INSTITUCIONES
Texto: Alberto "Tito" Elsinger - Fotos: Ariel Espinoza y
Carlos Coronel Di Fazio
Atahona es una localidad ubicada en el Departamento Simoca de la
Provincia de Tucumán. Se encuentra sobre la Ruta Nacional 157 a 1 km del río
Gastona. La localidad se originó a partir de la estación del Ferrocarril
General Belgrano que como singularidad, fue completamente prefabricada en
chapas y madera.
Atahona aún se enorgullece de su prefabricada estación
Hace casi 137 años fue habilitada. Aún siguen vigentes en su entorno
negocios y dependencias vitales de esa comuna. La feria y la plaza.
"A las 7.30 arribaba la primera formación de pasajeros. Era el
popular tren marrón o de palo. Primero, sólo iba hasta La Madrid. Después se
amplió el recorrido a Frías (Santiago del Estero). También traía y llevaba la
correspondencia y llegaba LA GACETA, las revistas Maribel, Para Ti, Vosotras,
Labores, Radiolandia, Leo Plan, Así, Panorama, entre otras. Qué recuerdo!!!. En
esa época Atahona era distinta. Había mucha actividad comercial y todo pasaba
por la estación". Ceferino Alfredo Rocha se entusiasma cada vez que habla
sobre la actividad ferroviaria. A los 74 años, reside a metros de la parada de
paso del troncal CC. Fue el último jefe
de la estación Atahona. La jurisdicción comunal del departamento Simoca, situada
a 75 km al sureste de la capital tucumana. A la vera de la ruta nacional 157;
entre Simoca, al norte, y Monteagudo, al sur.
Cesanteado
Rocha, jubilado ferroviario (por una ley del gobierno de Fernando de la
Rúa), fue despedido (en el primer mandato de Carlos Menem) el 30 de noviembre
de 1993. "La estación Atahona se clausuró el 1° de mayo de 1993. ¡Qué día
atroz del trabajador que pasé ese año!. Luego me enviaron siete meses a Simoca.
Querían que desalojara a Bazán, el último jefe de esa parada, que ya residía en
el edificio de viajeros. Con la anuencia de un supervisor logré que lo dejaran,
pero ahí nomás prescindieron de mí".
Prefabricada
El gris de la mañana le imprime un toque de nostalgia a las calles de
Atahona. La brisa tenue y fría, que alguna vez alfombró su salitroso suelo de
vainas de algarrobos (hoy casi en extinción) intenta ahuyentar a los foráneos.
Pero la calidez de los lugareños nos protege de esa caprichosa sensación. A
cuatro cuadras hacia el este de la ruta, por la pavimentada e iluminada avenida
principal de seis cuadras y dos manos, la estación luce entera.
Sin vagones ni coches de pasajeros ni zorras y sin señales, pero de pie.
El edificio prefabricado es único en su tipo. De paredes y techos de chapas. La
estructura difiere de los diseños ingleses de sus hermanas de material en la
zona. Hacia el sur, lindante con la parada, aún se mantiene la vivienda del
jefe de estación y el barrio La Florida. A un kilómetro, en idéntica
orientación, se divisa el quizás único puente ferroviario con senda peatonal de
la región, que atraviesa el cauce del río Gastona.
Hacia el norte las vías cruzan la ruta provincial 328. Próxima a la
parada se localizan las casas del auxiliar y de Vías y Obras. Hacia el oeste
(paralelo a la 157) se encuentra el barrio Vélez Sársfield, y al opuesto, el
este, El Tunal.
El ocupante Ángel Asan Amado, de 55 años, junto a su esposa y sus cinco
hijos, acumula 18 años instalado en la estación. "El turco", como le
dicen todos en el lugar, genera sus ingresos a través de la venta ambulante en
los colectivos. "Vendo de todo para subsistir y no le hago daño a nadie.
Cuido el edificio porque si no estuviera aquí, los desaprensivos ya se habrían
llevado todo", aseveró sin titubear.
El predio ferroviario de más de 300 m. de largo por 75 m de ancho está
en el corazón de la villa. Al frente de la rectangular y amplia plaza Mario
Luis González, un soldado héroe de la guerra de Malvinas, oriundo de esa
región. Al frente, sobre una esquina de la acera oeste de la avenida principal,
sigue vigente el almacén de ramos generales de los Casmuz. Ahora lo atiende
Elena, una de las hijas de uno de los pioneros de esa comunidad.
"Hasta que aparecieron las heladeras a querosén en los almacenes la
bebida se enfriaba en pozos, primero con agua y después con hielo en
barra", describió Delfina Margarita Bonny, de 68 años.
La docente jubilada, de ascendencia suizo-francesa, remarcó que
"todo se traía por ferrocarril. Acá había un cargadero de caña que era del
ingenio San Pablo. Aún más, a unos 3 kilómetros, para el lado de Chicligasta,
estaba la finca de los Nougués".
Sólo tres vías
"Actualmente todo sigue cerca de la estación. La escuela Cornelio
Saavedra funciona al frente. Y si bien esta parada tenía tres vías (la
principal y dos auxiliares) era muy importante para el lugar", explicó
Carlos René Casmuz, de 81 años que vive en la esquina de un barrio lindante a
la plaza González.
Don Carlos fue jefe de estación de Atahona hasta 1989. Lo sucedió Rocha.
Los hermanos de Casmuz, Justo y Rafael, también fueron ferroviarios.
Desde el andén de estación Atahona
- SIGNIFICADOS.- Hay diversas versiones, entre los vecinos, sobre el
significado de la palabra Atahona. Hay quienes afirman que deriva de tahona,
una especie de catre de madera donde golpeaban gavillas (cereales maduros) de
arroz y de trigo para separar el grano de la paja.
- REMISES - Los sulkys eran los remises de la época en que funcionaba el
ferrocarril. En Atahona eran conocidos Servelio González, Luis Luna, Manuel y
Alejo Díaz y don Godoy, de Villa Chicligasta. Ellos transportaban a los
pasajeros que subían y descendían de la estación.
- PAN O MUJER INDIA.- Otros aducen que el vocablo atahona define al pan
rico, ya que en esta zona había molinos harineros. Tampoco faltan los que
aseguran que Taona fue la hija de un cacique, que fue muerta por su propio
padre al no aceptarle los amores con un joven que no era de su agrado.
- NO PARABAN.- Ni el Internacional ni el directo o el Cinta de Plata
-martes, jueves y sábados venían desde La Quiaca y lunes, miércoles y viernes
se dirigían a Buenos Aires- paraban en Atahona. El segundo tren local arribaba
a las 12.30 y el último, a las 19. Estos salían un tiempo del Central Córdoba y
después desde la estación Tucumán N. de El Bajo. En los últimos tiempos venía
el coche motor.
- LA FERIA.- Los miércoles de cada semana la calma fisonomía atahonense
se altera con el funcionamiento de la feria, en un sector de la plaza González.
Puesteros de Yacuchiri, La Ensenada, Ampata, Los Valenzuela, Los Sandoval,
Ingas y Cejas de Aroca, entre otros, venden sus productos en esa cita de
intercambio comercial de Atahona.
- EL FINAL.- En 1978 dejaron de correr los trenes locales. El coche
motor era muy confortable, según testimonios de usuarios del lugar, tenía
calefacción y era muy cómodo.
- LA LUZ.- Antes de que llegara la energía eléctrica en 1975, los
vecinos de Atahona utilizaban para alumbrarse lámparas y faroles a querosén.
Las familias de menores recursos recurrían a los mecheros.
- INFLUYENTE.- El dos veces legislador radical Segundo Vicente Argañaraz
(una vez en el período 1931-1933) fue uno de los pioneros del pueblo.