12 de noviembre de 2025

El exitoso subdesarrollamiento de una nación

Nota de Opinión

Por: Jorge de Mendonça - (Pg en Política y planificación de Transporte - Bahía Blanca) (para Crónica Ferroviaria)

Querido lector: Sí, un informe del Banco Mundial de 1961 afirma y fundamenta que Argentina era un país desarrollado.

Si resultara que la letra de esta nota le llevara a sensaciones colorimétricas partidocráticas como “ah eso fue fulano” o “quiere decir que aquello lo hizo sutana”, pues bien, sepa usted que no está leyendo, sino imaginando usted mismo cada palabra que aquí no está escrita.

Vayamos a las cosas

Último tercio del Siglo XIX: No pocas veces, alguien por ahí sigue escribiendo que el gobierno desviaba fondos para construir telégrafos pero, mal que pese al que quiera leer la historia por la varieté, en 1860 el gobierno construía urgentemente miles de kilómetros de telégrafos con parte de los fondos de caminos, porque los telégrafos son el camino de las palabras (Dalmacio Velez Sársfield dixit en su defensa durante una interpelación en el Congreso Nacional).

1860-1920: Sesenta años de creer en lo posible: Pues sí, telégrafos, caminos, puertos, ferrocarriles no fueron aventuras, sino decisiones geopolíticas locales para realizar el territorio económico y para que se crea que sí, que se podía y entonces así es que se pudo. Nos construyó el creer que tendríamos conectividad.

Primer cuarto del Siglo XX: Apenas iniciado el siglo XX, se canceló la construcción de la red ferroviaria patagónica (Y de paso, un gerente ferroviario británido le espetó un yanquee “Entienda usted que al ferrocarril no le interesa que el gobierno construya ferrocarriles -en la Patagonia- (“Un yanquee en la Patagonia”, Bailey Willis). Hoy, en más de una cátedra, se suele escuchar que “Aquellos pueblos nunca debieron haber sido fundados y esos ferrocarriles fueron una aventura”...y hay alumnos que se lo creen.

Como confirmación de aquello de que los extremos se juntan, el soberanista de los que quieren soberanía se juntaba (¡Hasta hoy día!) con los deseos de los desocupados ruralistas: Unos demostraban que los ferrocarriles eran malos porque eran extranjeros, mientras que los otros decían que eran caros porque querían transportar muy barato sus vacas (Ante la duda, consultar a Carlos Fernández Priotti y a Sylvester Damus) (Ref.: “desocupados ruralistas” = así se les decía a quienes vivían de renta).

1920-1940: La guerra mediática y política contra la construcción del ferrocarril de Huaytiquina (Cruce a Chile desde Salta), que decía que “para qué ir por el Pacífico si para eso está el Puerto de Buenos Aires”, no solo se lee en documentos técnicos de muchas épocas, sino que también hoy mismo se escucha tal oferta unitaria.

Convencidos en subdesarrollarse I: ¡Vamos bien! De aquellas amarillas notas, es que nacieron esas “sabidurías presentes” y, de paso, más de una vez alguno no se atrevía a seguir construyendo telégrafos, ni fundar pueblos, ni asegurar equilibrio tarifario del transporte.

Más o menos por el mismo tiempo comenzaron a surgir fastidios sobre eso de que “estaba surgiendo la industria nacional”.

De gentes nacidas rodeadas de esas quejas, pues será que fueron naciendo hijos, nietos y bisnietos que aseguran fundamentan, y hasta hacen doctorados para demostrar que Argentina es demasiado, grande, demasiado poco poblada y que no tiene escala como para tener industria.

Y así, un gran día de entre semana de 1956, todos vieron sus seguridades satisfechas en los titulares de los diarios de la totalidad del País, ¡Pues se había descubierto que el dictador depuesto habría contratado a un mozo de café para construir locomotoras! (Nunca crea de lo que todos hablan demasiado y en un solo día: Ver “¡Maten al ingeniero!” y sabrá que no era mozo, sino un ingeniero y genio ferroviario internacional).

Claro, se juntó aquello de que no debemos tener industria, todo lo ferroviario es feo y malo y, de paso, algo más “que había hecho” el innombrable. ¡Cómo no lo iban a creer!

Convencidos en subdesarrollarse II: Resulta muy tristemente simpático escuchar a gente que se dice industrialista (y hasta peronchista) “que no, que esa locomotora era un diseño viejo” o “es que salió el doble”.

Como que un prototipo no sale menos de 5 a 10 veces el valor de una de serie y como que una innovación sale en primera versión.

Muy progre el año 1958: ¡A ésta usted no la tenía!, querido lector, por decisión del gobierno nacional ¡Que el pueblo, barrio o ciudad que quiera tener teléfono, que se arme una central!. Sí, solo que ni asesoraban a nadie ni tampoco desarrollaban las redes de interconexión para que las localidades se pudieran hacer su empresa telefónica, porque ENTel respondía “zona no rentable” a cada localidad que pedía servicio (Y sí, por una notita como esa fundamos la cooperativa telefónica en mí Pueblo, Virrey del Pino). En 34 años, solamente se armaron 305 cooperativas y 300 obras telefónicas donadas a ENTel.

Entienda, querido lector: La culpa de no tener teléfono era que su barrio no era rentable y que usted y sus vecinos fueron incapaces de armarse su propia centralita.

¡Y por fin 1961!: Para engrandecer la nación había que cerrar ramales de esos ferrocarriles sucios, feos y malos, así que todos contentos con eliminar un tercio de la red ferroviaria, si con solo el 3% de las rutas asfaltadas, casi sin telefonía y sin demasiados telégrafos, y con muy poco parque de buses y camiones, seguro que toda esa producción que salía por tren ¡se las podría arreglar!.

Y así fue que logramos el primer gran paso: Iniciar el descenso del volumen económico del país frente a Latinoamérica y el Mundo. Clarito: Si la mercadería ya no se podía transportar, no había nada que comerciar.

Convencidos en subdesarrollarse III: Es hasta el día de hoy, que de izquierda a derecha no logran comprender que aquello aniquiló en un solo día la capacidad económica de cientos de sitios del País (y que se repitió en 3 ocasiones más). Sin oferta logística no hay economía posible.

Para no hacerla muy larga, usted mismo podrá encontrar analogías en los años sucesivos. Siempre convenciéndome más de que nuestro objetivo es ser cada vez más inviables, pero por otra cosa, no por lo que realmente es.

No tenemos un alto costo logístico, sino nos hemos maleducado en arruinar una y otra vez la oferta logística.

Por si tenía dudas

El informe del Banco Mundial de 1961 (“Plan de largo alcance para los transportes de Argentina”) es tajante y fundamenta lo que dice en su introducción sobre que “Argentina no es un país subdesarrollado, sino que tiene sus redes en crisis”. Tal afirmación se corrobora dentro del propio informe, donde demuestra y destaca que la proporción de carga general de los trenes frente a la de graneles, era superior a la de Francia, Alemania o Inglaterra que eran desarrollados.

La prevalencia de las cargas generales es un indicador de desarrollo, pues las mismas constituyen mercadería de valor, manufacturada: Al cerrar las estaciones de cientos de localidades y ciudades, y cancelar servicios de vagones de carga general, quedó bloqueada la posibilidad de comerciar desde lugares donde ya no funcionaba el telégrafo, no había teléfono, el correo ya no llegaba, no había camiones ni como llamar a unidades de otra localidad.

Decir que las piedras y lo granos nos van a salvar y que debemos subsidiar baratísimos ferrocarriles de carga para que algunos de esos mismos negocios pueda salir por los puertos, coincide con algunas cosas: 1) insistencia en que 35 millones de argentinos sobramos; 2) Entre 1974 y 2017 aumento per cápita en graneles del orden del 600% y reducción per cápita de cargas generales en un 17%; 3) Sí querido lector, las prueba de la pobreza.

Probablemente usted se ha dado cuenta que había estado creyendo todas esas cosas o, quizá, logró seguir creyéndolas pese a haber sobrevolado esta simple nota, pero hay datos que matan cualquier relato: a) Sin oferta logística territorial, no habrá riqueza; b) Sin creer en lo posible no habrá nación; c) Si creemos que ni podemos ni debemos, pues tan solo seguiremos cayendo; d) lo contrario de a, b y c ya ha sido probado desde 1860 y hasta 1975 (Sí sí, ya se, usted seguro que también cree que el “arruinamiento” del contrato social-económico de ese año 1975 y en adelante “era lo que había que hacer y seguir haciendo”).

Pasos de la receta: Diga que toda la oferta de conectividad territorial es una carga para el gobierno y eso nos hará pobres; desmantele escuchando aplausos; diga que el déficit que tiene es porque no recortó mucha conectividad y vuelva a reducir logística; mientras lo aplauden, ponga infraestructura solo en el sitio más poblado para asegurar que ya no quede nadie en el resto del territorio; compre una casa en otro país y vaya mudando a su familia y deje aquí algún administrador.

Luego de esto, querido lector, le deseo buen descanso. Ya sabe como subdesarrollizar una nación (O también, podría haber obtenido los elementos de lo que no hay que volver a repetir).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Usted podrá dar su opinión libremente, pero aquellos comentarios que vengan con insultos, improperios, etc. y sin colocar nombre y apellido, nombre y/o pseudónimo (debajo del mismo) no serán publicados.