Policiales
La medida afectó a las operaciones de sus tres ramales. Evacuaron toda la estación cabecera
Luego de casi dos horas, la línea de tren Mitre reanuda su servicio en todos sus ramales, luego de una amenaza de bomba en Retiro. Y que suspendió sus operaciones por casi dos horas.
Fuentes policiales confirmaron a Infobae que, en el transcurso de esta madrugada y poco antes de las 7, una empleada de una panadería, ubicada dentro de la estación Mitre, recibió una amenaza de bomba telefónica.
“Tengo un local en la estación Retiro (Mitre), es una panadería que está en la estación. Las empleadas recibieron un llamado de que hay una amenaza de bomba. No sé si es real o si nos están haciendo el cuento del tío para llevarme y hacerme algo. La verdad no sé, el dueño de ese lugar es mi padre y es un hombre de 87 años”, indicó una voz femenina en el audio de la denuncia.
Sin embargo, en comunicación con Radio Mitre, las empleadas de la panadería señalada afirmaron que jamás recibieron una intimidación con explosivos.
En consecuencia, se desplegó personal en la zona y se activó el protocolo para estos casos. Participaron del operativo Policía de la Ciudad y la Brigada de Explosivos de la Policía Federal Argentina.
La medida afectó a sus tres ramales (Desde Retiro hasta Tigre, José León Suárez y Bartolomé Mitre) y afectó a miles de personas, tanto a las que se trasladan hacia zona norte como a las que arriban a la Ciudad de Buenos Aires.
La amenaza de bomba fue realizada a través de un llamado a la línea 911 y de inmediato las autoridades decidieron evacuaron la totalidad de la estación. Sin embargo, el resultado fue negativo en el rastrillaje.
“No sabemos nada, estoy esperando desde las 7.30″, afirmó una mujer desde el móvil para el canal TN, mientras se encontraba en las afueras de la estación, sobre la avenida Ramos Mejía. Desde Crónica TV, otra damnificada señaló que tampoco informaron de la situación. Y agregó: “Me fui a tomar el colectivo 130, pero hay diez cuadras de cola”.
En los alrededores, el panorama tampoco es alentador por las largas filas en los andenes y paradas de colectivos, que cada vez se abarrotan más de gente. “Ya no me sorprende nada, la verdad que los únicos que pagan los platos rotos siempre es el trabajador, mientras los demás se lavan las manos. Con este colectivo ni siquiera llego al trabajo y tengo que entrar a las 9 de la mañana”, sentenció indignada otra mujer, desde la fila para tomar el colectivo 130.Infobae.com
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