo dio un primer paso el año
pasado con la formación de un consorcio en el que se incluía a la española
Invensys Rail Dimetronic. Esta última debería entenderse con Thales para
integrar en el único consorcio pretendido por Fomento soluciones de
señalización y control de tráfico que ya han demostrado su interoperabilidad en
España. A ese nivel, parece no haber grandes problemas.
Las ofertas
deben entregarse el próximo mes de agosto, la apertura de sobres se espera para
el 19 de septiembre y la firma del contrato se produciría a finales de febrero
de 2014.
Una pugna con
final previsto en febrero
l El Gobierno
brasileño ha transmitido a las empresas interesadas en equipar la línea de alta
velocidad Río de Janeiro-São Paulo que los trenes deben estar probados y
rodando antes del 27 de febrero de 2014, fecha en la que se firmará el contrato
de adjudicación. CAF tiene en fase de pruebas su tren de alta velocidad Aoris.
Talgo, por su parte, pretende presentar al concurso de Brasil su nuevo modelo
Avril.
l La línea de
alta velocidad entre Río de Janeiro y São Paulo, con extensión a Campinas,
tendrá 511 kilómetros .
El Gobierno busca una solución ferroviaria que ofrezca una velocidad de 350 kilómetros por
hora. La previsión de entrada en operación se va hasta el año 2020. La
concesión de la operación y mantenimiento está prevista para 40 años y durante
30 años el principal apoyo financiero sería el del banco público BNDES. En el
primer concurso se disputa la protección acústica, electrificación,
telecomunicaciones, señalización y control de los trenes. En un segundo proceso
se licitará la construcción.
l El Estado
tendrá un 45% del capital de la concesionaria a través de la Empresa de Planificación y
Logística (EPL).
l Un
requisito que suele ser fundamental a la hora de trabajar en Brasil es la
producción en el propio país. Un 60% de los componentes utilizados en los
trenes deberían estar fabricados allí. CAF tiene una planta en Hortolandia
capaz de montar el modelo Oaris. Además, atesora experiencia en tranvía, metro
y cercanías en Brasil. Un bagaje que la firma vasca quiere capitalizar en el
concurso del tren de alta velocidad.
l Como
fabricante en el país, CAF forma parte de la Asociación Brasileña
de la Industria
Ferroviaria (Abifer), que ha declarado aptos par el concurso
a los modelos AGV de Alstom, el Zefiro de Bombardier, el Velaro de Siemens y el
Oaris español.CINCO DÍAS