Carta de Lectores
Señor Director de Crónica Ferroviaria
Me dirijo a usted con el fin de dar mi opinión sobre los constantes descarrilamientos que se vienen produciendo en las distintas líneas ferroviarias del país y que CRÓNICA FERROVIARIA nos informa al respecto.
Creo, y hasta que las vías no estén en condiciones, estarían fallando las inspecciones que regularmente deben realizar las empresas, como el organismo de control (CNRT), ya que dependen de estas inspecciones que ha posteriori se autoricen la corrida de los trenes.
Hace falta responsabilidad y seriedad de todos los organismos intervinientes, comenzando de a poco en hacer las cosas bien, que los funcionarios hayan tenido experiencia en las consecuencias que acarrean estos descarrilamientos, ya que el malestar de las empresas que encargan al ferrocarril el traslado de su mercadería, de a poco van perdiendo confianza y estudian la posibilidades de otros medios de transporte.
La falta de seriedad, acompañado por la responsabilidad que deberían tener los funcionarios para poner en pie los ferrocarriles, no condice con los descarrilos que se observan con frecuencia.
Será entonces necesario poner autoridades con mucha experiencia y vocación en temas ferroviarios y que puedan transmitir a las áreas intermedias, las directivas en referencia a las responsabilidades y conductas que observen el buen funcionamiento de los servicios. Atte.
Francisco R. Soto
franciscorsoto@gmail.com
Señor Director de Crónica Ferroviaria
Me dirijo a usted con el fin de dar mi opinión sobre los constantes descarrilamientos que se vienen produciendo en las distintas líneas ferroviarias del país y que CRÓNICA FERROVIARIA nos informa al respecto.
Creo, y hasta que las vías no estén en condiciones, estarían fallando las inspecciones que regularmente deben realizar las empresas, como el organismo de control (CNRT), ya que dependen de estas inspecciones que ha posteriori se autoricen la corrida de los trenes.
Hace falta responsabilidad y seriedad de todos los organismos intervinientes, comenzando de a poco en hacer las cosas bien, que los funcionarios hayan tenido experiencia en las consecuencias que acarrean estos descarrilamientos, ya que el malestar de las empresas que encargan al ferrocarril el traslado de su mercadería, de a poco van perdiendo confianza y estudian la posibilidades de otros medios de transporte.
La falta de seriedad, acompañado por la responsabilidad que deberían tener los funcionarios para poner en pie los ferrocarriles, no condice con los descarrilos que se observan con frecuencia.
Será entonces necesario poner autoridades con mucha experiencia y vocación en temas ferroviarios y que puedan transmitir a las áreas intermedias, las directivas en referencia a las responsabilidades y conductas que observen el buen funcionamiento de los servicios. Atte.
Francisco R. Soto
franciscorsoto@gmail.com