Nota de Opinión
Por: Carlos Alberto Salgado
Muchas veces me he referido a los graves problemas que tiene la empresa Ferrobaires, tanto en la prestación de los servicios de trenes de pasajeros, como de la ínfima manutención del material rodante y tractivo, de la desidia y de la poca importancia que pone en poder brindar al usuario, aunque sea una buena atención, como de otros problemas internos que la convierten en una empresa en decadencia.
También me referí varias veces en mis notas de que gracias a la UEPFP cuando en la década del 90 se suspendían los servicios de trenes de larga distancia, y cuando muchas provincias miraban al contado y no aceptaron el tren porque en ese tiempo se vendía la infamia de que era uno de los cánceres de la economía argentina, la empresa provincial se hacía cargo de estos y gracias a ello, bien o mal, hoy podemos decir que hay trenes a varios puntos de la provincia.
La formación detenida en estación Vivoratá
Pero una cosa no justifica a la otra. El pasado jueves 21 del corriente, dos integrantes del equipo de Crónica Ferroviaria, se trasladaron hacia la ciudad de Mar del Plata para poder cubrir la nota para nuestro medio por la llegada de los trenes Talgo IV que fueron presentados por la señora Presidente de la Nación. Para ello, sacamos pasajes (pagos) en el Tren Nro. 335 que salió puntualmente de la estación Plaza Constitución a las 23,05 horas y lo que debió ser un viaje de poco más de 6 horas se transformó en una odisea de más de 12 horas, donde pudimos vivir en carne propia la desidia, y ser testigos del mal trato hacia el pasajero.
Haciendo descender a los pasajeros en estación Vivoratá
El viaje se desarrolló normalmente hasta Altamirano, pero cuando partimos de esa estación a unos pocos kilómetros el tren comenzó a disminuir su marcha hasta detenerse en el medio de la nada entre ésta última y Gándara. Pasaron los minutos y nada sabíamos de lo que estaba pasando. Uno que es ducho en la materia, sabía que se circulaba por doble vía, que no había otro tren adelante, por lo que supuse inmediatamente, junto a mi compañero, que el problema era que la locomotora tendría algún inconveniente técnico.
Obsérvese la cantidad de chicos que viajaban
No nos equivocamos. Rato después, se prenden las luces del coche en el que viajamos y nos informan que la locomotora había sufrido un desperfecto mecánico y que deberíamos esperar alrededor de 1 hora 30 minutos para que nos viniese a auxiliar otra máquina. A todo esto eran las 00:30 horas del día viernes 22.
Pasaron los minutos, las horas y la unidad tractiva en cuestión no aparecía. Para colmo, en el coche Pullman donde nosotros estábamos en vez de estar colocada la calefacción, estaba puesta la ventilación, lo que hacía que dentro del vehículo se sintiera frío. Intentar dormir en estas condiciones y mientras se esperaba el auxilio era imposible. Los baños son un capítulo aparte. Además de ser pestilentes, la falta de agua, tanto para asearse como para hacer correr en el inodoro, es total. Qué diferencia que hay de servicio entre Ferrobaires y otras empresas de trenes de pasajeros de larga distancia (Ej. Ferrocentral) donde cada media hora pasa una persona limpiando y desinfectando, contando además los baños con jabón y toallas de papel para secarse. Esto sin perjuicio de que hay agua en los lavatorios y dispenser si uno quiere beber. En la UEPFP reina la suciedad y lo más triste es que a nadie le importa.
Pasajes de los integrantes de Crónica Ferroviaria
Cuando la situación ya no se soportaba más, un par de pasajeros fueron en búsqueda del camarero (vestido como cualquier pasajero, ya que ni uniforme tenía) que no estaba en el coche sino en el Restaurant para que pueda arreglar la situación del aire acondicionado. Cuando fue increpado por una pasajera, este señor le contestó de mala manera, "¿Qué pasa, está nerviosa?", poniendo, ahí sí, la calefacción y volviéndose a retirar del coche.
Después de más de 4 horas de estar parados y siendo las 05:00 horas, apareció la locomotora Alstom Nro. 1934 que sería la encargada de auxiliar al tren en el que viajábamos. Recordemos que estábamos a sólo 80 kms. de la base de Remedios de Escalada donde se supone que hay una máquina alistada y a ordenes por si tiene que auxiliar a alguna formación. El tren comenzó a reanudar el viaje a las 05:30 horas (hora en que debía estar arribando a Mar del Plata) deteniéndose en la estación Gándara por espacio de aproximadamente 20 minutos para dejar pasar a la formación Talgo IV que era la encargada de llevar a la señora Presidenta de la Nación por el viaje inaugural de la estación Ferroautomotora de la Ciudad de Mar del Plata.
Después de ahí, el viaje se desarrolló en forma normal hasta que al llegar a la estación Vivoratá, a las 10:30 horas, nos informaron que deberíamos bajar del tren para trasladarnos desde ahí hasta la ciudad balnearia en micros, debido a que no se podía pasar por el acto de inauguración de la nueva estación, llegando a la ciudad de Mar del Plata para realizar nuestro trabajo a las 11:30 horas. Pensar que de haber sido normal el viaje la llegada a destino tendría que haber sido a las 05:38 horas. Pues bien, tardamos el doble.
Esta vez fuimos testigos presenciales de todo este manoseo. Después las autoridades se quejan de que los pasajeros reaccionan de mala manera. Si bien, y lo dejo en claro, que no estoy de acuerdo con la violencia de ningún tipo, tampoco estoy de acuerdo de que no se sancione a estas empresas como se debe por no cumplir con su deber, ya que el proceder de la misma también es una forma de ejercer la violencia. En este caso no ha pasado nada porque el pasajero se "bancó" todo sin chistar, y eso que los niños que viajan eran muchos debido a la época de vacaciones de invierno, y han sufrido como el que más, todos los inconvenientes que he expresado más arriba.
Cualquier empresa seria, lo mínimo que ofrece a los pasajeros damnificados por un inconveniente de esta magnitud, es extender otro pasaje en las mismas condiciones que el que poseían en ese momento. Tal es la actitud que adoptan las empresas de ómnibus de larga distancia cuando la demora duplica el tiempo de viaje y me consta porque me sucedió. Pero bueno estamos hablando de Ferrobaires y pensar eso es soñar con una utopía.
En otro orden de cosas, he escuchado quejas por televisión y radio sobre los hechos narrados. Algunos pasajeros le echaban la culpa de todo esto por la inauguración de la nueva estación ferroviaria de Mar del Plata. Creo, sin temor a equivocarme, que de haberse cumplido el horario como correspondía por parte de la empresa Ferrobaires la llegada hubiese sido a las 05:38 horas, dejando el tiempo suficiente para que el tren que traía a la señora Presidenta de la República desde la estación Camet entrara sin problema, ya que lo hizo aproximadamente a las 13:00 horas. No me cabe ninguna duda de que acá toda la negligencia es de la empresa provincial.
Creo que llegó la hora de que las autoridades competentes tomen seriamente cartas en el asunto con Ferrobaires. Los problemas de dicha empresa ya son insoportables y el hecho de que los pasajes tengan un costo muy inferior al automotor no justifica que el pasajero deba ser humillado por el sólo hecho de no tener dinero para viajar en otro medio alternativo.