Carta de Lectores
Señor Director de Crónica Ferroviaria
No es ningún secreto que el Decreto N° 1.168/1993 de Menem, refrendado por su ex Ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, ambos de triste memoria, sentenció a muerte a los Ferrocarriles Argentinos, disolviendo y liquidando a esta empresa, a la cual Cavallo calificó como "Cáncer Nacional", a la vez que dió origen a la política de privatizaciones, las cuales culminaron en un estruendoso fracaso.
La empresa de ómnibus de los hermanos Cirigliano, se hizo cargo de las Línea Mitre y Sarmiento en la zona local, y en esta última, en el ramal Merlo-Lobos y en la troncal Once-Moreno-Luján y Mercedes, con las consecuencias nefastas por todos conocidas, de la tristemente recordada ex empresa Trenes de Buenos Aires.
Como una rémora de esa época oscura, todavía perdura el destrozo organizativo infligido a la Línea Sarmiento, pués el tramo Once-Luján-Mercedes, que fue bajo esa gestión, fragmentado como secciones separadas, todavía persiste. Ni en los sistemas, ni en los horarios impresos, ni en la Oficina de Atención al Pasajero en Once te informan ni expenden boletos de Once a Luján o Mercedes, ni de éstas hasta la cabecera Once, como era antes en que, con un sólo boleto se pagaba todo el tramo, sino que ahora es por secciones.
Tampoco el agonizante servicio diésel de Moreno para afuera, que se supone debe estar diagramado y operar combinado con el servicio eléctrico, como lo hacía antes, lo hace coordinadamente con este último, sino que ahora son dos mundos distintos, separados y desconectados como si fueran dos empresas distintas e independientes.
Aunque resulte extraño, en las boleterías o en el Servicio de Información al Pasajero en Once, cuando uno pregunta por los horarios de los trenes a Mercedes, te miran raro y sólo atinan a darte el horario en que el tren a Mercedes parte pero desde Moreno, con lo cual no queda otra que calcular el tiempo de duración del servicio eléctrico desde Once a esta última estación, y adivinar y rezar si estará el tren diésel cuando uno llega a Moreno, y así, una vez arribada a ésta, hay que subir esos infernales puentes, o bajar por el túnel, y llegar al edificio principal de la estación en el lado Sur y ahí adquirir un nuevo pasaje hacia Mercedes. Si por un milagro del cielo el tren estaba para partir hacia Luján-Mercedes, es obvio que con todo ese trajín, el pasajero lo pierde.
Esto es una vejación al pasajero, un serio engorro, una burla y una muestra cabal de la incompetencia e irresponsabilidad de la Gerencia de esta línea y de todo el departamento de tráfico.
No me extenderé en la interminable obra del paso peatonal de bajo nivel en la estación Moreno todavía en construcción, ni en la parálisis que afecta a la obra lamentablemente inconclusa de renovación del acceso de la Línea Sarmiento a Plaza de Miserere, cuando falta tan poco, ni a la inexplicablemente cancelada y bloqueada con asfalto vía cuarta en cercanías de la estación Ituzaingó, que une Merlo con Castelar, con lo cual no hay vía de escape en caso de obstrucción de la vía N° 2, ni al paso de tortuga de los trabajos de recambio de durmientes y mejoramiento de vías en la sección Luján-Mercedes, resorte exclusivo de la ADIFSE, y en el cual sufrí en carne propia un descarrilamiento del tren en el cual viajaba el martes 24 de diciembre de 2019 a las 16,00 horas, o de los molinetes que no funcionan en la lectura de las tarjetas SUBE, pues soy conocedor de que la suspensión de esas y otras obras, obedece a cuestiones de ajuste financiero por la crisis que ha postrado a nuestro país.
Pero en el caso de reorganizar la sección Once-Luján-Mercedes, para que la línea funcione integrada como lo fue en otros tiempos, es debido, no se precisa plata, el Gerente de la Línea Sarmiento, el Jefe de Tráfico con un mínimo de criterio, organización, vocación de servicio al pasajero y al ferrocarril, tomen cartas en el asunto ya mismo, y adopten las decisiones que el caso impone sin costo alguno, para solucionar esa mínima irregularidad operativa.
Es obvio que si no la resuelven en los próximos días, queda puesta de manifiesto la incompetencia, la irresponsabilidad, la desidia e ineptitud de todos esos funcionarios que cobrando elevados emolumentos, evidencian un supino desprecio por el ferrocarril y por sus sufridos usuarios, por lo que podrían ofrecerles un postrer servicio presentando sus renuncias a sus cargos, y cederles sus puestos a nueva gente competente, como los jóvenes egresados de las recientes tecnicaturas ferroviarias, o ingenieros ferroviarios, que están actualmente sin trabajo y tienen muchas ganas de trabajar y profesan amor por el ferrocarril.
Mientras tanto, la línea de ómnibus 57 con su organización visiblemente mejorada, su renovada flota, aceptable servicio y puntualidad, no para de crecer y de a poco está capturando los decepcionados pasajeros de la Línea Sarmiento, en especial desde Moreno para afuera, sin que los ineptos e irresponsables que lo conducen, se inmuten, cuando lo obvio sería que el ferrocarril y el transporte automotor no compitan, sino que trabajen articulada y multimodalmente, como en cualquier país organizado.
Si no resuelven el organigrama actual, ni los mínimos inconvenientes apuntados en los próximos días, también queda claro que este es un país sin solución. Que se vayan...!!!!!!. Atentamente :
Dr. Marcelo Merlino.
marmer422@yahoo.com.ar
Señor Director de Crónica Ferroviaria
No es ningún secreto que el Decreto N° 1.168/1993 de Menem, refrendado por su ex Ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, ambos de triste memoria, sentenció a muerte a los Ferrocarriles Argentinos, disolviendo y liquidando a esta empresa, a la cual Cavallo calificó como "Cáncer Nacional", a la vez que dió origen a la política de privatizaciones, las cuales culminaron en un estruendoso fracaso.
La empresa de ómnibus de los hermanos Cirigliano, se hizo cargo de las Línea Mitre y Sarmiento en la zona local, y en esta última, en el ramal Merlo-Lobos y en la troncal Once-Moreno-Luján y Mercedes, con las consecuencias nefastas por todos conocidas, de la tristemente recordada ex empresa Trenes de Buenos Aires.
Estación Francisco Álvarez de la Línea Sarmiento
Como una rémora de esa época oscura, todavía perdura el destrozo organizativo infligido a la Línea Sarmiento, pués el tramo Once-Luján-Mercedes, que fue bajo esa gestión, fragmentado como secciones separadas, todavía persiste. Ni en los sistemas, ni en los horarios impresos, ni en la Oficina de Atención al Pasajero en Once te informan ni expenden boletos de Once a Luján o Mercedes, ni de éstas hasta la cabecera Once, como era antes en que, con un sólo boleto se pagaba todo el tramo, sino que ahora es por secciones.
Tampoco el agonizante servicio diésel de Moreno para afuera, que se supone debe estar diagramado y operar combinado con el servicio eléctrico, como lo hacía antes, lo hace coordinadamente con este último, sino que ahora son dos mundos distintos, separados y desconectados como si fueran dos empresas distintas e independientes.
Aunque resulte extraño, en las boleterías o en el Servicio de Información al Pasajero en Once, cuando uno pregunta por los horarios de los trenes a Mercedes, te miran raro y sólo atinan a darte el horario en que el tren a Mercedes parte pero desde Moreno, con lo cual no queda otra que calcular el tiempo de duración del servicio eléctrico desde Once a esta última estación, y adivinar y rezar si estará el tren diésel cuando uno llega a Moreno, y así, una vez arribada a ésta, hay que subir esos infernales puentes, o bajar por el túnel, y llegar al edificio principal de la estación en el lado Sur y ahí adquirir un nuevo pasaje hacia Mercedes. Si por un milagro del cielo el tren estaba para partir hacia Luján-Mercedes, es obvio que con todo ese trajín, el pasajero lo pierde.
Esto es una vejación al pasajero, un serio engorro, una burla y una muestra cabal de la incompetencia e irresponsabilidad de la Gerencia de esta línea y de todo el departamento de tráfico.
No me extenderé en la interminable obra del paso peatonal de bajo nivel en la estación Moreno todavía en construcción, ni en la parálisis que afecta a la obra lamentablemente inconclusa de renovación del acceso de la Línea Sarmiento a Plaza de Miserere, cuando falta tan poco, ni a la inexplicablemente cancelada y bloqueada con asfalto vía cuarta en cercanías de la estación Ituzaingó, que une Merlo con Castelar, con lo cual no hay vía de escape en caso de obstrucción de la vía N° 2, ni al paso de tortuga de los trabajos de recambio de durmientes y mejoramiento de vías en la sección Luján-Mercedes, resorte exclusivo de la ADIFSE, y en el cual sufrí en carne propia un descarrilamiento del tren en el cual viajaba el martes 24 de diciembre de 2019 a las 16,00 horas, o de los molinetes que no funcionan en la lectura de las tarjetas SUBE, pues soy conocedor de que la suspensión de esas y otras obras, obedece a cuestiones de ajuste financiero por la crisis que ha postrado a nuestro país.
Pero en el caso de reorganizar la sección Once-Luján-Mercedes, para que la línea funcione integrada como lo fue en otros tiempos, es debido, no se precisa plata, el Gerente de la Línea Sarmiento, el Jefe de Tráfico con un mínimo de criterio, organización, vocación de servicio al pasajero y al ferrocarril, tomen cartas en el asunto ya mismo, y adopten las decisiones que el caso impone sin costo alguno, para solucionar esa mínima irregularidad operativa.
Es obvio que si no la resuelven en los próximos días, queda puesta de manifiesto la incompetencia, la irresponsabilidad, la desidia e ineptitud de todos esos funcionarios que cobrando elevados emolumentos, evidencian un supino desprecio por el ferrocarril y por sus sufridos usuarios, por lo que podrían ofrecerles un postrer servicio presentando sus renuncias a sus cargos, y cederles sus puestos a nueva gente competente, como los jóvenes egresados de las recientes tecnicaturas ferroviarias, o ingenieros ferroviarios, que están actualmente sin trabajo y tienen muchas ganas de trabajar y profesan amor por el ferrocarril.
Mientras tanto, la línea de ómnibus 57 con su organización visiblemente mejorada, su renovada flota, aceptable servicio y puntualidad, no para de crecer y de a poco está capturando los decepcionados pasajeros de la Línea Sarmiento, en especial desde Moreno para afuera, sin que los ineptos e irresponsables que lo conducen, se inmuten, cuando lo obvio sería que el ferrocarril y el transporte automotor no compitan, sino que trabajen articulada y multimodalmente, como en cualquier país organizado.
Si no resuelven el organigrama actual, ni los mínimos inconvenientes apuntados en los próximos días, también queda claro que este es un país sin solución. Que se vayan...!!!!!!. Atentamente :
Dr. Marcelo Merlino.
marmer422@yahoo.com.ar
que laaaargo la introdución , luego la historia habría que ir directo al grano, ¿cual es el tema principal en la nota? no me entere por que para enterarme tenia que leer 50 renglones de historia de trenes traten de ser mas concisos con las notas, critica constructiva sin ánimo de ofender a nadie.
ResponderEliminarEstimado Doctor, para poder colocar al Ferrocarril medianamente bièn, en estos momentos se requiere muchísimo dinero, falta material rodante para abastecer la demanda, mantenimiento de vías y el manejo ferroviario con personal de carrera.
ResponderEliminarHace años que no hay personal de formación con experiencia, como consecuencia es muy difícil ponerlo en pie al sistema Ferroviario.
Le aclaro que las universidades preparan excelentes Ingenieros relacionado con temas ferroviarios, pero no enseñan el oficio, que es la base fundamental para poder mandar, resolver y ordenar las actividades operativas, de esta forma lo que usted manifiesta en su nota, que resulta totalmente comprensible.-
Atte.-
Francisco R. Soto
franciscirsoto@gmail.com
Muy buen dia! lo que expresa la nota es cierto, falta sentido comun, parece que molestan los servicios diesel, lo mismo ocurre el el roca, ezeiza canuelas trasbordo a monte o lobos, tanto cuesta un servicio directo entre ezeiza lobos? teniendo en cuenta las cancelaciones en el ramal merlo lobos?
ResponderEliminarSe olvidaron del puente angosto en la U. De Luján
ResponderEliminarBrian Román