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A principios de enero de 2016, la ciudad de Santa Fe estrenaba un novedoso sistema de transporte público: el tren urbano. Dotado de dos coches, el vehículo ferroviario fue pensado para conectar la zona de bulevar Gálvez con Dos Bosco, atravesando el Parque Federal, cruzando por debajo del Puente Negro de Aristóbulo del Valle.
Son unos 4 kilómetros que se prometían unir en 15 minutos, con paradas en ocho apeaderos instalados de cero por el municipio. Pese a la expectativa generada, el tren nunca prosperó y, una seguidilla de problemas técnicos y mecánicos le impidieron cumplir su función original. Pasaron los años en desuso y en 2019 fue retirado de las vías. La actual gestión tomó la decisión de subastar los coches y recuperar algo del dinero gastado para tal fin.
Pues bien, ¿Qué pasa con las paradas y toda la infraestructura instalada? . Para hacer “correr” al tren se pusieron nuevas vías, se arregló donde hacía falta y se instalaron paradas (apeaderos), semáforos y señalética. Con la venta de los dos coches, todos estos elementos quedaron en desuso, ocupando un espacio público sin destino.
En el trayecto desde bulevar hasta Don Bosco se levantaron ocho espacios en donde el tren frenaba y subía (o bajaba) gente. En la actualidad, estos lugares están desaprovechados, juntando basura o bien, siendo usados por artistas callejeros que plasman sus grafitis en el patrimonio público. En el peor de los casos, personas en situación de calle buscan reparo en las citadas paradas.
El día que se inauguró el tren urbano
El Litoral consultó al municipio y explicaron que se está analizando qué hacer con la infraestructura que quedó, por ejemplo con los semáforos que podrían ser reutilizados. Lo que se tratará de vender es el material rodante, aseguraron. Por último, aclararon que si hay gente durmiendo en los apeaderos se puede avisar al 0800 de la Municipalidad para que brinden asistencia. Fuente: ElLitoral.com