ACTUALIDAD
Velocímetros
y señales de peligro que no funcionan, trenes en sus maquinistas paran porque
en el estado en que están es un riesgo circular. "Esto es un
desastre", se oye en el diálogo que mantienen dos trabajadores a solo una
semana de ocurrido el último accidente en Castelar.
Seguramente
la dramática noticia no sorprendió a aquellos que a diario viajan o trabajan
sobre las vías del ferrocarril Sarmiento. Y aunque la investigación apuntaría
ahora a una falla humana, las voces de los maquinistas, guardas, operarios,
controladores y técnicos, registradas en las comunicaciones entre todos ellos,
revelan la falta de mantenimiento y desnudan las falencias con que circulan
-peligrosamente- los trenes.
La mayoría de
las grabaciones citadas a continuación fueron tomadas el miércoles 19 de junio
entre las 11 y las 20 hs., una semana después del accidente ocurrido a las 7:07
del jueves 13 en la estación Castelar.
Aquel día
hubo tres muertos y 315 heridos, que se sumaron a las 51 víctimas fatales y los
casi 700 heridos de febrero del año pasado, en Once. La lógica indicaría que
dieciséis meses después de una de las peores tragedias deberían funcionar
mecanismos preventivos. Pero no. La lógica indicaría que una semana después del
nuevo accidente deberían haber funcionado mecanismos preventivos. Tampoco.
LAS FALLAS DE
LA LÍNEA SARMIENTO
DIRECTO AL OÍDO
Sería muy
interesante que el ministro de Transporte, Florencio Randazzo; que cualquier
otro funcionario del Gobierno Nacional o de las gobernaciones le dieran una
mirada atenta al artículo que la editora de Política, Analía Argento, escribe
hoy en la página 6 de El Cronista.
Allí revela
el contenido de una serie de diálogos entre maquinistas, guardas, controladores
y técnicos del Ferrocarril Sarmiento. Las voces fueron grabadas el 19 de junio,
una semana después del choque de dos trenes en Castelar que produjo 3 muertos y
315 heridos entre los pasajeros.
El contenido
de los diálogos, difundido por un especialista en comunicaciones, pone al
descubierto lo que muchos usuarios del ferrocarril en la Argentina sospechan
desde la tragedia de la
Estación de Once, donde murieron 51 personas en febrero de
2012. Y es que todavía son muchas las falencias que convierten a los trenes en
factores de riesgo personal por el grado de inseguridad que tienen asociado.
El transporte
debe ser una política de Estado compartida por el Gobierno, la oposición y
todos los ciudadanos. Y el conocimiento de los peligros que acechan a los
trenes es una oportunidad inmejorable para avanzar contra los errores que
terminan costando vidas de argentinos. Cronista.com
Tomás nos comenta. Se arreglará prontito nomás. Ya lo dijo Luis Delía, que viaja siempre en éste.
ResponderEliminarAdemás cuando lleguen los chinos eléctricos... ¿Estará en condiciones la infraestructura? ¿Difícil de predecirlo? Hay que saber esperar.