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Los puertos han sido siempre el punto desde el que ha comenzado el desarrollo de las ciudades y los estados.
Los puertos han sido siempre el punto desde el que ha comenzado el desarrollo de las ciudades y los estados. A lo largo de la historia, desde hace miles de años, el comercio y los barcos forman una unión tan sólida que ningún avance tecnológico ha podido reemplazar su papel en la economía del mundo. El 80% de las mercancías que el comercio internacional mueve hoy a través del planeta, lo hace por medio de barcos.
Los trenes fueron el salto de calidad que la modernidad le dio al comercio, transformando el transporte, y marcando el camino que hoy siguen utilizando las economías más prósperas del mundo.
Juntos, barcos y trenes, son los pilares que hoy utilizan mayoritariamente los centros económicos más importantes de Estados Unidos y Europa.
Argentina fue dejando de lado los trenes a cambio del transporte en camiones. Una ecuación que terminó atentando contra el comercio exterior del país, incrementando el costo de los fletes de una manera exponencial, y teniendo como resultado una baja competitividad de los productos primarios argentinos en el resto del mundo.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario resaltaba hace un tiempo que Estados Unidos mueve por tren 90 veces más carga que Argentina cuando produce solo cinco veces más. Nuestro vecino, Brasil, produce el doble, pero transporta por tren 20 veces más carga que Argentina.
Hace 25 años el puerto de Concepción del Uruguay fue el epicentro exportador de la región. En el año 1995 zarparon 97 buques de ultramar llevando arroz, soja, madera, citrus, trigo y maíz, entre otras tantas cargas. Cinco años más tarde, ese número se había reducido a 20 buques en el año, y durante los 18 años siguientes, nunca hubo más de cinco o seis exportaciones al año.
Paralelamente también se fue desafectando el ferrocarril. Aquellas formaciones interminables que llegaban desde el norte del país, o incluso desde Paraguay, fueron desapareciendo, y en el año 2002 se registró el último ingreso de un tren de carga a esta terminal portuaria entrerriana.
Entre Ríos inició hace ya un par de años el camino de la recuperación de esa fórmula que funciona en todo el mundo. En el año 2018, y luego de batallar por el dragado del río Uruguay, esta provincia puso en marcha el puerto de Concepción del Uruguay, el único puerto que tiene la Argentina sobre el río Uruguay, e inmediatamente reactivó Ibicuy, un puerto de aguas profundas ubicado en el corazón de la Hidrovía Paraná-Paraguay. Ambos trabajan de forma complementaria, cargan y exportan juntos y se han convertido en un mecanismo ágil, seguro y previsible para los exportadores.
Esa continuidad y previsibilidad permitió que el gobierno provincial, Trenes Argentinos Cargas y Urcel Argentina, una de las mayores empresas de logística de la región, invirtieran en la reactivación de la línea Urquiza, uno de los ramales ferroviarios más importantes que tiene el país y que conecta toda la Mesopotamia con Paraguay, Bolivia, Uruguay, y el sur de Brasil. Son casi mil kilómetros de vías que, además, dispone de conexiones directas a los puertos entrerrianos de Ibicuy, Concepción del Uruguay y Diamante.
El tren ya abastece desde hace más de un año al puerto de Ibicuy con cargas que llegan desde el norte. El desafío está ahora en Concepción del Uruguay. Hay que reactivar solo 64 kilómetros de vías entre Basavilbaso y La Histórica, y el tren podrá llegar hasta este puerto. O como segunda alternativa, también se puede reactivar el ramal que une Concordia y Concepción, uniendo dos de las principales ciudades de la costa del Uruguay.
La fórmula de los puertos y los trenes está probada en el mundo. La historia reciente argentina fue dejando de lado estos pilares, seguramente detrás de otros intereses. Entre Ríos retomó el camino y los resultados le están dando la razón. En tan solo dos años ya hubo 40 exportaciones a través de sus puertos, se embarcaron más de un millón de toneladas y se generaron cientos de nuevos puestos de trabajo.UNOEntrerios.com
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