Su hijo Pablo dijo que no se irá “cuando quiera Lescano o Clarín”. Pero preparan su arribo a la Confederación del Transporte.
Mantener el poder no será fácil para el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. Mientras él resiste públicamente la embestida de sus enemigos sindicales, algunos de sus aliados y asesores ya planean la retirada y evalúan los desafíos de esta nueva etapa.
El plan B para 2012 apunta a nombrar a Moyano secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), como contó a PERFIL el domingo. Pero no será tan fácil.
Un alto dirigente de la CGT confió a este diario que Omar Viviani (líder de los taxistas e histórico aliado de Moyano) daría un paso al costado como secretario general de la CATT y Moyano asumiría ese cargo en mayo, justo dos meses antes del Confederal que determinará las nuevas autoridades de la CGT.
Secretario General de la Confederación General del Trabajo (C.G.T.), señor Hugo Moyano
La CATT es una asociación que nuclea a 36 gremios del transporte terrestre, aéreo y marítimo, reactivada en 2004, luego de que el entonces presidente Néstor Kirchner le devolviera la personería gremial que la dictadura militar le había arrebatado. La CATT puede darle a Moyano una plataforma de liderazgo institucional que sustituya el rol que ocupa hoy en la CGT, si sus rivales y parte de sus aliados –que creen que Moyano “terminó una etapa” y debe dar un paso al costado– logran desplazarlo de la conducción en julio de 2012.
Pero no será tan sencillo: un hombre de suma confianza de Moyano dice que “para que la CATT tenga poder, Hugo deberá mantener unidos a todos los gremios del transporte”. “Moyano tiene un sector fiel en el transporte, como algunos gremios marítimos, los taxistas y los camioneros, pero lo más difícil va a ser lograr la adhesión de los sindicatos ferroviarios y de los colectiveros”, contó un asesor del líder gremial.
La principal dificultad será contar con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que nuclea a los colectiveros y choferes de micro. El gremio fue un aliado incondicional de Moyano hasta la salida de Juan Manuel Palacios y la llegada de Roberto Fernández, hoy aliado de Luis Barionuevo. La unidad no será tan fácil como en los ’90: la izquierda gobierna en los subtes y avanza en La Unión Ferroviaria, de mano del sindicalista de la línea Sarmiento Rubén Sobrero.
La Unión Ferroviaria, en plena crisis por la detención de su cúpula por el crimen de Mariano Ferreyra, jamás fue aliada del moyanismo, y La Fraternidad, de Omar Maturano, está cada vez más alejada de Moyano desde que comenzaron los enfrentamientos con la Presidenta.
Mientras en el entorno del camionero preparan el plan B, sus guardianes le cubren la espalda. Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, reconoció ayer que “seguramente en algún sector del Gobierno no lo deben querer” a su padre, pero advirtió que que “primero hay que ver qué quiere hacer Moyano. El se va a ir cuando se tenga que ir, pero no cuando lo quiera sacar (Oscar) Lescano o Clarín”.
Lo cierto, dicen cerca del camionero, es que Moyano tiene dos fortalezas: no hay un candidato para reemplazarlo en la central obrera y, como dicen sus asesores, “a los dirigentes sindicales no los unirá el amor, sino el espanto”. Consultado por radio La Red respecto de la salida de Moyano en 2012, su aliado incondicional Julio Piumato dijo ayer que “significaría volver a la CGT de los ‘90. (Fuente y foto: Perfíl)
Advertencia. Moyano hizo reclamos en un acto de recordación a Néstor que armó en la CGT. Pablo, que hace tiempo mantenía silencio, salió a defenderlo públicamente
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