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Como consecuencia del servicio limitado del tren San Martín, el Urquiza vio incrementado el número de pasajeros en un 43 por ciento a comparación con igual periodo de 2017. El aumento de la demanda colapsa los 18 trenes con los que cuenta la red, material rodante que data de los años 70. Frente al problema, la decisión de Metrovías fue drástica: Mutilar los coches, quitándoles asientos y convirtiéndolos prácticamente en furgones.
La empresa del grupo Roggio opera la Línea Urquiza desde fines de 1993. En 2017 el gobierno decidió no autorizar la extensión de 10 años que había pedido la concesionaria y se espera un nuevo llamado a licitación. Hasta ese momento Metrovías sigue con la prestación del servicio, y lo hace en tiempos de crisis debido a la saturación causada por el repentino crecimiento de la demanda al limitarse por obras el recorrido de la línea San Martín, la que corre a la par desde San Miguel hasta Chacarita.
Falta de espacio y sofocación, es el escenario que describen desde hace semanas en redes sociales los usuarios del ‘trencito’. Ante esto, Metrovías tomó una decisión ‘a lo argento’, reformar el interior de los coches quitando asientos y colocando respaldos metálicos delante de las ventanas para aumentar el número de usuarios parados. “Los furgonizó”, bromeaban hoy en las estaciones.
El Urquiza, al igual que el Belgrano Norte, son las líneas urbanas olvidadas por el Estado nacional a la hora de la renovación del material rodante. Con casi 50 años de servicio, los trenes Toshiba son piezas de museo en Japón. En Argentina siguen operando gracias a las tareas artesanales de los trabajadores ferroviarios.SMNoticias.com
Como consecuencia del servicio limitado del tren San Martín, el Urquiza vio incrementado el número de pasajeros en un 43 por ciento a comparación con igual periodo de 2017. El aumento de la demanda colapsa los 18 trenes con los que cuenta la red, material rodante que data de los años 70. Frente al problema, la decisión de Metrovías fue drástica: Mutilar los coches, quitándoles asientos y convirtiéndolos prácticamente en furgones.
La empresa del grupo Roggio opera la Línea Urquiza desde fines de 1993. En 2017 el gobierno decidió no autorizar la extensión de 10 años que había pedido la concesionaria y se espera un nuevo llamado a licitación. Hasta ese momento Metrovías sigue con la prestación del servicio, y lo hace en tiempos de crisis debido a la saturación causada por el repentino crecimiento de la demanda al limitarse por obras el recorrido de la línea San Martín, la que corre a la par desde San Miguel hasta Chacarita.
Falta de espacio y sofocación, es el escenario que describen desde hace semanas en redes sociales los usuarios del ‘trencito’. Ante esto, Metrovías tomó una decisión ‘a lo argento’, reformar el interior de los coches quitando asientos y colocando respaldos metálicos delante de las ventanas para aumentar el número de usuarios parados. “Los furgonizó”, bromeaban hoy en las estaciones.
El Urquiza, al igual que el Belgrano Norte, son las líneas urbanas olvidadas por el Estado nacional a la hora de la renovación del material rodante. Con casi 50 años de servicio, los trenes Toshiba son piezas de museo en Japón. En Argentina siguen operando gracias a las tareas artesanales de los trabajadores ferroviarios.SMNoticias.com