NOTA DE OPINIÓN
Por: Agrupación Amigos de Subte (Para Crónica Ferroviaria)
Las inauguraciones de las obras públicas traen consigo los respectivos
festejos bajo distintas modalidades y de acuerdo al signo político de las
administraciones que le toquen en suerte el corte de la cinta inaugural. En ese
sentido, a lo largo de la historia, las inauguraciones de las obras de los
subtes de Buenos Aires tuvieron los más variados festejos.
La mayoría de las veces fueron actos públicos presididos por autoridades
del gobierno y administradores de la empresa, quienes dirigían los discursos
desde palcos hacia los miles de ciudadanos que se congregaban en las calles
para recibir las nuevas obras de subte. Otras inauguraciones, en cambio, fueron
eventos privados, en el subsuelo y a escondidas del pueblo.
Las inauguraciones de las estaciones de subte de los últimos veinte años
fueron realizadas por administraciones de distintas tendencias ideológicas,
pasando por la UCR (centroderecha), el Frepaso (centroizquierda) y el Pro
(derecha). Mientras que las dos primeras hicieron actos públicos y masivos, el
Pro, se inclinó por los eventos privados y selectos.
Durante la década de los noventa la UCR inauguró cinco estaciones de la
extensión de la línea “D”. Los festejos consistieron en actos públicos con
bandas militares, el pabellón nacional, el himno patrio y los discursos del presidente
de la Nación, Fernando De La Rúa. El presidente habló para las multitudes de
vecinos que se congregaron sobre la Av. Cabildo para recibir la llegada del
subte al barrio de Belgrano. Como dato anecdótico, en el último tramo de la
obra, el presidente fue acompañado por el intendente de Vicente López y
mencionó el proyecto, hoy olvidado, de prolongar el subte más allá de la Av.
Gral. Paz.
Iniciado el siglo XXI, a los jefes de gobierno Anìbal Ibarra y Jorge
Telerman, ambos del Frepaso, les tocó inaugurar dos estaciones de la
prolongación de la línea “B” y cinco estaciones de la nueva línea "H"
respectivamente. Ibarra cambió la modalidad de los actos, prescindió de la
presencia militar y la cambió por chicos de guardapolvos blancos, sin olvidar
por supuesto, los discursos, el himno y el pabellón nacional. Para las
inauguraciones de las estaciones Tronador y Los Incas de la línea “B”, los
vecinos pudieron ver cómo se soltaban palomas blancas luego del corte de cintas
para disfrutar después de un concierto de rock al aire libre con Javier
Calamaro.
El Pro, el partido que comanda Mauricio Macri, fue la última
administración en inaugurar estaciones de subte. Se diferenció del resto, por
los actos privados sin presencia de vecinos y por inaugurar nueve estaciones
iniciadas por gestiones anteriores. Los festejos se hicieron selectos, sin
trabajadores y sólo para autoridades y allegados. La frivolidad se hizo
demasiado evidente: luces de colores, efectos de humo y música de disk jockey,
al mejor estilo pistas de dance, servicio de catering, globos, bellas
promotoras vestidas de amarillo, bailarines, payasos y acròbatas.
En definitiva, cada gobierno festeja como le gusta, con civiles o
militares, con público o en privado, en la calle o bajo tierra, con austeridad o
tirando manteca al techo. Para el 2015 se prevén inaugurar estaciones de la
línea “H”, sabiendo la ideología del Pro es fácil suponer como serán los actos
de inauguración.