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El Tren Trasandino, la Zona Franca y Chihuido son tres sueños que se convirtieron en pesadilla para la ciudad de Zapala. La posibilidad del despegue se frenó pero los reclamos siguen en pie.
Fueron como esos sueños que de tanto desearlos se transforman en pesadillas. Eran, acaso, la gran apuesta para sacar adelante a Zapala y, de la mano, a todo el centro neuquino. Pero cayeron en un letargo fatal. Hoy en día, el solo hecho de nombrarlos trae fastidio e ironía entre los zapalinos.
Con matices, el Ferrocarril Trasandino, la Zona Franca y la represa de Chihuido, representan para la ciudad una cáscara vacía, una mueca desagradable.
El proyecto ferroviario, impulsado por el exgobernador Jorge Sobisch, quedó limitado a una vía hacia la nada que costó 250 millones de pesos en títulos, la Zona Franca presenta un incipiente impulso gracias al esfuerzo de las autoridades municipales, pero sin garantía de éxito, mientras que la represa es un gran signo de interrogación.
En el medio, la ciudad sufre por su alta dependencia económica del sector público que le impide despegar.
Los diagnósticos son variados y cada sector plantea una salida diferente. El gobierno municipal apuesta por el Parque Industrial mientras que los prestadores de servicios turísticos reclaman más inversiones. Desde el MPN cuestionan la “falta de gestión y sensibilidad” de las autoridades locales, mientras que uno de los referentes de la pueblada de 2001, Eduardo “Dady” Rubio, sostiene que la única salida es trasladar la capital a Zapala.
“No queremos hablar de postergación, nosotros vemos un proyecto provincial que ha dejado de tener al interior como referente importante para la economía. La realidad es que hoy todas las definiciones de la provincia pasan por aquellos lugares donde hay petróleo, el resto se arregla como puede”, refirió la intendente Soledad Martínez.
“Existió con el centro neuquino una serie de compromisos que no se concretaron. Hace 20 años que venimos escuchando los mismos proyectos y la frustración ante la falta de avances es evidente”, remarcó.
“En el caso de Chihuido vamos a insistir con el reclamo y le vamos a exigir a la provincia que lo defienda pero queremos poner el acento en las cosas que podemos resolver nosotros por eso es que miramos tanto la realidad del Parque Industrial” expuso.
Con las solicitudes de terreno y los pedidos concertados por comodato, el parque logístico esta completo. “Hay una sensación de que no pasa nada pero tenemos todo completo. Ahora necesitamos resolver la inversión de gas con la provincia. Si pudiéramos definir el traspaso de los dominios al parque municipal y la consolidación de los derechos que los empresarios tienen sobre las tierras, estaríamos concretando un parque; ya tenemos en marcha con una tarifa eléctrica promocional”, dijo la jefa comunal.
“Entendemos que algunas de estas situaciones son materia exclusiva de la provincia mientras que en otras creemos razonable algunas dilaciones. Por ejemplo Zona Franca y Chihuido son cuestiones que hay que consensuar y construir articuladamente con el gobierno nacional y los neuquinos estamos ajenos a esas decisiones”, sostuvo Martínez.
“Lo que si exigimos de parte del gobierno provincial es una defensa irrestricta de los proyectos que van a ser gravitantes en la economía de la zona centro”, añadió.
En el análisis caso por caso surgen datos llamativos. Lo del Ferrocarril Trasandino es, a todas luces, el proyecto con menos sustento. Se gastaron millones en una vía que muere a pocos kilómetros de Zapala, sin pena ni gloria. El objetivo de llegar hasta la frontera quedó en la nada y aunque se hubiera concretado tampoco tendría ningún valor ya que las vías férreas en el tramo hasta Lonquimay, en territorio chileno, se encuentran directamente fuera de servicio.
Zona Franca fue, durante décadas, un caballito de batalla para muchos políticos, pero lo real es que recién esta semana, y después de muchos tiempo, se reunió el Comité de Vigilancia que integran la provincia y Zapala para analizar un nuevo llamado a licitación.
Esta vez la propuesta será por treinta años, pero no habrá avances concretos en los próximos seis meses. Y más allá del empuje que proponen los representantes zapalinos, municipio y Cámara de Comercio, la iniciativa no despierta grandes ilusiones a corto plazo entre la gente.
Chihuido fue la joya más reciente pero ya dejó de brillar. La decisión del gobierno nacional de frenar el pedido de financiamiento internacional le bajó la persiana a las ilusiones de quienes soñaban con un impulso decisivo para Zapala como ciudad logística.
Tanto el sector de la construcción como los prestadores de servicio vieron otra vez postergadas sus legítimas pretensiones como consecuencia de medidas que se toman lejos de la ciudad.
Casi como una analogía de las últimas décadas.DiarioRíoNegro.com
El Tren Trasandino, la Zona Franca y Chihuido son tres sueños que se convirtieron en pesadilla para la ciudad de Zapala. La posibilidad del despegue se frenó pero los reclamos siguen en pie.
Fueron como esos sueños que de tanto desearlos se transforman en pesadillas. Eran, acaso, la gran apuesta para sacar adelante a Zapala y, de la mano, a todo el centro neuquino. Pero cayeron en un letargo fatal. Hoy en día, el solo hecho de nombrarlos trae fastidio e ironía entre los zapalinos.
Con matices, el Ferrocarril Trasandino, la Zona Franca y la represa de Chihuido, representan para la ciudad una cáscara vacía, una mueca desagradable.
El proyecto ferroviario, impulsado por el exgobernador Jorge Sobisch, quedó limitado a una vía hacia la nada que costó 250 millones de pesos en títulos, la Zona Franca presenta un incipiente impulso gracias al esfuerzo de las autoridades municipales, pero sin garantía de éxito, mientras que la represa es un gran signo de interrogación.
En el medio, la ciudad sufre por su alta dependencia económica del sector público que le impide despegar.
Los diagnósticos son variados y cada sector plantea una salida diferente. El gobierno municipal apuesta por el Parque Industrial mientras que los prestadores de servicios turísticos reclaman más inversiones. Desde el MPN cuestionan la “falta de gestión y sensibilidad” de las autoridades locales, mientras que uno de los referentes de la pueblada de 2001, Eduardo “Dady” Rubio, sostiene que la única salida es trasladar la capital a Zapala.
“No queremos hablar de postergación, nosotros vemos un proyecto provincial que ha dejado de tener al interior como referente importante para la economía. La realidad es que hoy todas las definiciones de la provincia pasan por aquellos lugares donde hay petróleo, el resto se arregla como puede”, refirió la intendente Soledad Martínez.
“Existió con el centro neuquino una serie de compromisos que no se concretaron. Hace 20 años que venimos escuchando los mismos proyectos y la frustración ante la falta de avances es evidente”, remarcó.
“En el caso de Chihuido vamos a insistir con el reclamo y le vamos a exigir a la provincia que lo defienda pero queremos poner el acento en las cosas que podemos resolver nosotros por eso es que miramos tanto la realidad del Parque Industrial” expuso.
Con las solicitudes de terreno y los pedidos concertados por comodato, el parque logístico esta completo. “Hay una sensación de que no pasa nada pero tenemos todo completo. Ahora necesitamos resolver la inversión de gas con la provincia. Si pudiéramos definir el traspaso de los dominios al parque municipal y la consolidación de los derechos que los empresarios tienen sobre las tierras, estaríamos concretando un parque; ya tenemos en marcha con una tarifa eléctrica promocional”, dijo la jefa comunal.
“Entendemos que algunas de estas situaciones son materia exclusiva de la provincia mientras que en otras creemos razonable algunas dilaciones. Por ejemplo Zona Franca y Chihuido son cuestiones que hay que consensuar y construir articuladamente con el gobierno nacional y los neuquinos estamos ajenos a esas decisiones”, sostuvo Martínez.
“Lo que si exigimos de parte del gobierno provincial es una defensa irrestricta de los proyectos que van a ser gravitantes en la economía de la zona centro”, añadió.
En el análisis caso por caso surgen datos llamativos. Lo del Ferrocarril Trasandino es, a todas luces, el proyecto con menos sustento. Se gastaron millones en una vía que muere a pocos kilómetros de Zapala, sin pena ni gloria. El objetivo de llegar hasta la frontera quedó en la nada y aunque se hubiera concretado tampoco tendría ningún valor ya que las vías férreas en el tramo hasta Lonquimay, en territorio chileno, se encuentran directamente fuera de servicio.
Zona Franca fue, durante décadas, un caballito de batalla para muchos políticos, pero lo real es que recién esta semana, y después de muchos tiempo, se reunió el Comité de Vigilancia que integran la provincia y Zapala para analizar un nuevo llamado a licitación.
Esta vez la propuesta será por treinta años, pero no habrá avances concretos en los próximos seis meses. Y más allá del empuje que proponen los representantes zapalinos, municipio y Cámara de Comercio, la iniciativa no despierta grandes ilusiones a corto plazo entre la gente.
Chihuido fue la joya más reciente pero ya dejó de brillar. La decisión del gobierno nacional de frenar el pedido de financiamiento internacional le bajó la persiana a las ilusiones de quienes soñaban con un impulso decisivo para Zapala como ciudad logística.
Tanto el sector de la construcción como los prestadores de servicio vieron otra vez postergadas sus legítimas pretensiones como consecuencia de medidas que se toman lejos de la ciudad.
Casi como una analogía de las últimas décadas.DiarioRíoNegro.com