Historia Ferroviaria
En 1964 se produjo un incendio intencional, en circunstancias “oscuras”, que acabó con lo que quedaba del paralizado ferrocarril que dio nacimiento a Trelew y otras localidades. Desde el Concejo Deliberante se realizó una reseña donde se repasa aquel hecho que marcó el futuro del Pueblo de Luis.
Este martes se cumplieron 58 años del incendio que destruyó lo que quedaba del ferrocarril del Valle Inferior del Río Chubut, que había sido paralizado años antes.
Desde el Concejo Deliberante de Trelew se realizó una reseña, reuniendo archivo fotográfico y testimonios, de un duro golpe para la Ciudad y que marcó la desaparición total del tren en la Comarca VIRCh-Valdés.
El 7 de junio de 1964 un nuevo golpe atacaba la historia y la identidad de Trelew. Tras la clausura del tren, el mismo que había dado nacimiento a la ciudad, ahora se quemaban los edificios y vagones del viejo ferrocarril, arrasando con un valor calculado en unos 20 millones de pesos de aquellos años.
El hecho provocó un enorme dolor en la población, en especial en los obreros ferroviarios, quienes venían luchando por recuperar el tren patagónico. Era una porción clave de nuestra identidad, aquel que cuando empezó a ser construido, en 1886, dio nacimiento a las ciudades de Trelew y Puerto Madryn.
Desde un principio se supo que el incendio había sido intencional, señalando como posibles culpables a los empresarios de otros medios de transporte, para los cuáles recuperar el ferrocarril podía transformase en una competencia.
Como se sabe, en 1865 arribó a esta región la inmigración galesa. Hacia mediados de 1870, tras años muy difíciles, comenzaron a obtener buenas cosechas, necesitando por ello mayor conexión con el mercado para comercializar lo producido.
Por ello impulsaron la instalación de una vía férrea que conectase el Valle con el Puerto. En 1884 el Gobierno nacional aprobó la iniciativa, se iniciaron las obras en 1886 y durante 1889 el tren comenzó a circular, llegando, en sucesivos tramos, a establecer una vía férrea de 242 kilómetros en el noreste de Chubut.
El fuego destruyó 15 vagones de pasajeros y carga, una caldera, edificios y varios tinglados del Ferrocarril Patagónico. El cuerpo de Bomberos intentó salvar el material, pero su mayor esfuerzo se destinó a evitar que el fuego llegase a un tanque con unos 40 mil litros de petróleo.
Los ferroviarios colaboraron con los bomberos, pero era imposible parar el fuego: por ello se supuso que los vagones estaban rociados por algún líquido inflamable.
Un niño del cercano barrio “La Laguna”, Gildo Torres, denunció que había visto a un hombre tirando combustible y prendiendo el fuego. Los obreros Alberto Gwyn Thomas y Néstor Scandroglio señalaban que el Gobierno se había negado a poner personal de seguridad en ese predio, una vez que ellos habían sido suspendidos de sus funciones.
Con este hecho se ponía un triste punto final a un hermoso proyecto: el de un tren que surcase toda la Patagonia, articulando el mar con la cordillera (o hasta con el Océano Pacífico) y que se integrase hacia el sur y el norte. Y, también, se comenzaba a destruir el patrimonio ferroviario de Trelew, acción que continuó durante la última dictadura cuando en 1978 fuera desalojado el barrio “Eva Perón”, constituido por las viviendas de esos trabajadores del riel.
Esa fractura había comenzado en 1961. Allí el Gobierno nacional de Arturo Frondizi, junto a funcionarios del Banco Mundial, desarrolló el “Plan Larkin” (en “honor” al general estadounidense que lo encabezaba) impulsando el cierre de ramales y el fomento del transporte automotriz.
El 30 de octubre se inició la huelga ferroviaria, que se prolongó por 42 días. En nuestra región no hubo enfrentamientos con las fuerzas represivas o el Gobierno: la huelga se realizó, pero sin acciones en las calles. El recuerdo, para los obreros, es que al intentar volver al trabajo se toparon con la clausura definitiva del ramal. Peter Seibt cuenta: “Después de la huelga nos encontramos con la noticia de que se había clausurado el ferrocarril…”.
Vicente Decaro, por su parte, recuerda que: “armamos una comisión de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad, fuimos 3 veces a la gobernación, estaba Galina, le pedimos que lo comprara la Provincia (al ferrocarril), y cuando dio vueltas y nos decía que no, le pedimos armar una cooperativa, que nosotros nos hacíamos cargo… pero no hubo caso, no quería saber nada”.
Finalmente, toda posibilidad de reclamo por la reapertura del ferrocarril quedó anulada ese trágico 7 de junio de 1964. Nunca se dio con los culpables ni hubo investigaciones serias. A partir de allí nuestra región fue integrada al mercado nacional en el marco del proyecto de industrialización subsidiada.
Se desarmaba, como parte del mismo proceso, un modelo de desarrollo previo de la región, que guardaba una relativa autonomía con respecto a ese mercado nacional.
El ferrocarril era el eje vertebral de ese “mercado interno regional”, articulado en la Patagonia argentina que proveía de productos del Valle Inferior del Río Chubut y de la Meseta central a nuestra provincia, a una parte relevante de las ciudades ubicadas al sur y también a otras provincias cercanas.Fuente: LRF210-Radio3.com