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12 de enero de 2011

EL MUSEO FERROVIARIO RECLAMA POR HECHOS VANDÁLICOS EN LA REDONDA

La institución advirtió acerca de la primera agresión a los bienes expuestos a metros del espacio recuperado. Desconocidos dañaron los carteles referenciales de las máquinas ferroviarias.

La Redonda es un espacio recuperado para todos los ciudadanos santafesinos y, como tal, así debería ser entendido por la sociedad en general. Sin embargo, a sólo días de haber sido inauguradas las obras, este fin de semana asomaron los primeros actos vandálicos contra los bienes expuestos en el exterior del edificio central.

“El sábado a la mañana hice una recorrida por La Redonda y al acercarme a Salvador del Carril, donde se encuentran emplazadas dos locomotoras, a las que les colocaron carteles y luces, y al acercarme a leer las referencias veo que no se entendían muchas de las palabras. Habían quitado numerosas letras de los carteles con algún elemento. No se entendía nada”, relató el secretario de Prensa y Relaciones Institucionales del Museo Ferroviario santafesino, Andrés Andreis.

Si bien en esta oportunidad los daños fueron menores, Andreis resaltó: “Si no se toman medidas, ocurrirá lo mismo que con la Locomotora, en el parque de la Costanera. Los chicos o adolescentes la tomarán de juego o como espacio para hacer sus necesidades. Viendo además cómo están pintadas, seguramente más adelante aparecerán graffittis o manchas. Sería una pena, ahora que las pusieron en condiciones”.



Para prevenir futuras agresiones que degraden estos bienes ferroviarios que pertenecen a todos los ciudadanos santafesinos, el integrante del Museo sugirió: “Sería bueno que a cada objeto ferroviario que se encuentre fuera de La Redonda (allí no hay problemas porque hay guardia) se le coloque un tejido perimetral. La idea es que se las pueda observar de cerca, pero no tocarlas o acercarse como para degradarlas de alguna manera”.

Símbolos

“En todo lugar público aparecen siempre personas que rompen lo que pueden. Yo me comuniqué con la Dirección Provincial de Arquitectura e Ingeniería (Dipai) para manifestarles lo ocurrido en La Redonda. Me dijeron que elevarían la información a las autoridades responsables y que tomarían cartas en el asunto”, explicó Andreis.

Y agregó: “Es un tema preocupante para los que trabajamos en el Museo Ferroviario. Estas locomotoras son símbolos ubicados en un espacio único, que representan una época maravillosa para la ciudad de Santa Fe, con el movimiento intenso de esos años y que en los últimos, como si fuera la retirada de un Ejército o los vestigios de una guerra, quedaron expuestas al abandono. Hoy por suerte, con muy buen tino y criterio fueron elegidos por la Dirección a cargo de los trabajos en La Redonda”.

“Además, en una labor realizada dentro y fuera del edificio, desde el Museo identificamos cada uno de los bienes y los referenciamos, para que sean conocidos por aquellos que nunca los vieron en funcionamiento y para más información de los que atravesaron esas épocas”, finalizó.

Tras la entrevista con el secretario de Prensa y Relaciones Institucionales del Museo Ferroviario santafesino, Andrés Andreis, un reportero gráfico de Diario UNO constató los daños denunciados por el mismo. Según aclaró Andreis, las autoridades se comprometieron a reparar la cartelería en los próximos días.(Fuente y foto: AgenciaFe)

6 de enero de 2011

SANTA FE: LAMENTABLE OLVIDO DE LA CASA HUME

Los antecedentes históricos de la Casa Hume me eximen de mayores comentarios, teniendo en cuenta que historiadores de prestigio de la Santa Fe pujante de la década de 1880, la han considerado el lugar de nacimiento del primer ferrocarril que partió de la ciudad capital de la provincia hacia las colonias del oeste, para marcar el inicio del progreso más extraordinario de la ciudad de Santa Fe y de la región

Los hermanos Washington y Alejandro Hume, precursores de importante redes ferroviarias en el país y en el extranjero, hicieron construir este edificio entre 1885 y 1889 como parte de sus proyectos ferroviarios.

No debemos olvidar que también fue sede de la Municipalidad de Santa Fe y, testigo involuntario de la revolución radical de l893, en donde la vieja y demolida estación francesa tuvo un protagonismo heroico.

Más tarde pasó a integrar junto al actual Registro Civil, la sede administrativa del Ferrocarril Santa Fe y, luego, del Ferrocarril General Manuel Belgrano (1948), al ser nacionalizados todos los ferrocarriles.

Cientos y cientos de empleados ferroviarios tuvieron participación en distintas tareas de planificación, dibujos técnicos, geodesia, topografía, a través de medición de trazas, cálculos técnicos en puentes e infraestructura de vías y diseño de estaciones, galpones, cabinas de cambios, entre otras actividades.

Fue una suerte de facultad de ingeniería ferroviaria, que se distinguió por su personal técnico y administrativo de primera calidad, fuente permanente de consulta de arquitectos e ingenieros de todas las especialidades.


Esta es la síntesis de este emblemático edificio que todos debieran conocer, y que pese a la labor didáctica de nuestro Museo Ferroviario -que va creando conocimientos puntuales- hoy en los papeles es un edificio histórico provincial y nada más.

Cronología del abandono

Todos los ciudadanos sabemos del abandono artero y despiadado de nuestros ferrocarriles a partir de la década de 1990. Por entonces, notorios políticos y funcionarios avalaron su desmantelamiento y, como siempre lo afirmé, hoy se muestran como sus defensores. Pero todo esto es conocido por la opinión pública y no es el tema específico de esta nota.

Lo triste y lamentable es la desidia en que se incurrió con este solar de la ciudad de Santa Fe cercano a la estación de ómnibus y transitado diariamente por centenares de pasajeros que a simple simple vista pueden advertir la degradación edilicia.

En este sentido, la gente del Museo Ferroviario rescata y celebra lo hecho -luego de dieciocho años de total abandono- por la recuperación de la Estación Belgrano, La Redonda, el molino Franchino y el Marconetti, todos lo cuales tienen raigambre o vinculación ferroviaria. Pero a la Casa Hume se la pasó por alto. Mientras Ferrocarriles Argentinos existía, los restauradores auténticos eran los artesanos ferroviarios que fueron los que sostuvieron y mantuvieron este edificio, hoy convertido en Museo Ferroviario y con 16 años sin una real restauración como hace falta y lo merece, a causa de su irresuelta situación.

A ningún gobierno santafesino le interesó recuperar en serio el edificio a partir de la sanción de la ley nacional 24146/92 y el decreto reglamentario 776/ 93, por los cuales cada provincia podía tomar para si, a través de convenios, los bienes inmuebles que no fueran útiles para el ferrocarril.

Al respecto cabe decir que si bien el edificio lindero al museo (Registro Civil) y la actual Secretaría de Trabajo de calle Crespo fueron solicitados para esos usos específicos, la Casa Hume -que también fue requerida-, al presente no ha visto concretada su transferencia a la provincia o, por algún expreso pedido, a la Municipalidad, que estuvo o seguirá pagando un canon a la Nación. Toda esta situación agudiza su ya complicado estado estructural. Las grandes filtraciones que debilitan la histórica construcción, además arruinan cada día sus archivos y elementos de gran valor allí expuestos.

Si bien la empresa residual de Ferrocarriles Argentinos lo reservó en 1992 para su uso como museo, nadie se interesó luego de esos años por su situación jurídica, acción que hubiera representado un reconocimiento al esfuerzo de sus fundadores y actuales integrantes, que a duras penas lo han mantenido en pie.

¿Quienes son los responsables de todos estos años perdidos? ¿la Nación, la provincia o la municipalidad? No lo sabemos a ciencia cierta. Pero todos aportaron con sus omisiones a este olvido tan manifiesto. Ni tan siquiera, pese a nuestro reiterado pedido, ha sido retirado un puesto de diarios y revistas abandonado hace más de un año casi a las puertas del museo. Peor aún, ahora es usado como baño público.

Nos preguntamos: ¿El Museo Ferroviario no se merece otro trato? Equivocados están los que crean que con solo voluntad y amor se puede sostener una institución. Los pedidos de audiencia nos han cansado. Si algún funcionario, antes de entrar en vacaciones, lee esta nota, que la guarde y medite.

Solo los medios de comunicación oyen nuestras voces, el resto es silencio, un silencio que se asemeja al silencio nocturnal de la Casa Hume, que tiene grabadas en sus vetustas paredes la historia ferroviaria de Santa Fe y su integración con el país.

Andrés Alejandro Andreis
Secretario de Prensa y Relaciones Institucionales.
Museo Ferroviario Regional de Santa Fe. (Fuente. ElLitoral.com)