ACTUALIDAD
Por Juan Carlos Cena y Elena Luz
González Bazán * MONAREFA
El
próximo domingo 24 de marzo se cumplen 37 años del inicio del último golpe
cívico militar.
El
golpe es como su definición lo sostiene, la acción de golpear. El golpe de
Estado es la toma del poder político de un modo repentino y violento, por parte
de un grupo de poder. Sin embargo, este no tuvo nada de repentino, fue
claramente organizado y planificado.
Durante
ese largo período quedaron sin efecto todas las leyes y conquistas que pudieran
rozar los intereses de los factores de poder. Para ello, utilizaron todas las
formas de persecución. Utilizando para alcanzar los objetivos propuestos al
unísono todos los recursos de las fuerzas represivas que trabajaban en
paralelo. Que el terror penetrara hasta la médula de las conciencias de la
ciudadanía. El terror herramienta de paralización para con los actores más
dinámicos y resistentes de la sociedad: los trabajadores. El movimiento obrero,
una vez más resistía. Toda su larga trayectoria de organización y formas de
resistencia durante un largo siglo fueron aplicadas.
En
ese transcurrir, el tiempo de los dolores se fue acumulando, uno a uno y sin
descanso, sin prisa y sin pausa. Efectivamente, se consolidaron y restauraron
todas las formas de represión que tuvieron a mano y que habían delineado
largamente.
En
ese sentido, las conquistas adquiridas en largas jornadas de lucha se tiraron
de un golpe rudo y diabólico, la expulsión de las empresas estatales se hizo
con leyes de prescindibilidad y en las privadas actuaron, de acuerdo a los
niveles de resistencia, con formas abyectas. No dudaron en entregar la nómina
de los prescindibles que pronto pasaron a engrosar las listas de detenidos
desaparecidos, otros fueron despedidos para evitar que se organizaran.
En
las empresas privadas se hizo de otras formas, con despidos y sin ningún tipo
de reconocimiento, muchos delegados y representantes gremiales debieron dejar
sus trabajos de apuro y tratando de salvar sus vidas.
Más
de un millón y medio de puestos de trabajo se perdieron en el primer año de la
dictadura. Creció la pobreza, las políticas económicas se fueron tragando los
salarios de los trabajadores y las organizaciones gremiales fueron destruidas
una a una. La reorganización en la clandestinidad fue una necesidad. El reclamo
por salarios justos siguió siendo una realidad, pero esencialmente, la defensa
por la fuente de trabajo y por la vida, por el reclamo de los compañeros que
iban desapareciendo.
Los
ejemplos son múltiples y abarcan todo el período dictatorial.
Por
otro lado, decimos que es engañoso y falaz seguir afirmando que no hubo
resistencia a la dictadura por parte de la clase obrera. Diríamos que es un
olvido canallesco
Por
todo esto, marcharemos, por todo esto, seguimos reclamando justicia y verdad.
Porque
la destrucción de los Ferrocarriles Argentinos está en esta sintonía, miles de
trabajadores ferroviarios fueron expulsados en aquellos años, perseguidos y
secuestrados, algunos aparecieron, otros se pudieron salvar. Pero, hasta hoy
111 están en esta triste realidad que no podemos olvidar.
Nuestro
objetivo, como hace años, es recuperar nuestro ferrocarril, porque sus
verdaderos hacedores: los obreros, trabajadores, técnicos e idóneos que
hicieron posible un Sistema Integrado de transporte, industrias y
comunicaciones sean los que estén al frente de esta recuperación.
Por
todo esto, marchamos este 24 de marzo, no podemos olvidar… el olvido es la
herramienta de las clases dominantes…
Marchamos
por nuestros 111 compañeros
Por
Jorge Julio López
Por
Leonardo Andrada
Porque
no queremos más la masacre de Once y las anteriores barbaries en el
ferrocarril.
Porque
no puede seguir tercerizándose el trabajo.
Porque
los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra deben ir a la cárcel.
Por
un ferrocarril enseñoreado por todo el territorio nacional.
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Miembros fundadores del MONAREFA – Movimiento Nacional por la Recuperación de los
Ferrocarriles Argentinos.