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Redacción Crónica Ferroviaria
En el día de ayer comenzaron las usinas, de vaya a saber quién o quiénes, haciendo denuncias anónimas de colocación de bombas en las estaciones ferroviarias de la Línea Roca como en Longchamps y Adrogué lo que hizo que se acortaran los servicios.
Hoy siguió la misma burda maniobra con llamados anónimos para molestar a las únicas víctimas que son los pasajeros que usan ese medio de transporte para movilizarse, lo que hace que las autoridades pertinentes tengan que detener la circulación de los trenes hasta verificar si la denuncia es verídica, lo que después de un par de horas se observa que fueron mentiras.
Hoy, hasta ahora, hubo en la hora pico de la mañana denuncias en varias estaciones donde los usuarios tuvieron que volcarse hacia el medio de transporte automotor que no dio abasto para trasladar a la gente en medio de una pandemia.
El gobierno tendría que tomar drásticas medidas con quienes, vaya a saber con qué intenciones realizan este tipo de delito, y poner toda la tecnología a su alcance para descubrir a esos individuos que realizan esta metodología que sirve para crear malestar entre los pasajeros.