EXTERIOR
Proyecto Plan
Tren 2020: Un estudio diagnóstico sobre la red ferroviaria española y un banco
de propuestas para potenciar la oferta y la demanda del ferrocarril.
Comisiones
Obreras, Greenpeace España y WWF España, en colaboración con la Asociación para la Promoción del Transporte
Público (PTP), han presentado hoy el informe
Plan Tren 2020, que propone una nueva hoja de ruta basada en la
combinación de planes de servicio (2013-2020) y actuaciones en la
infraestructura (2013-2030). El objetivo es contribuir a la optimización la
política de infraestructuras y servicios del Estado para potenciar más el
ferrocarril. Además, esta propuesta supone un ahorro anual de 2.000 millones de
euros respecto a la iniciativa del Gobierno.
A través del
informe Plan 2020, las organizaciones CCOO, Greenpeace España y WWF España,
piden al Gobierno que apueste por el tren como motor económico y social. En
este sentido, recuerdan que el ferrocarril, por sus características
energéticas, de capacidad y de seguridad, es un elemento clave para mejorar la
situación ambiental y social del transporte, que actualmente depende en exceso
de la carretera y de los combustibles fósiles para el transporte de viajeros
(en coche) y de mercancías (en camión).
El Plan Tren
2020 se configura como un elemento de debate ambiental, social y territorial,
abierto a toda la sociedad, con la mirada puesta en Europa y con una manifiesta
voluntad de resultar proactivos. El Plan Tren 2020 no plantea una ruptura con
la planificación vigente pero sí una reorientación, proponiendo situar al
ferrocarril como columna vertebral del transporte público español, además de
permitir potenciar el transporte de mercancías en España sobre líneas mixtas.
Las organizaciones recuerdan que el ferrocarril tiene, como características
intrínsecas, la eficiencia energética, la seguridad y la capacidad de transporte.
Asimismo consideran que el debate que se puede generar a través de este
proyecto mejorará la solución final cuyo escenario es compartido por una
inmensa mayoría social: el transporte del año 2020 debe ser más sostenible,
eficiente, seguro y equitativo.
Según el
estudio, hasta cierto umbral de desarrollo económico existe una relación muy
directa entre la economía y la demanda de movilidad, pero su sostenibilidad
depende de la política de transporte. Para conseguirlo, es necesario
electrificar al máximo el transporte terrestre, siendo el ferrocarril una
fuente de ahorro energético respecto a la carretera.
Las redes
ferroviarias europeas más importantes se caracterizan por un amplio nivel de
servicio de cercanías y regionales, así como por las líneas adaptadas a
velocidad alta (hasta 220
km/h para viajeros y aptas para mercancías) y por poner
solución a la política de infraestructuras que ha consistido en la promoción de
todos los transportes simultáneamente, valorando la obra pública como elemento esencial
en sí mismo y batiendo récords mundiales sin apenas tener en cuenta objetivos
ambientales y sociales.
Contra la
opinión generalizada de que sólo la alta velocidad puede captar más mercado
para el ferrocarril, existe un amplio abanico de mejoras que permitirían
incrementar la demanda utilizando también la red ferroviaria general. En España
se ha considerado un planteamiento
inaudito consistente en que la alta velocidad debería llegar a todos. Sin embargo, se han infravalorado aspectos
clave para captar usuarios de la carretera y el avión, como hubiera sido la
adecuación a la demanda real, la necesidad del incremento de frecuencias, la
intermodalidad, la rapidez competitiva o las tarifas.
El Plan Tren
2020 incluye un análisis inédito de los atributos que permitirían captar más
viajeros al ferrocarril. En este sentido, el estudio demuestra que España no
necesita nuevas infraestructuras de alta velocidad, sino poner el acento en la
movilidad cotidiana y aportar soluciones más imaginativas y económicas capaces
de competir con la carretera y el avión en las relaciones más importantes. En
consecuencia, las organizaciones proponen que el sistema ferroviario
convencional no debe reducirse con “listas negras” para la supresión de
servicios deficitarios; más bien al contrario, debe ampliarse con “listas
blancas” de servicios rentables.
Las
organizaciones consideran que los planes de infraestructuras deben superar la
actual concentración de inversiones en la red exclusiva de alta velocidad para
ceder el protagonismo a las inversiones sobre la red convencional. De este
modo, se orientarán a las necesidades de
movilidad metropolitana, cotidiana y de mercancías y se abandonarían el
planteamiento de suprimir servicios considerados “deficitarios” basándose en la
ocupación actual sin haberse aplicado antes modelos de bajo coste y políticas
de estímulo de la demanda, como han hecho numerosos operadores ferroviarios de la UE.
Con una mayor
adaptación a la demanda, mejor gestión energética e introduciendo cambios en el
diseño de los vehículos, el tren puede acercarse a las emisiones “0” de CO2. Los planes de
infraestructuras deberían estar más sujetos a objetivos ambientales y sociales,
con inversiones más moderadas y una financiación creíble que permitan sortear
la crisis energética y ambiental.REVE