Empresas
Ecoplas, Asociación Civil sin fines de lucro especializada en el tratamiento de plásticos y medio ambiente, junto con otras entidades del país, trabajan en la iniciativa de elaborar durmientes plásticos, así, se aprovecharía el recurso, que puede ser reciclado y reutilizado más de 5 veces.
Durante las últimas décadas existieron dos grandes movimientos que trascendieron a casi todos los ámbitos: la innovación y el uso de la tecnología. Las industrias no se quedan atrás y cada vez más se pueden ver casos de aplicaciones novedosas, como por ejemplo los nuevos usos del plástico reciclado. Este recurso post consumo fomenta la economía circular y sustentable, aportando al medio ambiente. En nuestro país se está estudiando la posibilidad de elaborar durmientes para las vías del tren de plástico reciclado, como reemplazo del quebracho, iniciativa que ya es una realidad en otros lugares del mundo.
Los durmientes de plástico reciclado se utilizan hace varios años en Japón, Estados Unidos, México, Alemania, Inglaterra, Brasil, India y Dinamarca. En Argentina, existe una necesidad de sustituir de manera eficiente y sustentable los durmientes de los materiales finitos existentes, como los tradicionales de quebracho. Es por eso que Ecoplas está trabajando en la normalización de los durmientes plásticos reciclados ya hay empresas que tienen proyectos concretos para su fabricación.
Actualmente existen limitaciones en la infraestructura ferroviaria nacional, tanto funcionales como estructurales, que colaboran con las ventajas expuestas de este nuevo tipo de durmientes. Ante este marco, la Administración de Infraestructura Ferroviaria Sociedad del Estado (ADIFSE), solicitó iniciar el estudio de una norma IRAM de durmientes sintéticos: esto representa una gran oportunidad para los durmientes realizados con polietileno o polipropileno reciclado.
Se estima que hay más de 20.000km de vías para renovar o reparar en todo el territorio argentino. Los durmientes actuales presentan limitaciones: en el peso por eje a transportar, retrasos de tiempos de viaje por baja velocidad y precauciones necesarias, sumado a los recurrentes accidentes y posibles descarrilamientos. En parte, estas circunstancias están presente por algunas desventajas que posee la madera del quebracho. Por un lado, hay una escasez de oferta y un alto precio de venta. Además, la tala del árbol que produce este material genera daños ambientales y no puede ser reciclado.
“Con este uso innovador que permite el plástico reciclado podríamos reemplazar los 32 millones de potenciales durmientes que se necesita el país. Un durmiente equivale a reciclar aproximadamente 2000 botellas de polietileno (PE) lo que se traduce en 144 toneladas de plástico reciclado por cada kilómetro de vías. Los beneficios serían enormes: desde una mejora funcional para los durmientes actuales hasta ventajas medioambientales necesarias en el contexto de cuidado de nuestros recursos en el que vivimos”, indica Mario Tonelli, Director Ejecutivo de Ecoplas e integrante de la comisión de redacción que estudia la creación de una norma IRAM para este caso.
El plástico es un material noble, inocuo, inerte y reciclable. Esta nueva utilización provee una gran variedad de ventajas tanto ambientales como funcionales, ya que significaría un triple impacto: económico, social y ambiental, además del desarrollo de una economía circular para los plásticos. Por un lado, al utilizar el plástico reciclado como materia prima se disminuirían los residuos en los rellenos sanitarios y fomentaría una reactivación de la industria recicladora, con un incremento de la oferta de trabajo.
Además, esta utilización reduciría la huella de carbono por el consiguiente reciclado y la reducción de la tala de árboles. Por otro lado, estos nuevos durmientes se podrían alternar con los tradicionales de madera y tienen un mejor peso, lo que resultaría ideal para puentes, por ejemplo. Esta tecnología para el desarrollo de nuevos durmientes existe en el mundo hace algunos años y necesita herramientas para potenciar su uso en el país, liderando una normativa nacional para la fijación de estándares de calidad. ElTribuno.com
Ecoplas, Asociación Civil sin fines de lucro especializada en el tratamiento de plásticos y medio ambiente, junto con otras entidades del país, trabajan en la iniciativa de elaborar durmientes plásticos, así, se aprovecharía el recurso, que puede ser reciclado y reutilizado más de 5 veces.
Durante las últimas décadas existieron dos grandes movimientos que trascendieron a casi todos los ámbitos: la innovación y el uso de la tecnología. Las industrias no se quedan atrás y cada vez más se pueden ver casos de aplicaciones novedosas, como por ejemplo los nuevos usos del plástico reciclado. Este recurso post consumo fomenta la economía circular y sustentable, aportando al medio ambiente. En nuestro país se está estudiando la posibilidad de elaborar durmientes para las vías del tren de plástico reciclado, como reemplazo del quebracho, iniciativa que ya es una realidad en otros lugares del mundo.
Los durmientes de plástico reciclado se utilizan hace varios años en Japón, Estados Unidos, México, Alemania, Inglaterra, Brasil, India y Dinamarca. En Argentina, existe una necesidad de sustituir de manera eficiente y sustentable los durmientes de los materiales finitos existentes, como los tradicionales de quebracho. Es por eso que Ecoplas está trabajando en la normalización de los durmientes plásticos reciclados ya hay empresas que tienen proyectos concretos para su fabricación.
Actualmente existen limitaciones en la infraestructura ferroviaria nacional, tanto funcionales como estructurales, que colaboran con las ventajas expuestas de este nuevo tipo de durmientes. Ante este marco, la Administración de Infraestructura Ferroviaria Sociedad del Estado (ADIFSE), solicitó iniciar el estudio de una norma IRAM de durmientes sintéticos: esto representa una gran oportunidad para los durmientes realizados con polietileno o polipropileno reciclado.
Se estima que hay más de 20.000km de vías para renovar o reparar en todo el territorio argentino. Los durmientes actuales presentan limitaciones: en el peso por eje a transportar, retrasos de tiempos de viaje por baja velocidad y precauciones necesarias, sumado a los recurrentes accidentes y posibles descarrilamientos. En parte, estas circunstancias están presente por algunas desventajas que posee la madera del quebracho. Por un lado, hay una escasez de oferta y un alto precio de venta. Además, la tala del árbol que produce este material genera daños ambientales y no puede ser reciclado.
“Con este uso innovador que permite el plástico reciclado podríamos reemplazar los 32 millones de potenciales durmientes que se necesita el país. Un durmiente equivale a reciclar aproximadamente 2000 botellas de polietileno (PE) lo que se traduce en 144 toneladas de plástico reciclado por cada kilómetro de vías. Los beneficios serían enormes: desde una mejora funcional para los durmientes actuales hasta ventajas medioambientales necesarias en el contexto de cuidado de nuestros recursos en el que vivimos”, indica Mario Tonelli, Director Ejecutivo de Ecoplas e integrante de la comisión de redacción que estudia la creación de una norma IRAM para este caso.
El plástico es un material noble, inocuo, inerte y reciclable. Esta nueva utilización provee una gran variedad de ventajas tanto ambientales como funcionales, ya que significaría un triple impacto: económico, social y ambiental, además del desarrollo de una economía circular para los plásticos. Por un lado, al utilizar el plástico reciclado como materia prima se disminuirían los residuos en los rellenos sanitarios y fomentaría una reactivación de la industria recicladora, con un incremento de la oferta de trabajo.
Además, esta utilización reduciría la huella de carbono por el consiguiente reciclado y la reducción de la tala de árboles. Por otro lado, estos nuevos durmientes se podrían alternar con los tradicionales de madera y tienen un mejor peso, lo que resultaría ideal para puentes, por ejemplo. Esta tecnología para el desarrollo de nuevos durmientes existe en el mundo hace algunos años y necesita herramientas para potenciar su uso en el país, liderando una normativa nacional para la fijación de estándares de calidad. ElTribuno.com